Conrad y el latir del corazón de las tinieblas

conrad y el latir del corazón de las tinieblas

Conrad y el latir del corazón de las tinieblas

África siempre respira tragedia. Hoy la aturden las guerras por el territorio y los recursos, las amenazas de hambrunas, el azote de la inundación. Un espesa sombra sobre el continente sin frío desde el comercio de esclavos por el océano Atlántico, y luego la colonización europea y la explotación de sus ingentes y diversas riquezas.

Una de las grandes obras de la historia de la literatura es la notable El corazón de las tinieblas (Heart of Darkness, 1899), del abismal Joseph Conrad. La novela que luego inspiró la adaptación de Apocalypse Now (1979), de John Milius y Francis Ford Coppola.

Un escritor puede profesar muchas creencias sobre su arte. Entre ellas está considerar, como hacía Bradbury en Zen en el arte de escribir, que la literatura es indirecto filo crítico, un arremeter contra algún torbellino de oscuridad por los caminos de una narración simbólica y lateral, y no por la frontal embestida panfletaria.

Desde esa condición oblicua, en El corazón de las tinieblas, Conrad cuestionó la ignominia del civilizado hombre blanco lanzado a dominar la vida africana en la selva congoleña. Joseph Conrad (1857-1924), polaco de nacimiento, pero británico por adopción. En inglés escribió sus grandes obras maceradas en su vida como marino, aventurero, viajero por multitud de mares y continentes. Como capitán de la marina mercante, acopió una gran experiencia entre olas, tormentas, y el horizonte azul del océano; todo lo cual lo hizo muy consciente de los poderes de la naturaleza, al tiempo que descreyó de la supuesta superioridad de la civilización europea. Además del título ya mencionado, el universo de Conrad despliegas velas en Lord Jim (1900), La línea de sombra (1917), Tifón (1902); y también su pluma goza en la plena aventura como en Gaspar Ruiz (1906), cuya acción se enmarca en las luchas independentistas en Sudamérica encabezada por el general José de San Martín.

En 1890, Conrad viajó a Congo, país que sufrió la feroz colonización del rey Leopoldo II de Bélgica. La crueldad que presenció allí lo motivó a escribir su novela. El horror que experimentó en África orientó su narración hacia una denuncia velada. Ese gesto disimulado empieza por el hecho de que en la novela nunca se precisa la ubicación de lo narrado, nunca se menciona el Congo.

El marino Charles Marlow es protagonista y narrador. Narra su viaje desde Londres hasta el río Congo. Navega en búsqueda de Kurtz, contratado por una compañía belga para adentrarse en la geografía africana y apoderarse de valiosas piezas de marfil. El personaje de Kurtz se inspira en el controversial explorador Henry Morton Stanley, quien encontró al desaparecido doctor Livingstone, mientras éste buscaba las fuentes del Nilo. Stanley fue directo colaborador de Leopoldo II de Bélgica, y fue acusado de gratuita violencia contra los nativos.

A Kurtz lo envuelve una aureola de misterio. Se lo reconoce como empleado “exitoso”, pero Marlow presiente que ha abandonado el orden civilizado. Y como Conrad, Marlow es testigo del trato brutal de los colonos europeos hacia los africanos. Mientras remonta el río Congo, Marlow baja hacia la descomposición y el salvajismo.

Y al dar finalmente con Kurtz, lo saluda como otro europeo lejos de casa. Pero a la vez observa que los nativos los veneran como un dios. Pero la sumisión que ejerce sobre ellos no mitiga su desprecio. Para civilizarlos Kurtz dice que se debe “exterminar a todas estas bestias”. El supuesto acto de “civilización” es aniquilar al propio sujeto a civilizar. Y enfermo, antes de morir, Kurtz pronuncia sus palabras finales: “¡El horror! ¡El horror!”.

Mientras penetra en la hondura africana, Marlow desciende a los infiernos. Kurtz acomete antes ese periplo. En su propio descensus ad ínferos, su yo civilizado se difumina en el fango del caos, en el demoledor horror. Kurtz se intoxica del salvajismo que denuncia. Recae en lo bárbaro que el terciopelo de la civilización oculta.

El viaje de Marlow es el del observador que descubre que la inmersión de Kurtz en el corazón selvático de África representa la locura imperialista, su desquiciada degradación de la vida ajena. El otro no europeo es solo bestia, animal de apariencia humana, organismo sin alma. De esta manera, se disipan los obstáculos morales en el momento de robar la riqueza de los colonizados. El viaje al corazón de África es entonces travesía hacia la oscuridad (darknnes).

