La Champions se resiste

El tren de la Champions pasó de largo. El Athletic dejó escapar la oportunidad de auparse a la cuarta plaza en Almería. A pesar de su condición de colista y de estar condenado al descenso, el equipo de Gaizka Garitano mostró orgullo y corazón y resistió con suficiencia aun jugando con un jugador menos durante más de 40 minutos.

Una versión decepcionante del cuadro vasco se topó con un rival que no está dispuesto a bajar los brazos. Al menos de momento. El partido fue un ejercicio de impotencia para los de Valverde, que en ningún momento pusieron de manifiesto los 39 puntos que separan a ambos equipos en la clasificación.

El Almería asomó por el partido con ganas de sumar su primera victoria y mostrando cierta alegría en su juego. Por momentos puso en aprietos al Athletic, al que no sentaron nada bien los cambios y las bajas tras la batalla copera en el Metropolitano.

Tardaron en cogerle el pulso al choque los visitantes, que no cazaron su primera ocasión de peligro hasta el minuto 40. Y fue a balón parado, con un cabezazo de Paredes al que respondió de forma estelar Maximiano. La acción se repitió minutos después en la otra portería y con Lozano y Simón como protagonistas. En este caso el meta vasco no tuvo que emplearse tanto porque el hondureño remató muy centrado.

El Athletic, irreconocible, ni siquiera fue capaz de sacar partido al enésimo regalo que concedía el Almería esta temporada. Ramazani agarró a De Marcos por detrás y vio la segunda amarilla cuando quedaban casi 40 minutos por delante. Garitano no daba crédito. Hasta entonces su equipo estaba tuteando y manteniendo el tipo ante los de Valverde. El Athletic inclinó el campo hacia Maximiano, pero no encontró la manera de generar ocasiones.

Sin ideas, carente de fluidez y con una intensidad muy por debajo de lo habitual, el equipo bilbaíno no encontró la manera de hincar el diente a un Almería que aprovechó los cambios para refrescar piernas y mantuvo una actitud competitiva encomiable. Las ocasiones se resistieron hasta el epílogo y los palos evitaron los goles. Primero se topó con el poste Raúl García (86′) y tres minutos después Marezi estrelló en la madera una contra perfectamente trenzada por el Almería que pudo poner patas arriba el Power Horse Stadium.

“Sabor a derrota”, reconocía De Marcos al final del encuentro. No es el Athletic un equipo que suela bajar los brazos, pero en Almería ha dejado escapar una excelente ocasión para lanzar un serio aviso a Atlético y Barça.