México se queda sin petróleo: sus pozos se agotan y su sueño cae por una montaña de deuda
La próxima revolución del petróleo llegará de América. Prácticamente este continente acaparará por completo la explosión petrolera del próximo lustro, tal y como anticipaba la AIE en su último informe. EEUU y su 'shale oil', Guayana y su boom y también despegarán Brasil y Canadá. Sin embargo, muy cerca de estos países, un auténtico gran titán del crudo que en su mejor momento llegó a bombear cerca de 3,5 millones de barriles diarios, a la altura de gigantes de la OPEP, se apaga.
Desde sus máximos a comienzos del milenio el 'oro negro' azteca ha ido decreciendo de forma crítica y, pese a que ha vivido un importante repinte desde 2019, la realidad es que el país asume un cambio en su liderazgo con una gran misión: frenar a toda costa una sangría energética que puede llegar a su momento crítico en los próximos meses y años, pues sus principales yacimientos se están secando y su infraestructura, empresas e inversión están teniendo verdaderos problemas para compensar esta situación.
Los pozos de México se están secando
Los campos petrolíferos de México más importantes se encuentran en un proceso de maduración alarmante. Esta es una situación de la que se lleva advirtiendo desde hace tiempo, pero que está empezando a cobrar especial relevancia este año tras la publicación de un informe realizado por varios geólogos de prestigio que han revelado el complejo estado de los grandes campos de México.
Ya en 2023, el departamento de investigación del banco español BBVA (BBVA Research) publicó una breve nota en la que hablaba abiertamente del "declive de los campos maduros de petróleo". Los expertos del banco español señalaban ya entonces que "para alcanzar las nuevas metas de producción petrolera de los siguientes años, sería necesario que Pemex frene aún más el declive en la producción petrolera de campos maduros y continúe incrementando significativamente la producción aportada por los nuevos campos". Esto parece hoy casi imposible.
Luca Ferrari, José Rafael Flores Hernández y Diana Hernández Martínez han publicado en la Revista Mexicana de Ciencias Geológicas que "desde hace dos décadas México ha entrado en un proceso irreversible de retornos decrecientes, que implica un incremento de los costes energéticos y económicos tanto en exploración y producción como en refinación, así como una creciente dependencia de las importaciones de gas natural".
Estos expertos señalan que el agotamiento de los campos gigantes de la Sonda de Campeche se ha intentado compensar con un número creciente de yacimientos de mucho menor tamaño y producción, y donde el crudo se encuentra a mayores profundidades. "Aunado a la necesidad de métodos de recuperación mejorada en los campos maduros, todo esto ha bajado constantemente la tasa de retorno energético (TRE), que es actualmente de menos de la mitad de la de 2004. En consecuencia, aunque desde 2019 se ha estabilizado el nivel de producción, la energía neta disponible para la sociedad y la economía va decreciendo, al tiempo que los costes energéticos y económicos van subiendo", advierten estos expertos en el informe.
No obstante, aunque con estas palabras el destino de la producción de petróleo en México parece claro, los geólogos que han elaborado el informe son aún más claros para desgracia de la industria petrolera mexicana: "El análisis probabilístico indica que no existe la posibilidad de descubrir más campos gigantes y que, en su mayoría, lo que queda por descubrir son campos pequeños o muy pequeños… Nuestros escenarios indican que para 2030 se tendría una producción de alrededor 1,25 millones de barriles diarios de crudo, sin considerar la explotación de recursos no convencionales (shale oil)".
Sin embargo, estos últimos, solo podrían proveer un paliativo temporal al declive de la producción de hidrocarburos a expensas de un alto coste ambiental, energético y económico, aseguran estos expertos.
La deuda secuestra a Pemex
A pesar de que los campos actuales estén agotándose, la realidad es que aún cuenta con unas extensas reservas de más de 6.500 millones de barriles en sus entrañas, según datos de la OPEP. Esta cifra le permite entrar cómodamente en el top 20 del mundo y, por ejemplo, tiene un mayor arsenal petrolero que grandes potencias del mercado como Noruega o la propia Canadá.
