El ‘efecto Tonali’ en Newcastle

Sandro Tonali, jugador sancionado del Newcastle

Sandro Tonali llega a las instalaciones del Newcastle Training Centre como uno más. No se diría que es un jugador sancionado, no disponible para el técnico de los ‘magpies’, Eddie Howe. El internacional italiano saluda con la misma motivación y buena disposición que el resto de sus compañeros al acceder diariamente a los modernos, tranquilos y acogedores campos de Darsley Park, en Little Benton. Sigue en el grupo, pero su trabajo es en la sombra y su reservado silencio es un reflejo de la temporada tan difícil y extraña que está viviendo el Newcastle United. La pesadilla va por dentro. El gran fichaje del año no puede ayudar al equipo, ni va a volver a disputar un partido hasta, como mínimo, el mes de agosto.

El problema personal de Tonali, sancionado durante diez meses por incumplir la normativa de apuestas en Italia, ha encarnado la lucha y las dificultades en la que era una temporada muy ilusionante en Tyneside, porque el Newcastle estaba de regreso en la Champions League. El 4-1 al París Saint Germain, en octubre, había encendido la mecha de la ilusión en Saint Jame’s Park, pero aquella actuación sobresaliente fue al final sólo espuma. Todo se torció muy pronto. El castigo al italiano, unido a una racha desafortunada de numerosas lesiones de jugadores importantes, fue erosionando el buen juego inicial, hasta acabar perdiendo la identidad, para desesperación de la entusiasmada afición ‘geordie’ del frío noreste de Inglaterra .

La figura discreta y serena de Eddie Howe ha ayudado mucho en este tiempo de transición. Ha servido de puente para tantos altibajos en las emociones, asumiendo también los problemas internos de su millonario club, propiedad del fondo de inversión público de Arabia Saudí, para hacer cumplir las normas financieras y de sostenibilidad de la Premier League. Howe ha puesto calma en los momentos más críticos, y, también en el ‘caso Tonali’, ha cerrado filas con el italiano. Le ha programado un plan específico y personalizado para estar en forma, y le trata como si tuviera que saltar mañana al césped de Saint James’ Park, a disputar el importante partido frente al Tottenham Hotspur.

Tonali se está acercando a la mitad de su sanción después de que en octubre se le impusiera una suspensión de 10 meses por infracciones en las apuestas que realizó en Italia. Queda pendiente ahora la investigación que está realizando la federación inglesa, pero la lenta salida del túnel del italiano tiene la comprensión de sus compañeros y el cuerpo técnico, que le han arropado en el vestuario. En su dura aclimatación a la capital del Tyne, el propio Tonali reconoció sentirse “perdido”. A sus 23 años las penas del italiano son ahora compartidas por jugadores como el portero Pope, el central holandés Botman, el capitán Trippier o el atacante brasileño Joelinton, también estrellas del equipo, caídos en desgracia con lesiones inoportunas, que han mermado mucho las opciones del Newcastle.

Pese a los contratiempos, y a los rumores que sitúan al Newcastle como un club vendedor en el próximo verano, para adecuar sus balances a las exigencias de la Premier, Howe inyecta todo el optimismo del que es capaz. Puede que la importante victoria frente al Fulham (0-1), en un partido bastante mal jugado en Craven Cottage, sea un punto de inflexión gracias al gol de Bruno Guimaraes. “Fue una respuesta increíble, un cambio de actitud que marcó la diferencia. Está a la altura de una de las mejores victorias de la temporada”, ha explicado Howe, que ha puesto imaginación para suplir la ausencia de hasta 13 jugadores por diferentes problemas físicos.

El crecimiento del Newcastle, palpable tras su gran temporada del pasado año tras terminar cuarto y volver a la Champions League, corre peligro ahora de quedar frenado, si el equipo no reacciona bien en las últimas siete jornadas. Octavo clasificado ahora, a sólo dos puntos del Manchester United (sexto), pero a 13 ya del Aston Villa (quinto), la clasificación para jugar en Europa es clave para el ambicioso proyecto de capital árabe en Tyneside, mientras los nombres de Bruno Guimaraes y Alexander Isak, dos de sus referentes, circulan como posibles traspasos, sin que eso esté alterando el positivismo de Eddie Howe.

“Mi intención sería retener a Bruno Guimaraes el mayor tiempo posible”, dice con cautela el técnico de Amersham, al que el club debe agradecerle el empujón táctico y su acertada elección de refuerzos que condujeron al Newcastle a volver a pelear con los mejores. Los dirigentes también han puesto el esfuerzo económico, con la inversión y el salto cualitativo que se notan en las instalaciones renovadas en Benton. Allí, en una atmósfera de quietud y aislamiento, los jugadores disfrutan de todo tipo de atenciones para sus jornadas de preparación, con modernas zonas de vestuarios y relajación, piscinas de hidroterapia, y hasta un campo cubierto para los días de lluvia. Todo ese esfuerzo necesita de una gran plantilla acorde a los objetivos que se traza el club, pero los ingresos de los torneos de la UEFA son claves para poder mantenerla.

Por eso es tan importante el partido de mañana frente al Tottenham, en Saint Jame’s Park. El particular espíritu de su estadio, uno de los más ruidosos de Inglaterra, acompaña al equipo y no se ha venido abajo en ningún momento. No lo hizo con Sandro Tonali, a quien ya compuso una canción de apoyo, ni lo ha hecho con los golpes y derrotas inesperados. En el momento en que les urge una reacción final, la fiel afición ‘geordie’ volverá a ser el alma del Newcastle.