¿Qué tienen en común Lawrence de Arabia, Indiana Jones, La princesa prometida, Jumanji, La guerra de las galaxias y La historia interminable? Pues además de ser algunas de las mejores películas de todos los tiempos, en todas ellas hacen su aparición las mortíferas y tristemente pasadas de moda arenas movedizas. Si naciste en algún momento entre los años cincuenta y ochenta, ya sabes cómo va la historia: el héroe camina confiado por el desierto/jungla/paisaje postapocalíptico indeterminado, látigo en mano, sonrisa de satisfacción en la cara, listo para enfrentarse a lo que la naturaleza le depare. Entonces, sin previo aviso, el suelo cede bajo sus pies. Se agarra a una rama, a una liana, a cualquier cosa, pero es inútil. Es succionado hacia abajo, hacia el centro de la tierra. Argh. En cuestión de minutos habrá desaparecido y su búsqueda habrá sido en vano.
Excepto que tú eres una Persona Inteligente de la Era de Internet™, así que sabes que nada de eso es cierto. Las arenas movedizas, aunque existen, son excepcionalmente raras, ya que requieren una confluencia bastante inusual de ingredientes (arena, agua, arcilla, sal) para mezclarse en las proporciones exactas. Y en realidad no son tan peligrosas. Puede que te quedes atascado en ellas, pero no te hundirás más de la cuenta. Aunque las arenas movedizas pueden matar y matan a la gente de vez en cuando por hipotermia o inanición, nunca lo hacen tragándoselas para no volver a verlas nunca más, pero más tarde veremos qué puedes hacer en el improbable, pero nunca imposible, caso de que te quedes un día atrapado en ellas. Ya sabes, una de esas habilidades que todo hombre debe tener. Pero antes nos gustaría, brevemente, porque eres una persona con muchas cosas que hacer, como evitar caer en unas traicioneras arenas movedizas, recordar cuál fue su edad dorada y por qué se han evaporado prácticamente de la industria del entretenimiento.
Las arenas movedizas han sido un valioso, barato y emocionante recurso cinematográfico casi desde la aparición del cine. La primera víctima rescatada de sus arenosas garras fue una mujer en la película Saved from The Quicksand (1909). Pero su apogeo como argumento recurrente duró desde los años 40 hasta los 60, y en esa última década, ¡el 3% de las películas, o una de cada 35, incluían arenas movedizas! Pero también hicieron gloriosas apariciones hasta el ocaso del siglo XX en nuestros dibujos animados favoritos o atrapando a Buttercup en La princesa prometida (1987) o al personaje de Robin Williams en Jumanji (1995). Su última aparición memorable fue en la infausta Indiana Jones: el reino de la calavera de cristal (2008).
Pero ahora, las arenas movedizas se han evaporado del cine y la tv estadounidenses, y por extensión de las del planeta entero, rechazadas incluso por los directores de género que una vez las consideraron indispensables. No verás a Antonio Alcántara luchando por salir de las arenas movedizas. Tampoco a Roman Roy o nadie de Los Bridgerton. Ni siquiera a alguno de los personajes de Perdidos, y mira que en aquella jungla tuvieron oportunidades de caer en ellas. Es cierto, las arenas movedizas ofrecieron en su día a los cineastas una sencilla receta para la emoción: Un charco de agua, espesado con harina de avena y ¡bingo! Ya tienes un recurso argumental sin necesidades de personajes, motivaciones ni historia.
Auge y caída de las arenas movedizas, reivindicando una trampa mortal venida a menos
La explicación de por qué han caído el olvido se puede justificar porque los guionistas, haciendo caso a la ciencia, han comprendido que en realidad no son el peligro mortal que crecimos pensando que eran. O porque son un peligro que depende de la lentitud del paso del tiempo y ahora, con las trepidantes secuencias de acción CGI, todo debe pasar muy rápido.
Pero eso no explica por qué las seguimos recordando con tanta nostalgia. Al contrario que otras circunstancias poco realistas de nuestra infancia, como el Triángulo de las Bermudas o las clásicas abducciones alienígenas, no parecen ocupar un lugar tan especial en nuestros corazones.
La doctora Krystine Batcho, inventora del Test de la Nostalgia, ofrece una explicación al respecto en el Washington Examiner. “Las escenas nostálgicas son acontecimientos que pueden almacenarse en una imagen relativamente sencilla”, explica. “La investigación cognitiva ha demostrado que estas imágenes son muy duraderas en la memoria y se recuperan fácilmente de ella”. Batcho añade que la emoción también nos ayuda a recordar, de modo que el horror ante la idea de una muerte lenta y solitaria permaneció con nosotros. ¡Chúpate esa, Hollywood!
¿Cómo sobrevivir a las arenas movedizas?
Como ya hemos dicho, aunque las arenas movedizas existen en la vida real, la gente no se ahoga en ellas. El cuerpo humano es solo la mitad de denso que las arenas movedizas, por lo que solo la mitad del cuerpo puede hundirse. Los estudios científicos han demostrado que, aunque salir de ellas puede ser difícil, una víctima flotará a la altura de la cintura en lugar de sumergirse por completo hacia una muerte horrible pero de lo más épica.
