Javier San Pedro Ortega, el viticultor que encuentra equilibrio en el deporte
El deporte se define (o se tendría que definir) como una pasión. Esfuerzo, perseverancia y ganas son los valores que más apreciamos cuando un deportista se supera. Al mismo tiempo, para muchos es una válvula de escape, la forma en la que volvemos a nuestro eje tras un día de trabajo, para despejarnos o para mantenernos en forma cuando pasamos la vida sentados frente a una pantalla. En el mundo de los negocios, encontrar el equilibrio entre el trabajo y la vida personal puede ser un desafío monumental. Más allá de ser una mera actividad recreativa, el deporte se convierte en una herramienta necesaria para liberar estrés, fomentar la disciplina y potenciar la energía diaria (¡sobre todo si te quieres atrever con una Titan Desert!)
Un ejemplo de esta forma de vida que une deporte y trabajo lo representa el bodeguero Javier San Pedro Ortega. Un apasionado del vino, del campo y de las bicis. Hemos hablado con él y nos ha contado cómo afronta su día a día y cómo esa unión de aire puro y ejercicio le le ayudan a llevar mejor su complicado día a día.
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Antes de entrar en materia deportiva, me gustaría saber: ¿qué es para ti el vino?Es mi forma de vida, una parte integral de quien soy. Marca las estaciones de mi año y me conecta con todo. Para mí, el día de año nuevo es el que vendimio el tempranillo blanco de mi vino Villahuercos en Laguardia.
¿Cómo has conseguido abrirte paso, tan joven, en un mercado tan competitivo?
Crecí en un entorno donde el trabajo duro es fundamental. Aprendí que las ganas por lo que haces pueden llevarte lejos. Esto, combinado con la dedicación y la búsqueda constante de innovación, me ha permitido abrirme paso en este competitivo mercado. Recuerdo que el lanzamiento al inicio de mi andadura de un semidulce dedicado a mi madre, Anahí, sorprendió mucho al mercado.
¿Cuáles son tus valores para el trabajo?Mi filosofÃa de trabajo se basa en el concepto de la "manada de lobos". Esto significa que el trabajo en equipo, la lealtad y el apoyo mutuo son esenciales. Juntos somos más fuertes. De hecho, eso fue lo que inspiró una de las gamas de mis vinos que se llama Cueva de Lobos.
¿Cómo es trabajar en el campo?Al principio, lo que más me atraÃa era el trabajo en la propia bodega y el proceso de elaboración del vino. Pero con el tiempo, la tierra fue lo que realmente me atrajo. Es en el campo donde todo comienza, donde puedes ver el ciclo de la vida de la vid y cómo cada etapa contribuye a la creación de un vino único. Donde realmente aprendes cómo puede haber viñas tan diferentes con muy poca distancia entre ellas como Taconera y Alpha.
¿Por qué decidiste abrir una nueva bodega?Nacà en una familia de bodegueros, por lo que el vino siempre ha sido parte de mi vida. Sin embargo, siempre tuve una visión diferente de cómo querÃa hacer las cosas. Sentà la necesidad de seguir mi propio camino y realizar mi sueño, creando una bodega que reflejara mi enfoque. De ahà la apertura de un abanico tremendo de actividades de enoturismo y un winebar donde las catas son como en el salón de casa.
Empezaste en 2005, casi 20 años de trabajo y esfuerzo: ¿qué significa esa fecha a día de hoy?Ese año fue un punto de inflexión en mi vida. Fue un gran cambio pasar de "ayudar" a "hacer" de verdad. Fue un proceso largo pero que, sin duda, ayudó a llegar a ese 2014, cuando mi Bodegas Javier San Pedro Ortega ve la luz.
¿Qué deporte despertó tu pasión por hacer ejercicio?Siempre fui aficionado y habÃa jugado al fútbol, pero una lesión en la espalda a los 21 años cambió mi vida. Me diagnosticaron dos hernias de disco y, durante un año, mi única opción de ejercicio era nadar. Luego, comencé a trotar y finalmente descubrà el triatlón. Con el paso de los años el ciclismo me enganchó y se convirtió en una parte esencial de mi vida. A partir de ahÃ, todas mis redes sociales, en especial Instagram, se llenaron de vino y ciclismo cada dÃa.
¿Algún Ãdolo deportivo?Admiro a Mathieu van der Poel y Peter Sagan. Van der Poel por su elegancia y facilidad sobre la bicicleta, y Sagan por su capacidad de dar espectáculo y sorprender en cada carrera. Ambos representan lo que amo del ciclismo: la combinación de habilidad, pasión y un poco de show o atrevimiento.
¿Qué papel juega la actividad fÃsica en tu rutina diaria para mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal?El ciclismo es mi válvula de escape, mi manera de desconectar del trabajo y cuidar tanto mi mente como mi cuerpo. Es una forma de encontrar equilibrio y mantenerme saludable, algo que es fundamental para rendir al máximo en mi vida profesional y personal.
Javier San Pedro
¿Qué consejo le darÃas a alguien que busca encontrar la misma pasión que tú tienes tanto por el ciclismo como por la enologÃa?Les dirÃa que estén preparados para los altibajos. Las pasiones pueden ser intensas y gratificantes, pero también traen momentos difÃciles. La clave es los que serán capaces de superarlos y los que no.
¿Cómo se hace un buen vino?Un buen vino es el resultado de años de trabajo y de constancia. Requiere mucho tiempo, esfuerzo durante años, pruebas y errores, y encontrar un equilibrio perfecto entre todos los factores: el clima, la tierra, la vid y la mano del hombre.
¿En qué situación sabe mejor una copa de vino de Javier San Pedro Ortega?Hacemos muchos vinos diferentes, te dirÃa que cada uno tiene su momento. Sin embargo, una copa de tinto por la noche da calma.
Tu lema es 'Piensa menos. Siente más'. ¿Con qué sientes al máximo?He aprendido a valorar cada vez más los placeres simples como la música en directo, una buena película y, por supuesto, una copa de vino. Estos momentos me permiten desconectar y sentir.
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Pregunta comprometida: ¿tinto o blanco?
Simplemente: un buen vino, pero si tengo que descartar uno de los dos me quedo con un blanco viejo.
¿Para qué contexto disfrutas de un buen rosado?Entre los blancos y tintos de una comida, me gusta el rosado. Creo que da una transición suave entre los vinos blancos y los tintos. Es refrescante y versátil.
La aplicación y la disciplina del deporte, ¿las llevas a tu trabajo?Definitivamente. La dedicación y el esfuerzo que pongo en el ciclismo son cualidades que aplico diariamente en mi trabajo. Creo que el ciclismo me gusta porque esa capacidad de superación y compromiso es aplicable en mi día a día.
¿Cuál es el lÃmite?Los lÃmites cambian. Hace unos años, habrÃa dado una respuesta diferente, estoy seguro. Ahora, soy más de equilibrio que de lÃmites. En lugar de buscar los lÃmites, prefiero encontrar un balance que me permita disfrutar de cada momento, tanto en mi vida como en los vinos.
¿Algún reto deportivo por cumplir?La Titan Desert es sin duda uno de mis mayores desafÃos pendientes. Es una prueba que me atrae porque combina resistencia, habilidad y diversión.