Qué es el triángulo de la belleza y los mejores tratamientos para mantenerlo joven

El triángulo de la belleza es una teoría estética basada en la armonía de los rasgos faciales que considera que un rostro atractivo se define por el triángulo formado por los pómulos y el mentón. Porque, aunque la percepción de la belleza es algo completamente subjetivo, existen determinadas facciones, como una línea mandibular marcada y bien definida y unos pómulos altos y con volumen, que resultan deseables a la inmensa mayoría de la sociedad.

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Cuando somos jóvenes y el cutis está en perfecto estado de revista, con los niveles de colágeno, elastina y ácido hialurónico a tope y el proceso de renovación con la precisión de un reloj suizo, el triángulo apunta hacia abajo. Pero, a medida que cumplimos años, la flacidez va haciendo acto de presencia, invirtiendo los volúmenes faciales y acentuando las arrugas del surco nasogeniano. Esto se traduce en una cara fatigada, triste y envejecida. Resumiendo: el triángulo de la belleza es la versión beauty del número áureo y la divina proporción del Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci.

La piel de hombres y mujeres tiene unas ligeras diferencias, de ahí que el proceso de envejecimiento del triángulo de la belleza no sea igual en ambos casos. La nuestra es más gruesa, más grasa y se enfrenta a una agresión casi diaria como es el afeitado (se estima que, a lo largo de la vida, empleamos 780 horas en pasarnos la cuchilla). Esto provoca que envejezcamos más tarde, pero de golpe. Como nos cuenta la doctora Beatriz Beltrán, fundadora de la clínica homónima, “las diferentes características faciales entre hombres y mujeres influyen en cómo se percibe el envejecimiento. En ellas, la pérdida de volumen en las mejillas o la flacidez de la piel son las que más afectan al triángulo de la belleza, mientras que en ellos es la pérdida de definición de la mandíbula y la aparición de arrugas lo que tiene un mayor impacto. Eso sí, en cualquier caso, es importante recordar que el envejecimiento es un proceso natural que afecta a cada individuo de manera única y que nunca debe ser visto como algo negativo, sino como una parte del ciclo de la vida en el que la belleza se manifiesta de diversas formas”.

Para lucir un triángulo de la belleza forever young, la doctora Beatriz propone un protocolo con el sugerente nombre de “Los 5 pinchazos mágicos”. Se trata de infiltraciones de ácido hialurónico de última generación en puntos concretos del rostro para reposicionar los volúmenes, atenuar los signos de cansancio y recuperar la luminosidad perdida. Proporciona un efecto lifting instantáneo y tiene todo lo que un hombre le pide a un procedimiento estético: que funcione, que sea indoloro, que no se note, que el resultado quede natural y que no necesite tiempo de recuperación. La sesión dura unos 20 minutos, se realiza con anestesia local, se puede hacer vida normal nada más salir de la consulta y los efectos pueden mantenerse hasta un año. Eso sí, la doctora advierte de que “en este tratamiento, la personalización debe ser absoluta porque no hay dos caras iguales: unas necesitarán realzar los pómulos y otras rellenar las mejillas o tratar las ojeras. La clave está en realizar un exhaustivo análisis previo del rostro del paciente para determinar cuáles son los puntos precisos en que pinchar e infiltrar la cantidad exacta de producto en cada caso. Esta técnica está recomendada para pieles a partir de los 35-40 años”.

En definitiva, con los 5 pinchazos mágicos, la doctora Beltrán ha logrado la cuadratura del círculo para rejuvenecer el triángulo de la belleza.