El gimnasio de la creatividad: 10 minutos diarios de calma para hacer feliz a tu mente

El gimnasio de la creatividad: 10 minutos diarios de calma para hacer feliz a tu mente

El gimnasio de la creatividad es un espacio físico y mental. Una actividad donde apagar el piloto automático de tu cerebro, calmar la mente y ser feliz..

Cultivar nuestra creatividad es un buen camino para cultivar un cerebro feliz. La capacidad para pensar fuera de lo establecido, encontrar nuevas soluciones y generar ideas, no es patrimonio de unos pocos. Combinada con la capacidad para poner el foco en una actividad tiene importantes repercusiones en nuestro bienestar mental. “La velocidad en la que hoy en día vivimos inmersos, tanto profesional como personal, hace que nuestras ocasiones de ser creativos puedan verse mermadas, así como la posibilidad de cuidarnos y de disfrutar del día a día. Nuestra mente se anticipa continuamente y nos preocupamos por hechos que aún no han tenido lugar o por hechos ya pasados. Esto es debido a que, de alguna manera, dejamos que nuestros pensamientos automáticos y sin control dirijan nuestra vida. Todo ello nos produce incertidumbre, estrés y nos imposibilita que podamos disfrutar del momento, del ahora”, explica el centro Baraka de arte y mindfulness.

El gimnasio creativo: 10 minutos diarios que calman tu mente

El gimnasio creativo es un lugar para parar. Un espacio diario para apagar el piloto automático cerebral y dejarla divagar, explorar, descubrir, arriesgar. Un momento donde buscar el estado flow de la mente de máxima concentración, creatividad, disfrute y felicidad. Un estudio de la Fielding Graduate University -Creatividad consciente: una exploración de una intervención de mindfulness en la creatividad del grupo de trabajo- demostró que con apenas 10 minutos de mindfulness, 7 de cada 10 personas de un grupo incrementaron sus ideas creativas. El psicólogo y profesor de la Universidad de Amsterdan Matthijs Baas demostró la importancia de ciertas habilidades que desarrolla la práctica mindfulness en el proceso creativo. Por ejemplo:

• Observación: la capacidad de observar fenómenos internos (como sensaciones corporales, pensamientos y emociones) y estímulos externos (imágenes, sonidos, olores, etc.)
• Presencia consciente: la habilidad para realizar una actividad con total atención.
• Descripción: el poder describir fenómenos sin analizarlos conceptualmente.
• Aceptar sin juicio: no tener prejuicios o críticas sobre la experiencia del momento presente.

Cómo crear tu propio gimnasio creativo

Cada vez es más corriente encontrar en redes sociales personas que muestran cómo practican el mindfulness creativo. Si hace tiempo que te has bajado del tren de las actividades creativas, recuerda que la creatividad se entrena. Así lo explica, por ejemplo, el coach empresarial Joaquín Monzó en su libro El gimnasio de la creatividad: el método de las 5 rutinas (Plataforma Editorial). Éstas son nuestras claves para crear tu propio gimnasio:

• Agenda la actividad: busca tu momento diario para practicar el mindfulness creativo. Reserva entre 10 y 30 minutos, según te apetezca. El final del día es un buen momento. Te relajará.
• Acondiciona un lugar en tu casa. Se trata de toda una tendencia de decoración que puedes conocer más a fondo en nuestro artículo: La nueva “zona bienestar” que necesita tu casa para darte calma y tranquilidad.
• Elige la modalidad creativa que más te apetezca: dibujar, coser, recortar, colorear…
• Libera tu mente. No busques otra intención que centrar tu mente en la actividad. Da igual si es bonito o feo, si te equivocas… Simplemente, disfruta.
• Y una idea: crea un Art Journal con todas las composiciones que vayas haciendo, día a día. Revisarlas más adelante será una fuente de satisfacción.

3 actividades para practicar en tu gimnasio de creatividad

1. Collage. Esta divertida práctica artística consiste en pegar papeles. Previamente tendrás que ir guardando en una caja recortes, envoltorios, cintas, pegatinas… En el momento de tu gimnasio creativo, elaborarás un composición libre e intuitiva.
2. Slow stich. Coge una sábana vieja, tu costurero y cualquier hebra para coser: cuerdas, hilos, lana…. Cose, borda, haz punto de cruz… Todo vale en tu sábana vieja y en tu momento de mindfulness creativo.
3. Caligrafía creativa. Lápices, rotuladores , bolígrafos, plumas… y un bloc blanco. Pon rumbo a tus emociones y plásmalas en la hoja, sin reglas, sin ideas preconcebidas, con atención y disfrute máximo.

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