El CN Sabadell alarga su histórico reinado europeo con la séptima Champions

Sabrina van der Sloot celebra un gol para el CN Sabadell en la final de la Champions frente a Olympiacos.

Aposentadas en el trono europeo desde el año pasado, las jugadoras del CN Sabadell le negaron la sucesión al Olympiacos para mantenerse en lo más alto del waterpolo europeo. Las vallesanas conquistaron su séptima Champions con la autoridad propia de las campeonas, con un tercer periodo letal (6-3) que diluyó las esperanzas griegas antes de tiempo (16-10).

No hay equipo europeo más dominador que el Sabadell en los últimos 13 años. 11 Final Fours disputadas desde entonces, siete de ellas con el título conquistado. El segundo cetro consecutivo acerca a las waterpolistas de David Palma a uno de igualar al Orizzonte Catania (8), que no gana una desde 2008.

Tambores y vuvuzelas

La Nova Escullera del CN Barcelona se llenó con unos 1.000 espectadores, una piscina atronadora entre pitidos, bocinazos y el retumbar de los tambores de los ‘supporters’ vallesanos – no faltaron gargantas, pelucas verdes ni vuvuzelas -, también presentes unos pocos pero ruidosos griegos; vistas privilegiadas para los que se ejercitaban en el gimnasio, al trantrán encima de la bici elíptica mientras observaban la final.

La última década del waterpolo europeo no se entienden sin Sabadell ni Olympiacos, pues entre ambos equipos se han repartido ocho de los últimos 10 campeonatos. Los precedentes entre ambos dictaban que el que juega en casa gana; dos finales en El Pireo para Olympiacos (2014 y 2022) y una para las catalanas en Can Llong (2019). En la Nova Escullera, las vallesanas se sintieron como en casa.

El tanteo inicial, que vaticinaba igualdad, dio paso a un Sabadell que se iba acomodando a la piscina, sólido en defensa y encontrando portería. Sofia Giustini, una de las principales armas ofensivas en la semifinal junto a Irene González, abrió el marcador con un potente lanzamiento. Buscó la réplica la estrella griega Eleftheriadou – vapuleó al Mataró con siete goles – pero Laura Ester le negó el gol.

Las waterpolistas vallesanas armaban el brazo con facilidad, pero se topaban una y otra vez con Stamatopoulou, que mantenía con vida a su equipo con sus paradas (7 en el primer tiempo). Una vaselina de Judith Forca, un lanzamiento de Irene González o un penalti de Bea Ortiz… ahí estaba la portera griega para negar el gol; más incómodas las atacantes griegas ante el bosque de brazos que formaba la defensa vallesana.

Judith Forca para distanciarse

Siouti empató el encuentro a falta de un minuto para cerrar el primer acto, aunque replicó inmediatamente Irene Casado (2-1). Empezó a ver portería el Olympiacos en el segundo período, con un parcial de 0-2 que las puso por delante, remediado por Giustini.

Se llegaron a poner por delante las griegas, con goles de Vasiliki y Myriokefalitaki (2-3), pero las waterpolistas del Sabadell apenas tiemblan cuando les llega la pelota, vigentes campeonas como eran. Giustini encontró portería de nuevo, emergió Maica Garcia en la boya y apareció el brazo letal de Judith Forca para abrir una brecha de tres goles (6-3). Tricha recortó distancias y Irene González desde el flanco izquierdo devolvió esa ventaja, un tesoro para afrontar la segunda mitad (7-4).

Tercer periodo que vale un título

El tres veces campeón europeo no tenía otra que limar la diferencia, y lo hizo a través de Vasiliki y Chydirioti desde la boya (7-6). Pero entonces se reivindicó el mejor Sabadell, inacabable la ambición de sus talentosas jugadoras.

Igual que ante el Sant Andreu, Irene González (3 goles) emergió para acompañar a Giustini (5) desde el flanco izquierdo, capitales ambas para revalidar el título. Y mientas Laura Ester – bien acompañada por la defensa – se agrandaba bajo palos, Van der Sloot convertía un penalti y Giustini y Maica Garcia armaban el brazo desde lejos para hundir a una impotente Stamatopoulou (13-7).

Llegó a ganar de ocho goles el Sabadell (15-7), completamente desatado hasta que las griegas maquillaron el marcador con tres goles consecutivos. Sin embargo, el técnico David Palma, que andaba de un lado al otro y seguía dando indicaciones, hacía minutos que conocía su destino; lanzarse a la piscina.