Pero Kurtz es mucho más. Para Marlow “la vida es un enigma mayor de lo que alguno de nosotros piensa”. Sobre esta hondura abismal el narrador poco tiene que decir, a diferencia de Kurtz, porque “él tenía algo que decir”, y su mirada “era lo suficientemente amplia como para abrazar el universo entero, lo suficientemente penetrante como para introducirse en todos los corazones que baten en la oscuridad”.

Como visionario, Kurtz ve lo que se esconde en la oscuridad, el horror que el hombre civilizado oculta mientras lo obsesiona su deseo de conquista.

En 1884, en la Conferencia de Berlín, organizada por Bismark, los países europeos cortaron su parte de la torta africana. Su expansión colonial se autojustifica bajo la misión de propagar las mieles del progreso y la civilización. Con disimulo, Conrad cuestiona esa creencia salvadora.

Caryl Phillips, el escritor británico de origen caribeño, profesor de la Universidad de Yale, dedicó muchas obras a una visión múltiple sobre la trata de esclavos africana. Para Phillips, el autor de Tifón duda de la superioridad moral del colonizador; pero también acusa el impacto de su encuentro con ese otro mundo que es la selva africana replegada sobre su verde laberinto.

El cuestionamiento de Conrad a la opresión colonial desde lo indirecto y simbólico, difiere de la denuncia frontal de Roger Casement, a quien conoció personalmente. El irlandés Casement nunca reculó en su imputación de los abusos cometidos por Leopoldo II de Bélgica en el irónicamente llamado Estado libre del Congo. Pero lo no enunciado directamente en El corazón de las tinieblas, sí afluye sin tapujos en su libro de ensayos Last Essays publicado post mortem en 1926. Entonces, Conrad recuerda que sus ensoñaciones de idealismo juvenil “habían sido desplazadas y embrutecidas por las actividades de Stanley y del Estado Libre del Congo… por el… más vil de los saqueos en la historia de la exploración geográfica y de la conciencia humana”.

Desde la visión lateral de su literatura, Conrad creyó descender hacia el corazón de la oscuridad, cuyos latidos pueden oírse más allá de la selva.

* Filósofo, escritor, docente, su último libro es La red de las redes, Ed. Continente.

News Related

OTHER NEWS

Cómo llegará el mercado de dólares financieros al 10 de diciembre

Cómo llegará el mercado de dólares financieros al 10 de diciembre Con la aproximación del cambio de gobierno, los diferentes actores económicos y el mercado comienzan a buscar resguardo y ... Read more »

Así es el motor más potente del mundo... con un solo cilindro

Ducati motor Así es el motor más potente del mundo… con un solo cilindro. Hablamos de la última incorporación a los motores Ducati, Superquadro Mono. Este motor es nuevo, y ... Read more »

Ya es oficial: Javier Gandolfi dejó de ser el director técnico de Talleres

Javier Gandolfi dejó de ser DT de Talleres. Talleres anunció este lunes que Javier Gandolfi no continuará como entrenador del equipo durante la temporada 2024. A pesar de haber sido ... Read more »

Confirmado: Boca quedó afuera de la Copa Libertadores 2024 y jugará la Sudamericana

Confirmado: Boca quedó afuera de la Copa Libertadores 2024 y jugará la Sudamericana Los resultados ajenos no ayudaron al Xeneize que volverá a competir en el torneo que supo conquistar ... Read more »

Aseguran que la baja del dólar “es una señal de que no habrá dolarización”

Aseguran que la baja del dólar “es una señal de que no habrá dolarización” En la segunda semana, con Javier Milei como presidente electo de la Argentina el dólar blue ... Read more »

Distrito del Vino: la Ciudad busca cambiar su ubicación

El Palacio Ceci, un sitio con destino incierto en el Distrito del Vino. La Legislatura porteña firmó este lunes el dictamen del proyecto de modificación del “Distrito del Vino” en ... Read more »

A Javier Milei se le siguen cayendo los "soldados"

A Javier Milei se le siguen cayendo los “soldados” El médico Eduardo Filgueira Lima, uno de los nombres que más sonaban para la futura Secretaría de Salud del gobierno de ... Read more »
Top List in the World