Auge y caída de las arenas movedizas, reivindicando una trampa mortal venida a menos
No olvides que para nuestros jóvenes cerebros ninguna amenaza era más exagerada que las arenas movedizas. Basándonos en la sabiduría aprendida de muchas horas de dibujos animados los sábados por la mañana, era muy probable que tú y todos tus conocidos acabarais con el agua hasta el cuello. Por supuesto, eso era también cuando pensabas que de mayor ibas a ser explorador y no acabar escribiendo en Esquire.
En cualquier caso, si por desgracia te encuentras descendiendo a terreno incierto, aquí tienes una estrategia que puedes guardar en un pliegue no utilizado de tu cerebro. Aunque no puedes ahogarte, sí que puedes quedarte atascado, y resulta que tener un amigo que te saque de ahí por mucho que puedas tener una cuerda o liana a mano, es casi imposible, ya que sacar a alguien de un tirón equivale a levantar un coche. Tampoco conviene dejarse llevar por el pánico, ya que solo conseguirás enterrarte aún más.
Lo primero que debes hacer es deshacerte de la mochila u otros objetos pesados que lleves encima y no asustarte. A continuación, túmbate boca arriba y separa las extremidades. Al igual que pasa con una raqueta de nieve, la mayor superficie de tu cuerpo evitará que te hundas rápidamente en la arena blanda. Empieza a mover lentamente las piernas para remover la arena y sacar el agua a la superficie, lo que te facilitará flotar y salir del fango. Tampoco estaría de más tener un teléfono móvil para llamar a emergencias.
Datos fascinantes sobre las arenas movedizas
Ya hemos establecido que las arenas movedizas tienen una reputación letal: un porcentaje sorprendentemente alto de villanos de películas se ahogan en ellas, y no pocos héroes han salvado a una damisela en apuros de un final fatal. Pero las arenas movedizas son mucho más complejas de lo que Hollywood nos quiso hacer creer.
Existen dos tipos de arenas movedizas.
Las arenas movedizas húmedas son aquellas en las que la arena está suspendida en agua. Las arenas movedizas secas se producen cuando partículas muy finas de arena están suspendidas en aire en lugar de en un líquido. Esta combinación de baja densidad, creada en un experimento de laboratorio y publicada en la revista Nature en 2004, se tragaba instantáneamente un objeto colocado en su superficie. No está claro dónde y cuántas arenas movedizas secas existen realmente, aunque lo más probable es que se encuentren en desiertos y en la base de las dunas, donde el aire puede fluir entre los finos granos.
Auge y caída de las arenas movedizas, reivindicando una trampa mortal venida a menos
Las arenas movedizas pueden formarse en cualquier lugar donde se den las condiciones adecuadas
Para que se formen arenas movedizas, las condiciones deben ser perfectas: tiene que haber una cantidad de tierra granulada y una fuente de agua constante que sature el suelo. Las arenas movedizas suelen formarse en playas, orillas de lagos, riberas de ríos, marismas y en el suelo que rodea manantiales subterráneos.
Los terremotos pueden provocar situaciones similares a las arenas movedizas
Cuando se produce un terremoto importante, su movimiento puede hacer que el suelo suelto y seco se comporte como un líquido, un fenómeno denominado licuefacción. La arena o la tierra pueden ser expulsadas del suelo y desestabilizar la superficie, por lo que cualquier edificio construido allí empezará a hundirse, de forma muy parecida a la acción de las arenas movedizas. Eso es exactamente lo que ocurrió en junio de 1964 cuando un terremoto de magnitud 7,6 sacudió Niigata, Japón. Murieron o resultaron heridas relativamente pocas personas, pero la licuefacción generalizada dañó o destruyó casi 15.000 viviendas.
News Related-
Jugadoras muestran su amor previo a enfrentarse en Final de Liga MX Femenil
-
“Quiere ser blanca”: critican a Beyoncé por su aspecto durante estreno de “Renaissance’
-
Vicente Fox cierra su cuenta de Twitter tras acusaciones de misoginia
-
Nicola Porcella causa polémica par dar un “ride” al Metrobús a sus fans
-
Rayados: Héctor Moreno 'enciende' a la afición tras renovar con Monterrey
-
X es "un arma de destrucción masiva de nuestras democracias", alcaldesa de París
-
Abejas de León pierde ante Fuerza Regia que suma su tercer juego ganado
-
Javier Milei se reúne en Nueva York con el expresidente Bill Clinton y un asesor de Biden
-
Entre acusaciones, dirigentes nacionales de PAN, PRD y MC se confrontaron en debate en la FIL
-
¿Por qué NO todos los trabajadores tendrían 2 DÍAS de DESCANSO con la Reforma Laboral? LFT
-
Los personajes más odiados de todos los tiempos en las series: 'Game of Thrones' aparece tres veces entre los 10 más votados
-
Gobierno de AMLO pagará 2 mil millones de pesos a Liverpool por la bodega para la "superfarmacia"
-
¿Qué usó Anika Rodríguez en la cara durante la final femenil?
-
“Riesgo de una catástrofe nuclear es real y va en aumento”, alerta Juan Ramón de la Fuente en la ONU