Sin embargo, el país cuenta con grandes problemas para poner a funcionar su maquinaria extractiva. En primer lugar, los expertos temen una parálisis de nuevos proyectos por la situación actual de Pemex, su empresa pública petrolera. De hecho, los niveles de producción de la firma alcanzaron este mes de marzo sus niveles más bajos en 45 años con 1,55 millones de barriles diarios. No había una cifra tan baja desde 1979.
El Gobierno de Andrés Manuel Lopéx Obrador se comprometió en 2018 a una cada vez más elevada producción de la firma para que a estas alturas ya estuviera bombeando 3 millones de barriles. Sin embargo la realidad está siendo todo lo contrario no solo por los campos envejecidos, sino por la gestión de Pemex, que ha tenido que ser 'rescatada' ante su enorme apalancamiento.
Gasolinera de Pemex (Dreamstime)
Jesús Carrillo, experto en energía del Instituto Mexicano para la Competitividad, explicaba en declaraciones a Reuters que la iniciativa del gobierno para fortalecer a Pemex (López Obrador a menudo describe su política como un "rescate" de empresas) había fracasado. "Han gastado una cantidad de dinero sin precedentes supuestamente para rescatar a Pemex y cada vez está más claro que esto no resultó en un aumento de producción", sentenciaba Carillo.
Según sus últimas cuentas publicadas (relativas a todo el año 2023) Pemex cuenta con un pasivo de 105.000 millones de deuda. De hecho, estos primeros meses de 2024 está surgiendo la duda de si la empresa podría entrar en una situación de quiebra financiera. Este mismo mes de mayo, el director de la firma, Octavio Romero Oropeza, se reunió con algunos contratistas y proveedores por el impago de más de 8.000 millones de dólares.
"El alto endeudamiento actual se fue generando a medida que la dirección de la empresa no tomó decisiones duras para adaptarse a esta realidad"
Desde S&P Global explicaban que el próximo gobierno de Sheinbaum tendrá en Pemex el gran desafío para toda la legislatura y, con su situación actual, se antoja complicado una expansión petrolera que impida compensar los viejos pozos. La agencia incluso cree que la enorme deuda del titán petrolero puede lastras su calificación. "El nuevo gobierno tendrá que considerar cómo gestionar diversas limitaciones presupuestarias. Estas incluyen un gasto social más alto y menos discrecional, una carga de intereses más pesada, reservas fiscales limitadas, una base impositiva no petrolera comparativamente baja y los desafíos asociados con las finanzas de Pemex".
Lisa M. Schineller, analista de S&P defiende que desde 2019, "hemos señalado que nuestras calificaciones soberanas de México podrían verse presionadas por Pemex como un pasivo contingente para el soberano". En ese sentido, "dado el débil estado de las finanzas de Pemex y nuestra expectativa de que cualquiera que sea el próximo gobierno continuará respaldando el pago de su deuda, persiste la posibilidad de que haya presión sobre la calificación soberana". De hecho México ha tenido que inyectar 8.500 millones de euros para que la empresa pueda hacer frente a sus vencimientos en 2024.
Auge y caída de Pemex
Moody's fue más allá en su último informe y defendía que, en caso de que no se diera un rescate por parte del gobierno mexicano la empresa quedaría al borde del default. En ese sentido, desde Bloomberg defendían que el gobierno nacional estaría ya estudiando absorber como deuda propia 40.000 millones de dólares para evitar el colapso de Pemex.
El motivo detrás del alto endeudamiento de la firma ha venido de su exposición a moneda extranjera (supone el 80% de su pasivo) y los altos tipos de interés, que han agravado los costes financieros, los problemas en la extracción en nuevos pozos, con mayores costes de lo esperado y problemas como accidentes y unos altos impuestos sobre la compañía. Además de mayores costes y caída en la rentabilidad. Sin embargo desde Moody's criticaban que la empresa ha jugado con fuego dado que "opera con políticas financieras agresivas como liquidez débil o altos niveles de deuda (previos a la última subida) que han resultado en una estructura insostenible".
