Esta casa de casi 600 metros cuadrados tiene un estilo tan ecléctico que cada habitación es diferente

Esta preciosa villa conserva todo el encanto de las muchas casas construidas en Los Hamptons durante los años 50. Con más de 500 metros cuadrados tiene seis dormitorios, ocho baños y una casa de de invitados independiente junto a la piscina (y un amplio garaje para la creciente colección de automóviles de los propietarios). Pertenece a un matrimonio ya jubilado al que le gusta recibir a todos sus hijos y nietos cómodamente. Para renovarla contaron con el estudio Tatum Kendrick Design (TKD), con quien ya habían trabajado para reformar otras propiedades de la pareja. Compuso para ellos unos interiores cálidos y exquisitos con una ágil mezcla de estilos que van desde la sofisticación del aire de costa clásico de los Hamptons al country o rústico moderno inspirado en las casas de campo de la campiña inglesa. Todo ello atrezado con toques contemporáneos. Cada ambiente tiene su propia personalidad en las que el uso del color, las molduras en las paredes y textiles tienen mucho que decir.

“Después de haber trabajado con los clientes en numerosas ocasiones, Tatum Kendrick Design pudo tomarse libertades creativas al diseñar la casa, fusionando acabados y muebles antiguos, retro y vintage de mediados de siglo y modernos. El resultado final es una propiedad acogedora, cautivadora y espaciosa que espera ser explorada, perfecta para las escapadas de verano de la familia”, explican desde el estudio.

Como eje central y punto de reuniones principal destaca el gran salón, con una doble altura espectacular y un cerramiento acristalado escultural. Aquí el estudio TKD optó por paredes de colores claros y un blanco inmaculado en la carpintería tradicional para capitalizar el carácter abierto del espacio. Cada ambiente destila una personalidad propia de tal manera que en ocasiones parece que estás en una casa diferente, “queríamos que cada espacio se percibiera distinto”, afirman. Y, de los blancos y grises del salón, pasamos a los estampados de leopardo de la sala de estar más informal. O al papel pintado botánico del comedor… un abanico de texturas, colores, acabados, piezas, complementos que, por separado, parecen opuestos pero que, combinados con sabiduría, se fusionan como si hubieran sido pensados para estar juntos y crear una casa ecléctica, cómoda y llena de personalidad.

En el salón, sofás Noguchi de forma libre tapizados en Fortuny Bacan Silver Lining y un par de sillones Norman Belgeddes.

Completando el área de estar, una mesa de centro personalizada “boomerang” se centra entre los asientos principales.

casa en los hamptons

Mesa redonda de nogal Biedermeier del siglo XIX en el distribuidor.

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Mesa de comedor de mármol blanco Angelo Mangiarotti personalizada se combina con sillas de comedor forradas en cuero Finn Juhl (1964). Una lámpara de araña italiana al estilo de Gio Ponti ilumina el espacio.

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Sala de estar con un sofá modular tapizado en Cabbage Rose, de Jasper.

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La cama y el cabecero de la suite principal fueron hechos a medida y tapizados en tela de carbón claro de Harbinger. Dos mesitas de noche de nogal y abedul de William Hinn ofrecen un toque de calidez con sus ricos tonos de madera, y una pieza original de cemento sobre lienzo del artista Darius Yektai, con sede en los Hamptons, decora el espacio.

Estilismo: Estudio Colin King