Sin gritos, sin castigos y sin sobornos: el nuevo libro para provocar cambios radicales en el compartimiento de los hijos que da mucho que pensar a padres y madres

La educación de los hijos siempre es un tema difícil, un asunto de complejo abordaje. De todos es sabido que la crianza de nuestros descendientes es una disciplina que se aprende, fundamentalmente, a través de la experiencia, de la práctica, del día a día. Un niño no nace con libro de instrucciones, pero milenios de saberes transmitidos de generación en generación nos pueden ayudar en nuestro empeño de hacerlo lo mejor posible con nuestros retoños. Siglos de conocimientos almacenados en libros, películas, pinturas, música… que nos facilitan la existencia si sabemos al extraer enseñanzas muy útiles.

Desde hace aproximadamente una década, las obras escritas acerca de la maternidad, el embarazo, el parto, la crianza, el funcionamiento del cerebro infantil y un largo etcétera pueblan las estanterías de las librerías con una densidad bastante considerable. El maestro y conferenciante británico Paul Dix, experto en ámbitos de liderazgo y pedagogía, recién acaba de publicar en España con el sello editorial Temas de Hoy el libro Cuando los padres cambian todo cambia. En él, Dix sostiene la idea de que para modificar el comportamiento de tus hijos lo que hay que cambiar primero es el de uno mismo. Mejor conversar que gritar, mejor mantener la calma que actuar con nerviosismo ante cada rabieta, nada de castigos ni sobornos y sí mucha tranquilidad y tolerancia en el hogar.

«La próxima vez que tu hijo se porte mal, escoge un ejemplo de buen comportamiento y empieza la conversación hablando de ello. No estarás ignorando la conducta actual, y es posible que en algún momento sea necesario que llegues a ella, pero, por ahora, te estás limitando a reconocer de un modo positivo un comportamiento más lejano en el tiempo». Consejos como este abundan en este libro dividido en nueve capítulos más una introducción, un apartado dedicado a las conclusiones y un sucinto epílogo. Además de consejos, se ofrecen píldoras informativas y ejercicios para practicar.

Cabe señalar, y esto es de enorme importancia, que Dix es padre, por lo que aparte de saber mucha teoría también conoce la parte práctica de manera personal. Su experiencia, no obstante, es amplia debido a sus años de enseñanza. El propio autor reconoce que su aprendizaje como profesor le ha ayudado a la hora de educar tanto a vástagos propios como a ajenos. Crear rutinas, espacios de diálogo, guiones para los momentos difíciles y también para los buenos, no alzar la voz nunca más… estos son algunos de los propósitos que este libro pretende facilitar a padres y educadores. Si tienen un hijo, ya sea pequeño o adolescente, y quieres cambiar conductas de su comportamiento y mejorar la vida familiar, no duden, esta es su próxima lectura.