El poco convencional matrimonio de Ethan Cohen y Tricia Cooke: ella es lesbiana, trabajan juntos y su historia ha sido clave para Dos chicas a la fuga

La noticia de que Ethan Coen dirigiría su primera película en solitario hizo las delicias de buena parte de los aficionados al cine reciente. No obstante, cuando se supo que sería una comedia negra protagonizada por dos lesbianas, ese dato, a priori, extrañó. Al fin y al cabo, la sombra de La vida de Adéle (2013) y su mirada abrumadoramente masculina y fetichizante sigue siendo alargada. Pese a ser un gran éxito de taquilla, Jul Maroh, le autore del cómic en el que se basa la película, dejó claro su disgusto al describirla como “una exhibición quirúrgica y brutal, fría y exuberante, de supuesto sexo lésbico transformado en porno”.

Dos chicas a la fuga, protagonizada por Margaret Qualley y Geraldine Viswanathan (y en la que también aparecen Pedro Pascal, Colman Domingo y Matt Damon) incluye escenas de sexo explícito desde los primeros minutos de metraje, pero nada invita a pensar que guarden relación alguna con las recién citadas. Para empezar, porque Tricia Cooke, montadora de éxitos de los hermanos Coen como El gran Lebowski y O Brother, es coautora del guion y editora de la cinta, que durante mucho años se tituló Drive-Away Dykes (“Bolleras a la fuga”). Y Cooke, que lleva más de 30 años casada con Coen, es abiertamente lesbiana. Si bien en algunas entrevistas, como en la concedida a Moviemaker, se identifica como queer, un término más amplio, inclusivo y tornadizo.

En la misma pieza, reconoce entre risas que serlo y “estar casada con Ethan implica que siempre haya un poco de desconexión”, refiriéndose a la distancia entre sus experiencias: poco tiene que ver habitar el mundo como lesbiana o mujer queer con hacerlo siendo un hombre blanco y heterosexual. Aunque su primer encuentro en 1989 fue puramente profesional y fruto del azar (ella buscaba trabajo y los hermanos Coen le hicieron un hueco como aprendiz de montadora pese a no buscar a nadie en aquel momento), los dos congeniaron al momento. Pero desde el principio quedó claro que buscaban cosas distintas: él la invitó a ver Drugstore Cowboy en el cine y ella le dijo “Soy lesbiana, no estoy interesada”. Así que siguieron siendo amigos pero, con los años, su relación evolucionó y se casaron en 1993. Juntos tuvieron una hija, Dusty, y un hijo, Buster.

Lisa Fithian (en primer plano) en una de las manifestaciones de Occupy Wall Street, que ella ayudó a poner en marcha.

Al igual que Ethan, Tricia tiene una pareja además de su relación matrimonial, la cual identifica como poliamorosa. Se trata de Lisa Fithian, activista anarquista y una de las figuras más prominentes del movimiento Occupy neoyorquino, entre otros movimientos sociales. Precisamente la estrecha colaboración entre Ethan y Tricia en este proyecto, el primero con un guion de los dos y dirigido por ambos (si bien ella no aparece como tal en los créditos y asegura que no tiene intención de cambiarlo), es lo que ha llevado su relación “no convencional”, que hasta ahora pasaba bastante desapercibida, a un primer plano.

“He hablado más sobre mi vida privada en los últimos seis meses que en toda mi vida”, reconocía divertida en una reciente entrevista para AutoStraddle, un medio especializado en mujeres LBTQ. “Jamás pensé que tuviese mucho interés hasta que hicimos esta película, porque para mí era importante que la gente supiera que no se trataba de un tío hetero haciendo una película de lesbianas […], eso sería rarísimo en el caso de Ethan”, explicaba. Tras admitir que seguramente su madre se esté revolviendo en la tumba, aseguraba que también es importante para ella visibilizar su tipo de relación, “con tal de que eso abra alguna mente”.

Tricia Cooke e Ethan Coen en el estreno en Nueva York de *Dos chicas a la fuga*, el 20 de febrero de 2024.

Los dos explican que la escritura del guion comenzó hace muchos años y en un principio no fue sino una manera de pasar más tiempo juntos, mientras esperaban a que el clima cultural y sociopolítico permitiesen hiciesen posible que se financiara una película de estas características. Dos chicas a la fuga, cuya acción se sitúa en 1999, es también una carta de amor a unos espacios en peligro de extinción: los bares de lesbianas en los que pasó buena parte de su vida durante los años 80 y 90, y que sigue frecuentando a día de hoy. De hecho, el de la película, situado en Tallahassee, está basado en el (ahora extinto) Cattyshack y el Cubbyhole de Nueva York, uno de los tres bares de lesbianas que resisten en la Gran Manzana.

їY quГ© es lo que ha aportado cada uno de ellos al filme? Los dos lo tienen claro: “Yo represento el mundo queer. Todos esos tipos ineptos y la trama del robo son sin duda cosa de Ethan”, explica Cooke. A lo que Coen añade: “Tricia es queer y un encanto y yo soy hetero y estúpido. Joel y yo no podríamos haberla hecho porque los dos somos hetero y estúpidos”. Y adelantan que su idea es es que esta sea la primera de una trilogía de películas queer de serie B. De momento, ya están rodando la siguiente en Alburquerque: “Es una historia de detectives llamada Honey Don’t. Margaret Qualley interpreta a Honey, una detective privada, y también salen Aubrey Plaza, Chris Evans y Charlie Day”, adelanta Cooke. Y el público queer, también sediento de historias descabelladas y que no se toman nada en serio a sí mismas, está de enhorabuena.

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‘Dos chicas a la fuga’ está disponible en los cines desde el 1 de marzo.

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