Diseño de principio a fin

“Nos lo entregaron en ceros, sin nada; hicimos toda la distribución, desde la arquitectura hasta el florero y el último detalle”, describió.

“Los clientes querían algo muy neutro, todo beige, y les dije ‘no, vamos a lograr lo que quieren, pero de otra forma’. Los llevamos de la mano para que conocieran cosas nuevas, siempre respetando sus necesidades básicas y la funcionalidad del espacio, ahí entra tu creatividad como arquitecta”.

El concepto parte del desarrollo de secuencias espaciales y el programa se distribuye en dos niveles. La primera acción fue aumentar la zona de doble altura existente, donde quedó el vestíbulo.

“El cliente pidió que en la parte de arriba quedara el family privado, por eso se tuvo que extender”, explicó la artífice.

“Esta conexión central, creada por medio de un espacio articulador y la escalinata principal, se convierte en la protagonista ya que, además, ilumina las zonas adyacentes, de forma que se aprovechan los vacíos entre ambos niveles”.

En esa área destaca una imagen blanco y negro de Mara Sánchez, la cual se intervino directamente con la fotógrafa.

“Era una foto muy alargada, platiqué con la artista la posibilidad de partirla a la mitad”, recordó Shrem.

“Así, logramos que se vea una parte de un lado, y la otra, del otro, teniendo un candil de cristal al centro. Esta pieza, junto con la madera vertical, ambienta mucho el espacio, es el punto focal, desde que entras te está contando la personalidad de la vivienda, algo muy contemporáneo, con colores neutros, la elegancia, las formas y los acabados sofisticados”.

Integración natural

La integración de elementos vegetales, como un diálogo constante con su entorno natural, fue una premisa en el Departamento OC.

“La planta baja cuenta con un jardín frontal que, a través de su escalinata, permite adentrarse en un recorrido por un espacio verde, conformado por especies aromáticas”, detalló Shrem.

Este nivel se divide en tres ejes longitudinales principales: el primero, de la doble altura, contiene la escalinata volada, el baño de visitas y un antecomedor al fondo, seguido por la terraza con vistas a una cañada.

Al costado está el segundo, conformado por el estudio de televisión, un espacio modular de trabajo en casa, con acabados más cálidos. Y, al fondo, el comedor con sala, delimitado gracias al cambio de nivel y acabados.

“Esta zona queda ligada a través de su muro de concreto de carga aparente y el mueble integral lineal que los vincula”, explicó la arquitecta.

La terraza era muy importante, porque ahí pasa mucho tiempo conviviendo la familia.

“Quisimos integrarla al área de sala y comedor, que tiene una puerta corrediza, así, cuando se abre se crea un mega espacio, estás adentro y puedes percibir perfectamente todo el entorno exterior, hasta el jacuzzi”.

El tercer eje contiene la cocina y las áreas de servicio.

En la planta alta está el family room, como espacio central que vincula a las cuatro recámaras, las cuales son tan personalizadas que la de las niñas tiene dos regaderas, una para cada una. A decir de Shrem, ahí radica el sello de esta obra, en su grado de detalle.

“No cualquier cliente pide este tipo de cosas, nosotros partimos de lo que necesitan, de ser objetivos y visionarios, y logramos estos resultados”, concluyó.

“Además, el juego de luces, texturas y temperatura de sus materiales y mobiliario les permite a los habitantes sentir cada espacio y afianzar una sensación de pertenencia total hacia su hogar”.

TABLA

A detalle…

+ El departamento, con el roof garden, abarca 865 metros cuadrados.

+ Su alto nivel de automatización le permite programar iluminación, sonido y cortinas.

+ La gama cromática contempla materiales naturales en tonalidades muy claras.