Mateo Gómez y su éxito en el kartismo tras superar un accidente cerebrovascular
Con el acompañamiento profesional de la Fundación CIREC, este niño de ocho años superó la limitación física y sueña con participar en la Fórmula 1.
El joven piloto Mateo Gómez en el Panamerican ROK CUP.
El Panamerican ROK CUP Challenge, un campeonato de kartismo profesional, se llevó a cabo del 21 al 23 de junio. De este evento, hicieron parte cientos de competidores de Suramérica y Centroamérica, incluido a Mateo Gómez Castro. Este colombiano, deportista del CIREC, participó en este importante evento deportivo y logró el tercer lugar en el podio después de competir durante cinco mangas (heats).
Mateo tiene una pasión clara por el automovilismo desde muy temprana edad. En diciembre de 2021, a los seis años, con el apoyo del Programa Deportistas CIREC y el acompañamiento permanente de sus padres, inició un proyecto de familia relacionado con el automovilismo, como piloto profesional de karts. Goméz empezó en su primera categoría competitiva en noviembre de 2022 y, después de un año y medio, ha tenido excelentes resultados:tres poles y cinco podios, incluyendo su reciente triunfo en el campeonato Panamericano.
El joven piloto Mateo Gómez en el Panamerican ROK CUP.
A los seis meses de nacer, Mateo recibió un diagnóstico de hipotonía muscular debido a un Accidente Cerebro Vascular (ACV) Isquémico que resultó en hemiplejia (parálisis) en la lateralidad izquierda de su cuerpo. Este diagnóstico resultó en un pronóstico difícil que lo impediría caminar, así como problemas fisiológicos como disfagia, un término médico que se refiere a la dificultad de tragar comida sólida.
Esta joven promesa del kartismo colombiano ha logrado superar todos los desafíos gracias al apoyo profesional de la Fundación CIREC y varias técnicas terapéuticas. Fue tratado con la Terapia Vojta desde temprana edad, una técnica alemana basada en la regeneración de las neuronas afectadas. Esta técnica activa patrones motores innatos de forma refleja, lo que permite realizar movimientos preestablecidos en el cerebro, pero que no están activos debido a una alteración cerebral.
Mateo pudo caminar al año y medio y comió por primera vez comida sólida a los dos años de edad. Después de mucho esfuerzo y trabajo conjunto con el equipo científico de la Fundación CIREC y su familia, fue liberado de su proceso de rehabilitación. Hoy en día, con solo ocho años, ha sido un ejemplo de superación e inclusión de las personas con discapacidad, gracias a su intervención temprana.
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