Una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos: despiadadamente cruel y hermosa

La ciencia ficción no es precisamente un género que presente historias conmovedoras y que hacen que derrames alguna que otra lágrima. Aunque algunas como Interestelar y La langosta cuentan con elementos que hicieron algo memorable de sus personajes, otras como Alien de Ridley Scott y La cosa del otro mundo son verdaderamente terroríficas, con escenas repletas de sangre.

Hacer buenas películas de ciencia ficción no es una tarea fácil, en especial, cuando se ha convertido en uno de los géneros favoritos del público, quienes no se sorprenden tan fácilmente como lo hacían antes. Si estás en búsqueda de algo que te sacará por completo de todo lo que has visto de ciencia ficción, entonces deberías ver una de las mejores películas de todos los tiempos este género: una cinta tan cruel como hermosa.

2007 no fue un año espectacular para la ciencia ficción, y además de algunas cintas como Star Trek: Némesis y Obsesión, pocas películas se destacaron. Pero entonces, cuando se creía que todo estaba perdido para el género, apareció el director de Quisiera ser millonario y Steve Jobs, Danny Boyle, con una propuesta: un thriller psicológico de ciencia ficción en el que nadie había pensado antes.

Sunshine: Alerta solar no sólo tuvo un aspecto impecable, sino que también mostró ser emocionante desde el principio de la cinta. Las imágenes espaciales de la película de Boyle son espectaculares, a tal nivel, que cada secuencia debería ser considerada una verdadera obra de arte. Junto a Exterminio y Trainspotting, Sunshine: Alerta solar es una de las producciones más fuertes de su carrera hasta la fecha.

En Sunshine: Alerta solar es el año 2057 y, como dice Capa, personaje de Cillian Murphy, “Nuestro sol se está muriendo”. Para salvar la Tierra, Capa y otros siete astronautas abordan la nave espacial Icarus II en una misión que implica una bomba estelar. Después de un viaje de 16 meses, entran en la “zona muerta”, donde ya no hay comunicación con la Tierra, y ahí descubren al Ícaro I, el transbordador espacia que se había perdido siete años antes. ¿Deberían recuperar la bomba del barco o simplemente pasarlo por alto?

Las decisiones que toman están determinadas por errores de cálculo y conjeturas sobre su propio futuro. La tensión aumenta a medida que las opciones disminuyen. El ingeniero Mace se mete en altercados con Capa; la bióloga Heart protege su invernadero; y el oficial de comunicaciones Harvey culpa a otros por lo que sale mal. Sin embargo, necesitan trabajar juntos si quieren sobrevivir.