Las dificultades de Sánchez para colocar en europa a Ribera
El Gobierno se considera reforzado por el resultado de las últimas elecciones europeas y está dispuesto a poner en marcha las reformas que dejó en el cajón. Entre ellas está la culminación de la Ley de Amnistía, la financiación singular para Cataluña para atraer el apoyo de ERC a Illa y la reducción de la jornada laboral, entre otros asuntos, en el ámbito interno.
Las dificultades de Sánchez para colocar en europa a Ribera
En el plano exterior, Sánchez dará la batalla para colocar a Teresa Ribera como Comisaria de Clima y Energía. Una de las carteras con mayor peso en la Unión Europea. Nuestro país ya estuvo al mando de esta cartera con Miguel Árias Cañete al frente durante el Gobierno de Rajoy. La posición privilegiada en energías renovables y, sobre todo en la exportación futura de hidrógeno, nos sitúa como un actor importante en este terreno.
Sobre las intenciones de Sánchez hay pocas dudas. En la entrevista publicada el domingo, 16 de junio en La Vanguardia, el presidente señala que su nombramiento como comisaria "haría un bien al planeta y a la sostenibilidad".
Sin embargo, existen muchas dudas de que lo consiga. La vehemencia de Ribera en la defensa del medio ambiente le ha hecho ganar la animadversión de grandes países como Francia o Italia, que son partidarios de una transición más suave. En Bruselas se habla incluso del veto de algunos países a la candidatura de la vicepresidenta española.
Nuestro país fue uno de los que más presionó para que se dejen de producir en Europa vehículos fósiles a partir de 2035, pese a que somos el segundo productor europeo de este tipo de vehículos y los proyectos para fabricar eléctricos se tambalean por el retraso en la venta de eléctricos. El presidente de Anfac, Wayne Griffiths, renunció a su cargo por los incumplimientos del Gobierno. "En diciembre renové como presidente de Anfac porque el Gobierno se comprometió a ser un aliado del sector y a poner en marcha rápidamente medidas concretas y eficaces. Estas medidas no han llegado. Y por eso estoy decepcionado, porque ahora toca acelerar, no frenar", declaró Griffiths tras presentar su dimisión. Ya se sabe que en casa del herrero, cuchillo de palo.
La demanda de coches eléctricos no despega en nuestro país. Sigue por debajo del 5 por ciento de las ventas debido al fracaso de este tipo de incentivos y a que la red de cargadores está al 50 por ciento de lo previsto (30.000 frente a los más de 60.000 puntos prometidos a finales de este año) "Es como una pescadilla que se muerde la cola: Sin cargadores no hay eléctricos y viceversa", aseguran en el sector.
Las ayudas del Plan Moves, que acaba a finales de julio, tardan más de dos años en recibirse. Otros países como Portugal usan un sistema de bonus-malus para favorecer los eléctricos o la renovación de las flotas corporativas, donde tienen mucho peso.
Lo peor es que Griffiths es el más alto responsables del Grupo Volkswagen, que anunció una inversión de 3.000 millones en Valencia para levantar una gigafactoría. El Ceo de Stellantis, Carlos Tavares, también advirtió que "el grupo automovilístico no producirá baterías para coches 100% eléctricos donde no se vendan este tipo de motorizaciones, ya que son piezas que tienen un coste logístico elevado".
La agricultura es otro de los flancos descuidados por Ribera en estos años. Pedro Barato, presidente del principal sindicato del campo, Asaja, escribió hace un par de semanas una carta a la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, en la que asegura que, durante los seis años en el cargo, Ribera "ha demostrado un comportamiento perjudicial para el sector" y añade que, a lo largo de ese periodo, "no ha mantenido ni una sola reunión con las principales organizaciones agrarias". La ausencia de comunicación entre la ministra y la asociación ha generado un "profundo sentimiento de impotencia y frustración" entre los agricultores y ganaderos y, según Barato, "se toman decisiones que afectan directamente a sus medios de vida sin contar con su voz y experiencia".
