Tres maneras de reciclar las colillas de cigarrillos

Tres maneras de reciclar las colillas de cigarrillos

Las colillas de cigarrillos están por todas partes y contienen toxinas como la nicotina, plomo y arsénico. Cada año se desechan 4.5 billones de filtros en el mundo y se calcula que sólo un tercio acaban en un contenedor de basura o de reciclaje. Así, se acumulan 1.2 millones de residuos tóxicos, incluyendo metales pesados. Pero hay maneras de reciclarlas y aquí contamos tres de ellas

Investigadores del Royal Melbourne Institute of Technology (RMIT University), en Australia, desarrollaron una técnica para fabricar ladrillos con colillas de cigarrillos. El método permite ahorrar energía y afronta al mismo tiempo el problema ambiental global.

De acuerdo con el estudio, solo una pequeña porción de ladrillos se tendría que confeccionar con estos desechos e incluso así habría un impacto positivo sobre el ambiente. El usar las colillas no generaría contaminación, porque se desinfectan a una temperatura de 105 grados Celsius durante 24 horas y se colocan en bolsas plásticas selladas.

Además, la calidad de los ladrillos -aquellos hechos con un 1% de las colillas- es muy similar a la de los ladrillos comunes y, según el porcentaje de colillas que se añada, se puede ahorrar hasta un 58% de la energía que se utiliza al hornearlos.

Bratislava es pionera en una nueva forma de reciclar las colillas: la empresa municipal de gestión de residuos de la capital eslovaca anunció una nueva iniciativa para recoger y reutilizar los cigarrillos desechados en 2024. La ciudad planea utilizar el material para crear asfalto para rutas, con el objetivo de contribuir a limpiar las calles y a dar un uso práctico a los residuos.

Durante los mercados navideños de la ciudad, se puso a prueba unos contenedores especiales diseñados para recoger tanto los filtros de los cigarrillos normales como los de los vaporizadores. Los filtros usados se convertirán en fibras especiales que podrán utilizarse como aditivos para la preparación de pavimento.

La iniciativa parte de que, en Eslovaquia, ya existe una carretera hecha por la empresa EcoButt con colillas: se encuentra en Žiar nad Hronom, en una región central del país, y al parecer es la primera de este tipo en el mundo. Ahora, con este plan, van a intentar expandir el proyecto.

Sentadas en el suelo de una casa en las afueras de Nueva Delhi, las mujeres sonríen y charlan mientras llenan ositos de juguete de colores brillantes con relleno blanco elaborado con un producto que se encuentra, habitualmente, en un tacho de basura. El material está compuesto de colillas de cigarrillos, separadas en fibras y limpiadas y blanqueadas después de ser recogidas en las calles de la ciudad, donde habían sido desechadas junto con millones de otras cosas.

Reprocesarlos para convertirlos en una gama de productos que incluyen juguetes y almohadas es una creación del empresario Naman Gupta. “Empezamos con 10 gramos (de fibra al día) y ahora estamos haciendo 1.000 kilogramos… Anualmente somos capaces de reciclar millones de colillas de cigarrillos”, explicó.

Sus trabajadores también separan la capa exterior de las colillas y el tabaco, que se convierten en papel reciclado y polvo de abono, respectivamente.

La Organización Mundial de la Salud estima que casi 267 millones de personas, casi el 30 por ciento de la población adulta de la India, son consumidores de tabaco, y las colillas ensucian las calles urbanas donde los estándares generales de limpieza son abismalmente bajos.