Mbappé se rompe la nariz por Francia, pero deja un fallo clamoroso en la Eurocopa (0-1)
Kylian Mbappé juega dos competiciones. Entra en campaña contra Marine Le Pen, en un momento político que califica de crucial en Francia, y gana en su estreno en la Eurocopa contra Austria en una victoria ajustada. Francia, una de las señaladas como favoritas, decepciona en Düsseldorf en un día que será recordado por un fallo garrafal del nuevo jugador del Real Madrid. Mbappé se bloqueó y se rompió la nariz. Perdonó el segundo tanto en un uno contra uno ante el portero en la segunda parte. No es normal su falta de eficacia. No se lo creía. En su país tampoco darán crédito a la falta de puntería de un capitán que aborda temas políticos.
Fue una Francia rácana, anárquica y sin brillo. Ganó con un gol de rebote en un centro de Mbappé. No se le puede adjudicar al francés, ansioso por ver portería y acelerado. Se le resiste el gol en una Eurocopa. Lo buscó de todas las maneras posibles, por velocidad, ocupando todos los puestos de ataque y por arriba con un cabezazo que le dejó sangrando por la nariz. No pudo acabar el partido. La batalla en el campo fue tan dura como la que libra fuera haciendo campaña para reivindicar los valores de la tolerancia, diversidad y respeto.
El Mbappé persona es libre de decidir si quiere dar su opinión sobre la situación política de su país, hacerlo públicamente y como referente. Tiene consecuencias. Lo fácil y comprensible es no abrirse. Pero Mbappé decidió, antes del estreno en la Eurocopa, como capitán de la Selección de Francia, que lo que hay en juego en las elecciones legislativas del 30 de junio tiene importancia para no ser políticamente correcto.
La estrella de Francia se ha expuesto en un ambiente enrarecido en la concentración de su Selección. Al igual que su compañero Thuram pide poner freno al avance de la ultraderecha en Francia y en este clima de tensión social e incertidumbre política no es sencillo aislarse para afrontar un partido. Encaró el encuentro de Austria en el foco de un debate polarizado. Están los que le agradecen que se moje y manifieste sus valores y los que le reprochan su figura mediática para influir en el voto. Antes del debut en la Eurocopa, el vicepresidente de la Agrupación Nacional, Sebastien Chenu, le dio un toque de atención y pidió que tenga contención y no dé lecciones.
Mbappé en una acción de ataque contra Austria. (EFE EPA CHRISTOPHER NEUNDORF)
Mbappé en una acción de ataque contra Austria. (EFE EPA CHRISTOPHER NEUNDORF)
El Mbappé futbolista jugó su primer partido oficial desde que se anunció el fichaje por el Real Madrid. Arrancó desde la banda izquierda, con Thuram como delantero centro. Alternó la posición de extremo con la de ariete. Deschamps le da libertad de movimientos por todo el frente de ataque. La primera ocasión de peligro de Francia fue una galopada del nuevo jugador del Real Madrid que acabó con un mano a mano ante el portero. El disparo lo desvió el guardameta austríaco. No era su noche en el césped.
Una Francia poco creativa
Francia no abusa de la pelota, apostó por un repliegue y la velocidad de sus balas. Deschamps quiere un bloque compacto, sólido, no encajar y ser letal al contraataque. Es un plan de juego vertical, con futbolistas explosivos que hacen daño al espacio. Un once sin Camavinga y con Kanté y Rabiot como doble pivote. Griezmann por delante es la inspiración de un equipo poco creativo. Francia no elabora. Corren como guepardos. Las bandas con Theo Hernández, Dembélé y Mbappé son tres puñales. La propuesta es un juego de ida y vuelta con un sistema defensivo consistente que deje la portería a cero.
Austria aceptó el reto de competir de tú a tú, tener más balón y descuidar las espaldas con el riesgo que supone darle a los franceses lo que quieren. Un partido intenso, de alta exigencia física, y la mejor ocasión de gol para el austríaco Baumgartner en el primer tiempo. Falló el sistema defensivo francés y su portero, Maignan, evitó el gol en una salida. Perdonó Austria y en la siguiente acción se metió un gol en propia portería. Un centro de Mbappé, entrando por la banda derecha, tocó en la cabeza de Wöber. El gol llegó de rebote al filo del descanso.
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La segunda parte empezó accidentada con un golpe en la cabeza de Griezmann contra una valla de publicidad en un choque con un austriaco. Le pusieron un aparatoso vendaje para tapar la herida que sangraba. El partido era para picar piedra, de choque y poco espectáculo. El poderoso ataque francés tuvo una noche desafortunada, negado en la definición y con llegadas deslabazadas.
Lo pudo cerrar Mbappé en una arrancada desde el centro del campo y un fallo ante el portero impropio de un futbolista de su nivel. Ganó por velocidad a la defensa, se plantó ante el portero y envió el balón fuera. Hasta los más grandes, los que parecen que son infalibles, son capaces de fallar lo fácil. Francia tiene talento y dinamita para jugar mejor, crear más peligro y ser contundente. Empieza la Eurocopa con un partido gris y la sensación de que quiere ser competitiva con la portería a cero. Racanería.