Rolls-Royce Arcadia Droptail: Al paraíso se llega sin techo
Arcadia es un término que tiene su origen en la mitología de la antigua Grecia, y se refiere a aquel lugar que representa un paraíso en la tierra. Una idea que encaja muy bien con los automóviles de lujo y que Rolls-Royce, superándose una vez más, ha tomado para transformarla en un elemento de cuatro ruedas. Saludemos al Arcadia Droptail.
Siguiendo la estela de los otros súper exclusivos Droptail, el Rolls-Royce Arcadia Droptail es un one-off diseñado y construido por encargo de un selecto cliente ubicado en Singapur. Evidentemente, su paradisíaco nombre deja claro cuál es su principal seña de identidad: la tranquilidad.
Rolls-Royce Arcadia Droptail
Para disfrutar de la vida a paso lento
Partiendo de la carrocería del Droptail estándar, ya de por sí limpia de líneas, los especialistas de Rolls-Royce la cubren con un tono blanco definido como atemporal, cuya fórmula especial con partículas de aluminio y cristal hace que parezca satinado al primer vistazo para después, mirando con lupa y bajo la luz adecuada, crear una sensación de profundidad infinita. En contraste el capó, el marco del parabrisas, las partes bajas de laterales y paragolpes y el techo duro retráctil se muestran en un plata sólido de la exclusiva paleta Bespoke de la marca.
Rolls-Royce Arcadia Droptail
Y hemos dicho bien lo de techo retráctil, porque este Droptail sigue siendo un descapotable con todas las de la ley. Eso sí, con una vuelta de tuerca: a diferencia de lo habitual en Rolls-Royce, el habitáculo sólo cuenta con dos plazas. Por ello, como bien se enorgullecen de explicar en su comunicado, se trata del primer Rolls-Royce moderno con carrocería roadster.
Rolls-Royce Arcadia Droptail
Ya que mencionamos el interior, éste continúa con los mismos preceptos vistos en el exterior, creando un espacio muy luminoso que invita a la relajación y el disfrute de cada kilómetro recorrido.
Rolls-Royce Arcadia Droptail
El blanco del cuero y los tejidos se mezcla con el marrón tabaco, representado también por el cuero de este color pero, sobre todo, por la profusión de detalles en madera de palo rosa Santos. Esta exclusiva variedad, originaria de Brasil, está presente en 233 piezas diferentes del habitáculo, incluyendo las 76 que forman la cobertura posterior del techo cuando se pliega, cuyas formas recuerdan a la cubierta de un yate. En total, los artesanos de Rolls-Royce invirtieron más de 8.000 horas de trabajo sólo en esta parte.