Las relaciones de Ribera con Von der Leyen no pasan por el mejor momento. Sobre todo, después de que en una entrevista con Político, la vicepresidenta tercera acusara a la presidenta de la Comisión Europea por "su disposición para trabajar con la ultraderecha y reducir los compromiso con el Pacto Verde". Ribera calificó la actitud de Von der Leyen como "una resignación que es enormemente perniciosa y contraria a los intereses de la Unión Europea".
La publicación bruselense cita fuentes comunitarias que aseguran que "Ribera hubiera sido una candidata ideal para la anterior etapa, pero no para la que viene, en la que la Comisión tendrá que suavizar sus posturas sobre el Pacto Verde". Las mismas fuentes reconocen que el incremento de la representación de la ultraderecha en el europarlamento, obligará a Von der Leyen a replantear su política medioambiental. "No estoy seguro de que la presidenta quiera a alguien así al frente de la comisaría de Energía", sentencia.
En Europa, causaron impresión unas recientes declaraciones para reducir el 90 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2040, así como el enfrentamiento con el Gobierno andaluz de Juan Moreano para cerrar los pozos de Doñana.
Ribera ha convencido a Sánchez para quedarse al frente de Transición Ecológica hasta conocer su destino en la UE. En medios de su entorrno se asegura que busca a toda costa ser vicepresidenta de la Comisión, además de comisaria de Energía, y que no estaría dispuesta a aceptar un puesto menor. España siempre contó con un puesto destacado en la Comisión. En la última legislatura, Josep Borrell, como Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ejercía en la práctica de número dos.
Pero en esta ocasión, los socialistas perdieron escaños en las últimas elecciones y les tocaría reducir su representación. Los problemas de entendimiento entre Francia y Alemania ayudan para conseguir el puesto, pero la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que ha hecho de la política energética una de sus banderas, también estaría interesada en quedárselo.
Ribera aceptó a regañadientes la clasificiación de la energía nuclear como renovable, lo que ganó la animadversión de Macron, que además está presionado por la ultraderecha, contraria a la Agenda 2030. Por todo ello, ahora intentan suavizar su oposición a la industria, con la puesta en marcha urgente de iniciativas en favor de la cogeneración y de la biomasa, que hasta ahora había obstaculizado. El objetivo es ganarse el apoyo alemán.
También está girando su posición sobre medio ambiente, con propuestas como la del lince ibérico, que ya no es una especie en extinción, después del lío que montó con la protección del lobo. Una de las opciones más asequible es dejarla de comisaría de Medio Ambiente, encargada de los asuntos agrícolas. Una opción que aterroriza a las principales patronales del sector, como ya hemos visto con la carta de protesta de Asaja. La vicepresidenta es también una de las impulsoras de la reciente Ley de Restauración de la Naturaleza, que quedó finalmente en el aire por la posición de Austria. Nuestro país lidera la clasificación europea, con un 30 de su territorio bajo protegido.
En el Ministerio de Transición ecológica ya se manejan quinielas para su sucesión que van desde su actual secretaria de Estado, Sara Aagesen, hasta la alcaldesa de La Coruña, Sara Rey, ó la ex consejera de cambio climático extremeña, Olga Garcia. Aunque los dos pesos pesados para sucederla con más papeletas serían el director general del IDEA, Joan Groizard, ó el director de la Oficina Económica, Manuel de la Rocha.
En fuentes próximas a la vicepresidenta se asegura que no ha hecho ningún movimiento para irse a Bruselas. De hecho, hace un mes, el BOE recogió una reorganización interna , con el nombramiento de dos subsecretarios generales, de Infraestructuras y el de Mantenimiento. Pero todavía no se hay responsables de estas áreas, pese a que cuentan con funciones muy relevantes para la transición energética. Sánchez se va a tener que emplear a fondo para colocarla en un buen puesto en Bruselas.