El cerco de Sevilla: la estrategia de los tractores para colapsar la ciudad desde 5 frentes

Todo el que se mueva mínimamente en coche alrededor de Sevilla tiene una historia con las tractoradas de los últimos días. La profesora que da clase en Barbate y tardó cinco horas en llegar a sus cursos prematrimoniales o el consejero de la Junta que ha cogido el tren en lugar del coche oficial para llegar al Consejo de Gobierno a tiempo. Pero el número de historias se multiplicará este miércoles con creces si la protesta que han convocado las cuatro organizaciones agrarias representativas en Andalucía tiene éxito. El plan es cercar Sevilla por los cuatro puntos cardinales, con seis columnas de tractores que se aproximen a la capital hispalense desde las cinco autovías que conectan la urbe con el resto del país. “Ya está bien de historias, hacen falta hechos, compromisos”, ha zanjado el líder de Asaja en Sevilla, Ricardo Serra, en una comparecencia este martes.

Los tractores están convocados a las nueve de la mañana del miércoles en seis puntos, algunos de los cuales ya han tenido algún corte en los últimos días, como ocurre con la AP-4 a la altura de Los Palacios y Villafranca. Esta es la carretera de gran capacidad que une Sevilla con Cádiz y que hasta hace unos años era una autopista de peaje, por lo que no cuenta con muchas salidas para escapar en caso de aglomeración. Desde el sureste, deben llegar dos columnas por la A-92, la autovía transversal que parte de Sevilla y llega hasta Granada, pero también conecta con Málaga. Los agricultores están convocados en Estepa, a la altura de la estación de servicio Don Polvorón, y en La Puebla de Cazalla, junto a la cooperativa Oleand.

Más cerca de la capital andaluza comenzará la marcha por la A-4, la autovía hacia Madrid, con un punto de encuentro en un polígono de Carmona, a unos 30 kilómetros de Sevilla. Por el norte llega la A-66, la ruta de la plata que tiene en Mérida su primera parada y donde los tractores comenzarán su marcha desde una cooperativa de Alcalá del Río. El círculo se cierra hacia el este, en la A-49, la autovía que une Sevilla con Huelva y Portugal, donde la concentración comenzará en Benacazón, junto al hotel Abades, a 27 kilómetros del centro de Sevilla. Desde este punto, llegan gran parte de los habitantes del Aljarafe, la comarca anexa a la capital andaluza, que tienen su trabajo diario en Sevilla, lo que anticipa el caos que se puede generar en la ciudad.

Si están convocados a las nueve de la mañana, para cuando lleguen a Sevilla ya el tráfico no será hora punta, ya que los primeros tractores tardarían al menos una hora en acercarse a las entradas de la capital andaluza. Pero si la marcha tiene el suficiente poder de convocatoria, la ciudad puede quedar colapsada, con una única autovía libre, la salida hacia Utrera. Y esto tiene visos de ocurrir, ya que a diferencia de las manifestaciones de los primeros días, se trata de una protesta que cuenta con el aval de las cuatro principales organizaciones agrarias y ganaderas de la comunidad: Asaja, COAG, UPA y las Cooperativas Agroalimentarias.

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“Se va a liar una buena”, apunta una fuente de una de estas organizaciones horas antes del inicio de las protestas, que van asociadas a un paro en el sector agrario, agroindustrial y la industria auxiliar en la provincia de Sevilla. Las mismas entidades convocarán mañana varias ocupaciones de carreteras en la provincia de Málaga, en Jaén y en el puerto de Motril. En la capital de la Costa del Sol, la manifestación que llegue hasta el centro está prevista para el 21 de febrero, después de que el regidor, Francisco de la Torre se quejara de que las protestas del campo hayan llegado a las urbes.

“Hacemos un llamamiento a la unidad y a la continuidad en el tiempo de las movilizaciones”, defienden las cuatro entidades agrarias en un comunicado lanzado este martes. A diferencia de las primeras protestas, que fueron casi espontáneas, las marchas convocadas por Asaja, COAG, UPA y las Cooperativas Agroalimentarias sí están comunicadas a las distintas subdelegaciones del Gobierno y en su escrito las organizaciones reclaman respeto a la acción de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

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Las reivindicaciones tienen como objetivo último arrancar un compromiso al Gobierno central para que Luis Planas, ministro de Agricultura, negocie en Bruselas una nueva política agraria común (PAC) más beneficiosa para el campo andaluz. En la actual normativa de la PAC, se contempla el llamado “cuaderno digital”, un elemento que los agricultores consideran perjudicial porque añade más burocracia a su labor. Pero sobre todo piden “un control efectivo” de las importaciones para evitar una competencia con productores de fuera del mercado común que no tienen las mismas exigencias ambientales. “No podemos seguir con este medioambientalismo”, dijo el vicepresidente de Asaja nacional hace unas semanas, tras verse con Planas en la sede del ministerio. De esta forma reclaman la retirada de “unas políticas verdes que nos asfixian en nuestra actividad diaria”. Y, además, piden ayudas por valor de 1.500 millones para los sectores en crisis.

Las marchas en Andalucía adquieren relevancia si se tiene en cuenta que la comunidad más poblada del país también es la que tiene más peso del sector agrario y ganadero, con el 10% del PIB y el 13% de empleo procedentes del sector primario, según los datos de la Junta de Andalucía.