Rosas y antenas para celebrar los 75 años de la artista alemana Genzken

Berlín, 26 nov — Una rosa para un cumpleaños: una versión del símbolo del amor, la belleza y la pureza de ocho metros de altura, obra de la artista alemana Isa Genzken, se alza frente a la famosa estructura de la Nueva Galería Nacional de Berlín.

Genzken, quien cumple el lunes 75 años en Berlín, mandó hacer la primera copia de este “símbolo internacional” en 1993. Hoy en día, la escultura puede considerarse también un regalo simbólico a una de las artistas contemporáneas más importantes de Alemania.

En Nueva York, otra ciudad importante para la obra de la artista, también hay una de sus rosas. Desde 2018, una copia de su famosa obra de acero pintado se encuentra junto al nuevo World Trade Center en memoria de los fallecidos en el atentado terrorista del 11 de septiembre de 2001.

El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) dedicó a Genzken una amplia retrospectiva en 2013, que también recorrió Estados Unidos.

Nacida en Bad Oldesloe en 1948, Genzken creció en un hogar de clase media en Hamburgo. Estudió fotografía y artes gráficas en Berlín y asistió a las clases magistrales de Gerhard Richter en la Academia de Arte de Düsseldorf. Estuvo casada con el pintor de 1982 a 1993.

Genzken nunca se deja encasillar. Inspirada inicialmente por el minimalismo y el arte conceptual, exploró constantemente nuevos terrenos y no rehuyó lo disruptivo y la audacia.

Fue invitada tres veces a exponer en la documenta de Kassel. La Bienal de Venecia llevó a la artista a la ciudad italiana en cinco ocasiones. En 2007 también diseñó allí el Pabellón Alemán. Bajo el título “Oil”, transformó las salas en un mundo de turismo de masas marcado por la muerte. La revista de arte “Monopol” la reconoció entonces como la “artista viva más importante” del año.

En 2023, Genzken vuelve a encabezar esta clasificación de los 100 mejores. “Cuanto más se establece su arte de ensamblaje e instalación aleatorio hecho de materiales cotidianos brillantes, moda de diseño, láminas de espejo y cinta adhesiva como una extensión de la escultura en general, más inconfundible se vuelve el original”, escribe la revista.

Con motivo de su cumpleaños, la Neue Nationalgalerie de Berlín ha reunido 75 obras de todos los periodos de su obra desde la década de 1970. Las diferentes técnicas de Genzken con la madera, el hormigón, el acero, la escultura, los espejos o la tela quedan patentes en las distintas fases de su obra.

“Isa Genzken. 75/75” puede verse hasta el día del cumpleaños de la artista. Entre ellas hay varios ejemplos de sus idiosincrásicas adaptaciones de la famosa estatua de Nefertiti o maniquíes extrañamente disfrazados, que también pueden verse como autorretratos alienados.

Genzken suele coleccionar objetos encontrados de la vida cotidiana y los pone en relación unos con otros. “Me gusta conectar cosas que antes estaban inconexas”, dijo una vez. “Esta conexión es como un apretón de manos entre personas”.

Las antenas también son importantes para esto. Como conexiones entre personas o mundos, desde dentro y desde fuera, son parte integrante de la obra. Genzken utiliza pedestales para elevar algunas obras a la altura humana. Así, el intercambio puede tener lugar a la altura de los ojos. Uno de sus “receptores de mundos” de hormigón con una larga antena lleva “Gerhard” en su título.

Genzken pudo visitar la exposición, según informó el director del museo, Klaus Biesenbach, en el transcurso de la muestra. No se trata de algo obvio. La artista lleva mucho tiempo muy enferma. Sufre un trastorno bipolar que la sume una y otra vez en la oscuridad y la angustia emocional. A pesar de su fama, no le gusta el revuelo que la rodea. Prefiere trabajar sola en su estudio de Berlín, evita las apariciones públicas y rara vez concede entrevistas.

El día de su cumpleaños recibe un regalo en forma de arte: la monumental escultura de Genzken “Luna llena” (1997/2023) se instala en la zona exterior de la Nueva Galería Nacional. Durante un año, su contribución a los Proyectos de Escultura de Münster 1997 formará parte de las obras exteriores del museo. Una esfera de cristal de 2,5 metros de diámetro brillará día y noche sobre una varilla de acero inoxidable de 14 metros de altura.

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