Los hábitos saludables que sigue a rajatabla Kelly Slater para seguir siendo leyenda del surf con 52 años

Si buscas en Google “el mejor surfista de todos los tiempos”, lo más probable es que aparezca la Wikipedia de Robert Kelly Slater en el primer resultado. No es ninguna sorpresa, basta con echar un vistazo a sus logros en el surf a lo largo de su vida para comprender que es el GOAT de este deporte. Pero, ¿qué hace para estar en forma a los 52 años?

Nacido en Cocoa Beach, Florida, hijo de Judy Moriarity y Stephen Slater, Kelly creció con dos hermanos, Sean y Stephen, y empezó a surfear con cinco años. A los pocos años de estar en el agua, ya participaba y ganaba pruebas de surf. A los 12 años ganó su primer título de campeón de Estados Unidos en la división por edades, y desde entonces no ha perdido de vista el podio.

“Terminé el instituto en el 91, en junio, y en julio ya estaba empezando a competir”, recuerda Slater en una entrevista con GQ. “El 92 fue el primer año en el que todo el circuito estaba formado por los 44 mejores surfistas del mundo. Me clasifiqué en el puesto 43 y lo logré por un puesto. Al año siguiente, gané el título mundial”.

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Tras ganar su primer título mundial en el Pipeline Masters de Hawai, se ha proclamado campeón de la Liga Mundial de Surf un total de 11 veces –el que más de la historia– y ostenta la distinción de ser el campeón mundial de surf más joven (con 20 años) y también el más veterano (con 39 años).

Lo más asombroso de Kelly Slater es que sigue con fuerza en las últimas etapas de su carrera como surfista: en el Billabong Pipe Masters de 2019, se convirtió en el surfista de más edad de la historia en realizar un recorrido de diez puntos en una competición de la World Surf League, a los 47 años.

La dieta y entrenamiento de Kelly Slater

En un día normal, el legendario surfista no es muy madrugador. “Me gusta dormir mis ocho horas y quedarme despierto hasta tarde por la noche”, dijo a Bon Appétit en 2012. “Si quiero levantarme a surfear, quizá me levante como a las 7 u 8 y busque surf”.

Pero antes de lanzarse al agua, Slater suele empezar el día con un poco de agua tibia con limón como limpieza matutina, y luego se prepara un batido. “Mi desayuno favorito es un batido grande y sano, con fruta fresca, proteínas en polvo y algunos remedios para la salud”, explica a GQ. Otros días come huevos y tortitas, aunque no es tan frecuente.

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Pero también hay días en los que se salta el desayuno para poder surfear lo antes posible. “Si las olas son realmente buenas, me cuesta incluso llevarme comida a la boca, a menos que sepa que voy a estar surfeando mucho tiempo y tengo que comer algo”, explica. “El surf es la mejor manera de despertarse”.

En cuanto a su rutina de entrenamiento, Slater disfruta con una gran variedad de ejercicios y prácticas de movimiento. Es un gran aficionado al pilates, los estiramientos y el yoga, y también hace mucha fisioterapia. Para el surfista, la flexibilidad, la fuerza en las piernas y el cardio son las principales prioridades de su rutina de entrenamiento, mientras que aumentar la masa muscular no lo es: “Aumentar demasiado la masa muscular podría ponerme un poco rígido”, contó en Men’s Health. “Creo que el cardio es muy importante. Con el surf no hacemos cardio de resistencia, es rápido. Es casi como el cardio del velocista, pero repartido en 30 minutos, cuando necesitas que tu cardio sea bastante bueno. Y si estás surfeando un largo camino, eso es mucho cardio en general”.

A medida que Slater ha ido envejeciendo, ha hecho hincapié en sus rutinas de recuperación, sometiéndose a distintos tipos de masajes: shiatsu, tailandés, sueco de tejido profundo y BioSync. También trabaja mucho con quiroprácticos debido a su escoliosis. “Tengo una gran curvatura en la espalda”, reveló en una entrevista con Tim Ferriss. “Y por eso, mis músculos se desequilibran mucho. Así que necesito una mezcla. Es decir, se me sale el cuello y se me sale la zona lumbar. Así que tengo que ajustarme y volver a poner eso en su sitio. A veces se me sale una costilla”.

También es un gran fan de las pistolas de masaje para la recuperación. “Me llevo una en el avión y me masajeo las piernas durante una hora, el cuello y todo lo que pueda”, explica a GQ. “Te relajas. Cuanto más trabajo corporal haces en tu vida, más te das cuenta de que todo está relacionado: algo en tu tobillo puede estar molestando a tu rodilla”.