Inteligencia Artificial, presente y futuro del sector financiero

En el vertiginoso mundo financiero, la innovación constante no es solo un objetivo, sino una necesidad imperante. La aparición de nuevos actores y el aumento de la interacción con los clientes obligan a las compañías y organizaciones del sector a evolucionar hacia modelos más colaborativos. Además, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en el estandarte de esta nueva era de transformación, prometiendo revolucionar cada aspecto de nuestras operaciones.

La integración de la IA no es un fenómeno nuevo, pero su aplicación y alcance se han transformado exponencialmente en los últimos años. El aprendizaje automático (machine learning) y el procesamiento del lenguaje natural (PNL) han permitido, entre otras cosas, que las entidades puedan personalizar sus servicios a escalas inimaginables.

A nivel de negocio, la inteligencia artificial también ha permitido la automatización de procesos para la liberación de tareas o la analítica avanzada, siendo una palanca de desarrollo ineludible que tiene cada vez más importancia en el sector y en toda la industria económica. En este contexto, la colaboración interna con los equipos de desarrollo de TI es crucial para alcanzar el éxito.

Beneficios, pero también riesgos: el impacto de la IA sobre tus inversiones

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A día de hoy, la mayoría de las entidades financieras ya implementan la IA generativa y obtienen resultados notables en la gestión del riesgo, identificar actividades fraudulentas o generar nuevos ingresos a través de productos innovadores y servicio. Más concretamente, los nuevos asistentes basados en IA podrán ahorrar hasta el 30% aproximadamente de los costes referidos a la atención de los clientes, así como ya existen chatbots capaces de gestionar más de 50 millones de peticiones de clientes en un año dentro del sector bancario.

Retos y obligaciones

La inteligencia artificial tiene innumerables ventajas a todos los niveles, pero también viene con ciertos riesgos y obligaciones. Por ejemplo, conseguir que su uso sea el más sostenible posible. Este concepto se conoce como Green AI y busca reducir la huella de carbono asociada a la implementación y operación de la inteligencia artificial.

El sector financiero ocupa una posición muy relevante en este sentido. Las compañías y organizaciones de la industria ya son capaces de optimizar sus propios algoritmos para ser más eficientes energéticamente, acotando lo máximo los campos y los prompts, entre otras técnicas. También con la integración de criterios de sostenibilidad en los modelos de riesgo y en la toma de decisiones, así como priorizando todos aquellos proyectos que cumplen los estándares de sostenibilidad para las inversiones.

Otros retos y obligaciones pasan por la necesidad de crear marcos regulatorios sólidos que no limiten la innovación de la inteligencia artificial, responder a las preocupaciones éticas sobre el uso de datos personales y controlar el poder otorgado a la IA para la toma de decisiones. La transparencia en cómo se utilizan los algoritmos de IA y la inversión en la capacitación de los trabajadores a todos los niveles son pasos esenciales para seguir avanzando y poner la inteligencia artificial realmente al servicio de los negocios y de las personas como ese elemento transformador que ya es.