La ciudad de LEGO existe y está en Ámsterdam
Si viajas a Ámsterdam con niños o eres de los que sigue disfrutando de las estructuras de LEGO como si no hubiera pasado el tiempo, este lugar a 15 minutos de la capital de Holanda, te encantará. La ciudad de LEGO se encuentra en el turístico barrio de Zaanse Schans, a escasos kilómetros del centro de Ámsterdam. Para llegar hasta aquí tan solo tendrás que tomar el tren en la Estación Central de la ciudad y viajar en dirección a Uitgeest o Alkmaar.
Nada más llegar a la parada de la estación de Zaandam, descubrirás la ciudad de LEGO. El culpable de que esto exista no es exactamente la compañía de juguetes danesa, sino más bien un hotel. Inntel hotels Amsterdam Zaandam construyó este edificio de unos 11 pisos y alrededor de 60 casas individuales que tienen las características propias de la fábrica de piezas de juguetes más famosa del mundo.
La fachada, diseñada como si fueran ladrillos de LEGO de color verde y azul, es una de las paradas principales del barrio, donde cientos de turistas se toman la foto de rigor. Las calles de los alrededores parecen diseñadas como si fueran un parque temático, aunque no lo son. Varias tiendas y el hotel se encuentran en su interior. Aunque esperarías que todo fuera de juguete, lo cierto es que no es así. El hotel en su interior no tienen mucho que ver con la marca LEGO, pero sí con la fascinante región de Zaanse.
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*Zaanse Schans y sus molinos de viento.*
QUÉ VER EN ZAANSE SCHANS
Visitar la ciudad de LEGO, y alojarse en su hotel, es una excelente oportunidad para conocer este barrio y alejarse un poco de la ajetreada Ámsterdam. Este lugar tranquilo nos abre las puertas a Zaanse Schans, un barrio residencial e industrial construido en 1850.
A mediados del siglo XIX comenzó la Revolución Industrial en el distrito de Zaan, todo lo que vemos hoy aquí es fruto de esa etapa tan productiva, ya que se la considera como la zona industrial más antigua de la Europa occidental. La principal actividad era la caza de ballenas, así como la construcción naval y los molinos de viento que sirvieron como palanca para trabajar distintos productos como el papel, las especias, aceites, pinturas, colorantes, harinas, cacao… Esto propició que Zaan se convirtiera en una región muy rica y con una gran comunidad empresarial, que perdura a día de hoy.
Granjas, caminos, casas de madera de color verde, almacenes, acequias y campos de tulipanes son lo más característico del barrio. Aunque, sin duda, lo que más llama la atención son los 600 molinos de viento. Esto no fue fruto de la casualidad, sino más bien de la idea arquitectónica de Jaap Schipper, que en 1946 diseñó un proyecto que permitió que muchos edificios fueran transportados hasta aquí a través de las carreteras y de los canales del país. Luego, fue tomando forma, y, actualmente, es un barrio residencial con museos, escuelas de música y arte, y muchas actividades culturales. ¿Te gustaría visitarlo? En este enlace tienes más información.
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