Los peligros que enfrenta la F1 con el nuevo formato Sprint en el GP de China

Tras cuatro años de ausencia pese a aparecer en todos los calendarios menos uno, la Fórmula 1 finalmente vuelve a realizar el Gran Premio de China en el conocido Circuito Internacional de Shanghái.

Primer evento al ‘sprint’ de 2024

Conocido pues su primera edición data de 2004, sin embargo, la ausencia desde 2019 ha provocado cierto grado de desconocimiento con el estado de la pista que se suma el hecho de que los monoplazas con el reglamento de efecto suelo nunca han rodado aquí.

Dicho de otro modo, mucho por comprobar. Por eso ha sorprendido que la F1 designase a este Gran Premio como uno con formato Sprint. Un formato además renovado para este 2024, aunque eso en principio debería ser lo de menos.

Sí preocupa que los equipos tengan una única sesión de entrenamientos libres de 60 minutos para realizar todas las pruebas pertinentes. Como se mencionaba, el estado de la pista es una incógnita en lo referente a los baches, pero es que también se espera una evolución del asfalto extremadamente alta que puede cambiar exponencialmente el comportamiento de los vehículos, que tendrán que echar mano de herramientas de simulación no debidamente calibradas para elegir las distintas puestas a punto.

Lo de China no es un caso único. La Fórmula 1 tienta a la suerte con una única sesión de entrenamientos libres que queda a merced de las inclemencias meteorológicas, de hipotéticas banderas rojas o de cualquier suceso que impida un correcto desarrollo de la única sesión de entrenamientos libres. Algo que en circuitos hiperconocidos como el de Barcelona o Silverstone se podría solventar, pero que podría tener connotaciones negativas en circuitos que son algo más incógnita.

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Solo una sesión de entrenamientos libres

Y no sorprende que Liberty Media esté a favor de algo de caos. Salir directamente a clasificar y correr sin entrenar es un reto que puede resultar interesante, pero la línea que separa el caos del esperpento es muy delgada y en ocasiones difusa, por lo que la F1 corre cierto riesgo. Y el este riesgo, según el horario de la prueba, puede ser recibido con los brazos abiertos o acabar enfadando soberanamente a los aficioandos.

Si se continúa con esta tendencia, la pregunta no es si habrá o no habrá caos, sino cuándo ocurrirá. Y como ha pasado en ocasiones con lluvias torrenciales, el margen de maniobrabilidad de la F1 es muy limitado.