Caleta Tortel, el mágico pueblo que se recorre sobre el agua

Casi al terminar la carretera más austral del mundo se llega a Caleta Tortel, un icónico pueblo ubicado en el extremo sur de Chile, caracterizado por sus kilométricas pasarelas construidas sobre el agua, con una milenaria madera de ciprés de la zona.

Elegida en 2023 como Best Tourism Village por la Organización Mundial del Turismo (OMT), esta auténtica y pequeña localidad es una parada obligada para quienes se aventuran en recorrer en automóvil, motocicleta o en bicicleta la mítica Carretera Austral de la Patagonia chilena.

El príncipe William viajó a Chile para realizar trabajos como voluntario en Caleta Tortel.

Quien bien conoce este pueblo mágico es el príncipe de Gales, ya que a sus 18 años permaneció por más de dos meses en Caleta Tortel como voluntario de la organización británica Raleigh. En su estadía realizó diversas labores desde construir pasarelas, amasar pan, enseñar inglés en una escuela rural y hasta limpiar baños. Si ya estás pensando en planear un viaje para conocer este pueblo de identidad única, te dejamos nuestras recomendaciones para visitar Caleta Tortel.

Puedes recorrer Caleta Tortel a través de sus más de siete kilómetros de pasarelas de madera.

Caminar, caminar y caminar

Caleta Tortel es una de las metas finales de la Carretera Austral chilena. Inmerso entre los Campos de Hielo Norte y Sur, este pueblo costero se encuentra en la penúltima parada antes de concluir la travesía en Villa O’Higgins.

Para llegar, el aeropuerto más cercano es el de Balmaceda ubicado en la ciudad de Coyhaique. Desde ahí puedes movilizarte del modo que más te acomode siguiendo la Carretera Austral en dirección sur por unos 462 kilómetros, lo que en automóvil serían aproximadamente nueve horas. Si llegas en vehículo, debes estacionarlo en la entrada de Caleta Tortel, ya que en este pueblo no encontrarás calles de cemento, solo pasarelas, puentes y escaleras hechas con la especial madera de ciprés de las Guaitecas, que invitan a recorrer la caleta a pie.

Las pasarelas de más de siete kilómetros de extensión, fueron construidas del mismo modo que los palafitos típicos de la isla de Chiloé, en el sur de Chile, como una manera de aprovechar la superficie acuática para conectar el poblado.

Al caminar por las pasarelas podrás pasear entre las casas de quienes habitan Caleta Tortel y hasta contar con la compañía de perros en el recorrido, quienes son parte del paisaje de esta pintoresca localidad rodeada por una vegetación única que contrasta con las aguas turquesas del río Baker, el más caudaloso de Chile, que desemboca en la península.

Desde Caleta Tortel puedes ver los glaciares que forman parte de la última etapa de la Carretera Austral.

Naturaleza y cultura

El atractivo turístico de Caleta Tortel no solo reside en su singular estilo arquitectónico, sino también en el entorno natural en el que está inmerso. Rodeada por montañas, fiordos, islas y humedales, desde esta localidad puedes navegar a través de los canales patagónicos para conocer diversos glaciares, como el Glaciar Jorge Montt o el Glaciar Steffen que forma parte del Parque Nacional Laguna San Rafael.

También puedes dirigirte hacia el río Baker y conocer la misteriosa Isla de los Muertos, un Monumento Histórico que funciona como antiguo cementerio y que guarda una leyenda local que data de principios del siglo XX.

En la isla se pueden ver 33 cruces que representan la muerte de los cientos de trabajadores que llegaron a Caleta Tortel de la mano de la Sociedad Explotadora del Baker, para extraer los recursos forestales de la zona y, de esta manera, colonizar y dar forma al pueblo maderero. Existen diversas teorías sobre posibles causas de muerte, desde una epidemia hasta envenenamiento accidental, lo que hace de esta isla un misterio aún sin resolver.

Desde sus orígenes, Caleta Tortel se caracterizó por ser un puerto maderero.

Una vida hecha en madera

La madera ha sido parte central en la vida de Caleta Tortel. Primero con los Kawéskar, un pueblo nómada que navegaba en canoa entre los canales y fiordos que rodean esta localidad, hasta los carpinteros que tallaron pequeñas tejas de madera que decoran los techos de las casas.

Estas son tradiciones que se mantienen vivas hasta el día de hoy en este pintoresco pueblo que celebra cada año a inicios de febrero sus fiestas costumbristas, donde puedes conocer la artesanía, música y gastronomía típica de la zona, como el asado al palo y las empanadas fritas.

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