Fricciones con Gobierno precipitarían salida de liberales y verdes de coalición petrista

Los partidos Liberal y Alianza Verde evalúan abandonar la coalición de Gobierno, revelando profundas fracturas internas. El desgaste político y la incertidumbre sobre el Acuerdo Nacional definen el último mes de este periodo legislativo.

Carlos Ramón González, director del Dapre, y Carlos Amaya, gobernador electo de Boyacá, tendrían los votos para que el Verde permanezca en el Gobierno.

Una carta del expresidente César Gaviria y una desafortunada declaración del ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, colocaron en jaque el respaldo de los partidos Liberal y Alianza Verde al gobierno Petro. Ambos partidos, inmersos en divisiones internas, evalúan mantenerse o abandonar la coalición oficialista. Según algunos de sus congresistas, no han sido tratados como parte del Gobierno. En lugar de ello, estarían siendo percibidos como validadores para aprobar las reformas, sin la posibilidad de contribuir. Incluso, aseguraron que los partidos que dejaron la coalición hace un año -la U y el Conservador- y colectividades de oposición, como el Centro Democrático y su jefe natural, Álvaro Uribe, han recibido un “mejor trato” y han sido llamados al diálogo en la Casa de Nariño en el marco del Acuerdo Nacional.

Gaviria, director del Partido Liberal, envió en la noche del domingo una carta al presidente Petro en la que aseguró que en la convención nacional del partido -en la que además se definirá su permanencia o su sucesor en la dirección- les pediría a sus militantes que se declaren en independencia. De ser así, ese panorama plantearía un obstáculo adicional para la aprobación de la reforma a la salud y de otros proyectos gubernamentales. En la Cámara, los liberales han sido claves para conformar el quórum y han acelerado la discusión, en cabeza del presidente de esa corporación, Andrés Calle, y con la influencia del ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, quien hace uso del diálogo uno a uno como estrategia.

Por su parte, el partido Alianza Verde adelanta una tensa reunión privada en la tarde de este lunes para revisar su posición en el Gobierno, motivados por la declaración de Jaramillo del pasado jueves, cuando cuestionó a los verdes por tener representación en entidades -según dijo, en la dirección de Icetex, que lidera Mauricio Toro, y en el Sena, en manos de Jorge Eduardo Londoño- pero mantener una postura crítica. De 8 senadores verdes, unos 5 quieren quedarse en la coalición, entre ellos Inti Asprilla. Y de 15 representantes verdes, los que respaldan la independencia son Katherine Miranda, Cathy Juvinao, Carolina Giraldo, Cristian Avendaño, entre otros, que sumarían alrededor de 8 congresistas en esa corporación.

Esta crisis en los apoyos políticos plantea no solo dificultades para la gobernabilidad de Petro y para la construcción de su Acuerdo Nacional, sino que deja ver la fragmentación existente en esos dos partidos, en los que hay pujas internas entre sectores que desde ya buscan los votos para lograr un cambio de posición o para mantenerse en el Gobierno. Tras la reunión de Alianza Verde, ese partido dejaría la decisión en manos de la dirección nacional, en una sesión que podría tener lugar en abril del 2024. Así, finalizando el 2023 se calentó el ambiente político, pero la decisión definitiva llegaría hasta entrado el siguiente.

Voces de los verdes que promueven la independencia aseguraron que Carlos Ramón González, director del Dapre y miembro de la dirección nacional del partido, así como Carlos Amaya, gobernador electo de Boyacá y copresidente, tienen los votos para permanecer en el Gobierno. Amaya estaría más cerca de la administración de Petro tras la reunión con los gobernadores a inicios de noviembre. Este diario le consultó y dijo que su posición es que “Alianza Verde ayude a buscar estabilidad y no al contrario”. El ministro Velasco aseguró que espera que ese partido los siga ayudando a “sacar adelante la agenda legislativa”.

A esa pugna se suman las posibles pérdidas que tendrían los verdes si dejan la coalición. La representante Olga Lucía Velásquez, afín al Gobierno, dijo que ese es uno de los temas claves, pues “si el partido se declara en independencia, pierde la presidencia del tercer año en la Cámara y tendría que renunciar a la presidencia el senador Iván Name”; así como, los excongresistas y exdirectivos verdes que hacen parte del Gobierno tendrían que renunciar a sus cargos, según el artículo 26 de la ley 5.ª de 1992 y el artículo 27 del estatuto de la oposición Ley 1909 de 2018.

En lo que tiene que ver con el Partido Liberal, el vocero en el Senado, Alejandro Chacón, aseguró que la bancada no tenía conocimiento de la carta en la que Gaviria pidió la independencia. Sobre eso, congresistas señalaron que hay una desconexión muy grande entre ellos y su director, especialmente con la Cámara de Representantes. Eso sí, otros senadores dijeron que la misiva sí puede ser reflejo de lo que la bancada quiere, pero que esa deberá ser una decisión de ellos.

Hay quienes interpretaron la carta de Gaviria como una forma de sacar pecho en una eventual declaración de independencia o de satisfacer a algunos de los militantes para conseguir los votos de cara a la convención nacional y prolongar su dirección. “El expresidente está proponiendo la independencia como una fórmula para empezar a calentar la campaña para escoger a un nuevo director. Desde hace meses él ha perdido el control de la bancada”, dijo a El Espectador el representante Juan Carlos Losada. Sobre eso, el ministro del Interior dijo que “a los liberales no les gusta que les manden, sino debatir. Su carta deberá ser evaluada en una bancada o la convención”, que todavía no tiene fecha.

No obstante, sí es cierto que el partido buscará tomar una decisión, pues hay quienes no se sienten de Gobierno: “No estamos liderando una política pública y no hemos sido llamados para la construcción de las transformaciones sociales que se tramitan en el Congreso. Hemos sido tratados realmente como un partido independiente”, dijo Chacón. Según señalaron, la liberal Catalina Velasco, ministra de Vivienda, no está en el Gobierno en su representación, sino por su cercanía al presidente Petro; y la burocracia que tienen estaría en cargos como el presidente de la Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter), Juan Carlos Muñiz.

Por otro lado, Chacón aseguró que no tienen que esperar a la convención nacional liberal -que sería en marzo de 2024- para tomar una decisión, sino que ellos podrían citar a una bancada para definir su posición, es más, sin la necesidad de que asista Gaviria. Lo cierto es que, de los 33 representantes a la Cámara, todavía hay un sector de más de 20 representantes afines al Gobierno, conformado especialmente por la mayoría de las mujeres congresistas. Y, entre los 12 senadores, la mayoría sí se alejan de proyecto del presidente Petro. Hay algunos que hasta piden ser oposición, como Juan Pablo Gallo.

Así, los partidos se enfrentan a profundas fisuras internas y la administración liderada por Petro a un agotamiento de su capital político, apenas a un año y medio de su posesión. La salida de la U y los conservadores ya había dejado un Legislativo hostil y con apoyos limitados, que dependían del Pacto Histórico, de un Partido Verde dividido y de una disidencia liberal. Sea cual sea la decisión que tomen los verdes y los liberales sobre su posición, el desgaste político es evidente, sumado a que el Acuerdo Nacional no termina de concretarse y a que se habla de un nuevo posible remezón ministerial, en el que saldría el ministro Velasco por el trancón legislativo y la falta de consenso frente a las reformas.

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