¿Es seguro decorar las tartas con flores naturales?
Utilizar flores en la cocina no es algo nuevo. Ya se empleaban en la antigua Roma y han estado presentes en las gastronomías de China, Oriente Medio e India desde sus inicios, donde a menudo se recurre a ellas para aportar color, aroma o ciertos matices a los platos y a algunas bebidas. Más recientemente han sido los chefs más top los que han hecho uso de ellas para darle un toque especial a sus creaciones, al tiempo que los programas gastronómicos de televisión junto a las redes sociales han contribuido a popularizarlas.
Es muy habitual emplearlas en mermeladas, infusiones, cócteles y sobre todo, repostería. De hecho, decorar dulces y pasteles con flores naturales se ha convertido en una tendencia que triunfa no solo en el ámbito de las tartas nupciales, comuniones o cumpleaños, sino que cada vez hay más gente que se anima a añadirlas a sus recetas de repostería casera, aún cuando no son baratas y duran poco. Unas veces se usan solo unos sencillos pétalos y otras una cantidad de flores tal que daría de sobra para hacer un bouquet de lo más barroco. En cualquiera de los casos, hay que tomar ciertas precauciones o se corre el riesgo de acabar en urgencias.
Tartas con flores
CUIDADO, NO TODAS LAS FLORES SON COMESTIBLES
Acostumbrados a las flores de fondant, chocolate o buttercream que comemos sin mayores miramientos, corremos el riesgo de hacer lo mismo con las flores naturales cuando no tienen nada que ver. No todas las flores son comestibles y las hay que son muy venenosas como las adelfas o las hortensias. E incluso cuando se trata de especies que no se consideran tóxicas, pueden contener contaminantes. “La presencia de parásitos, microorganismos patógenos, microorganismos provenientes de aguas contaminadas utilizadas en el riego son los peligros más frecuentes”, nos aclara Alba Ramírez (@albaramirezciencia), nutricionista y experta en Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
En el supuesto de que se coman esas flores tóxicas o contaminadas se pueden sufrir vómitos, dolor de estómago, diarrea, reacciones alérgicas, disminución de la presión arterial o del pulso y en el peor de los casos, paro cardiaco.
Por su parte, aquellos que sean alérgicos al polen también deben de ser conscientes de que por muy comestible que sea la especie a la que pertenece una flor y por muy higiénico que haya sido su procesado, al consumirla pueden tener una reacción alérgica, por lo que deben asegurarse de eliminar los pistilos y estambres.
Tartas con flores
¿FLORISTERÍA O FRUTERÍA?
Por otro lado, consumir una flor en teoría comestible pero que se ha comprado en una floristería al uso supone un riesgo para la salud. “Nunca podemos poner en un plato de comida flores de las que compramos en una floristería; deben de ser flores comestibles que hayamos cultivado nosotros o que hayamos comprado en tiendas o verdulerías especializadas”, sentencia tajante Iolanda Bustos (@iolandabustos), conocida como “la chef de las flores”. Y es que aún perteneciendo a una especie comestible, pueden contener pesticidas o productos químicos que no sean seguros para la salud humana. Por eso mismo, continúa la chef, si se recurre a las flores silvestres, deben cogerse de aquellos campos que se sepa a ciencia cierta que no están usando ningún químico y que es de una zona sana.
Por su parte, Alba Ramírez aconseja comprar siempre las flores que vayamos a utilizar en las tartas a proveedores alimentarios autorizados que garanticen que son aptas para el consumo humano. Aunque la regulación en las flores comestibles es mínima, si estas están comercializadas por una empresa alimentaria autorizada tendremos la certeza de que se han cultivado y procesado higiénicamente, minimizando cualquier riesgo de contaminación cruzada que suponga un peligro para la salud humana y que de haberse usado pesticidas, esto no supondrá ningún problema ya que el productor debería cumplir con la legislación europea en materia de seguridad alimentaria.
Pero no basta con esto. Como subraya la tecnóloga alimentaria, una vez en casa también es clave lavarlas e higienizarlas antes de utilizarlas, de la misma manera que hay que hacerlo con las frutas y verduras que se consumen crudas. Una forma de poder estar tranquilos sobre su salubridad sería sumergirlas en agua con algunas gotas de cloro durante cinco minutos.
flores comestibles
CONTACTO CERO
Ante este panorama, puede haber quien piense que con retirar las flores de la tarta antes de comerla y desecharlas el problema estaría resuelto. Nada más lejos de la realidad. “Una vez la flor ha entrado en contacto con el alimento, el riesgo alimentario ya está presente en la tarta. Evidentemente, cuanto más tiempo la dejemos sobre ella, peor; pero la medida de ''simplemente retirarla'' sería igualmente insuficiente. Deberíamos guardar las medidas de higiene y garantizar las condiciones de las flores antes de que ésta entre en contacto con la propia tarta”, afirma Alba Ramírez.
Tartas con flores
MÁS QUE DECORACIÓN
Con una amplio abanico de colores, formas y tamaños, la principal función de las flores comestibles en las tartas sigue siendo meramente decorativa. Una muestra de ello es que hay reposteras especializadas en tartas decoradas con flores que recomiendan retirar estas antes de comer el pastel para que su sabor no se vea alterado por el de las flores.
Algo con lo que Iolanda Bustos discrepa por completo. “Siempre recomiendo que todo lo que se pone en el plato sea comestible y que esté integrado en la receta. Es importante que las flores que pongamos tengan relación a nivel de sabor y de textura con el plato, que armonicen con el resto de ingredientes. Debemos tener en cuenta que son ingredientes. Las flores como mera decoración, en la mesa o en un jarrón”.
Tartas con flores