Sin embargo, Francisco Monaldi, director del Programa de Latinoamérica y Profesor-Investigador del Instituto Baker Institute, explica en declaraciones a elEconomista que este es un problema que viene desde hace mucho tiempo. "Pemex era ya muy ineficiente en su mejor época, cuando gozaba del yacimiento del Cantorel, que era ultra productivo y generaba 2,2 millones de barriles diarios por sí sola". En ese sentido, a medida que este yacimiento comenzó a apagarse se generó el alto endeudamiento actual poco a poco "a medida que la dirección de la empresa no tomó decisiones duras para adaptarse a esta realidad, como reducir personal o rebajar gastos".
"El siguiente paso incluye la necesidad de centrarse más en el refinanciamiento de la deuda de Pemex, e involucrar más directamente al deudor soberano"
Pemex se encontraba en una situación complicada ya con la administración Peña Nieto que realizó una reforma energética basada en reducir costes para buscar cierta rentabilidad y abrir proyectos al sector privado sin embargo, "ese esfuerzo no fue suficiente y con la llegada de Andrés Manuel López Obrador, se volvió a actuar como si la empresa siguiera teniendo yacimientos superproductivos".
En cualquier caso, el ministro de economía, Rogelio Ramírez de la O explicaba que este será el mayor problema al que tendrá que hacer frente el próximo Ejecutivo. "El balance del gobierno federal estará más dedicado a atender las necesidades de Pemex", dijo Ramírez en un evento del BBVA en Ciudad de México. "El siguiente paso incluye la necesidad de centrarse más en el refinanciamiento de la deuda de Pemex, e involucrar más directamente al deudor soberano. Eso es lo que comenzaremos a hacer en 2024".
El sector privado fue bloqueado
Ed Crooks, analista de WoodMackenzie señala que las políticas de AMLO hasta ahora han provocado que, con una empresa pública paralizada por la deuda, el sector privado tenga serios problemas. "La retórica energética se centró en el nacionalismo económico y la autosuficiencia energética, con el objetivo de fortalecer a Pemex" en ese sentido "Se suspendieron las rondas de licitaciones de petróleo y gas y las subastas de electricidad que habían estado abiertas a empresas extranjeras, y la incertidumbre regulatoria frenó las decisiones de inversión en energía renovable".
El principal giro de López Obrador fue intentar convertir a Pemex en el pilar de la "autosuficiencia energética" de México. A pesar de que se trata de un país exportador el país envía crudo a EEUU, donde se refina para volver al territorio nacional. "Al tiempo que cortaba todos los contratos privados que podían sacar más rentabilidad de diversos proyectos, decidió que la estrategia era reforzar a Pemex y convertirla en una potencia del refinado" explica Monaldi. En virtud de esta nueva directriz hizo que se gastase cerca de 17.000 millones de dólares en una refinería en Dos Bocas, Tabasco. Estando ya altamente endeudado "invirtió esa cantidad de dinero en un negocio que no es rentable".
Para solucionarlo, Monaldi explica que optó por reducciones de impuestos e inyección de liquidez por parte del Gobierno pero "la producción seguía cayendo y cada vez se generaban menos ganancias", una situación que, "llevó a un hito histórico que fue que Pemex pasó a costar dinero al fisco entre lo que aportaba y recibía" y ahora, "el estado incluso tendrá que tomar una importante parte de la deuda".
Claudia Sheinbaum y Andres Manuel López Obrador (Reuters)
En ese sentido señala que las próximas elecciones de Sheinbaum serán totalmente claves para que la crisis petrolera de México se torne en catástrofe o empiece a sembrarse la posibilidad de una cierta recuperación. "La presidenta electa Sheinbaum enfrentará presiones para reevaluar el papel de la inversión privada para atraer más capital. Los recientes cortes de energía han dejado al descubierto los problemas causados ??por años de inversión insuficiente en el suministro de electricidad", defiende Crooks.
Adrián Lara, analista principal de Wood Mackenzie para Latinoamérica, defendía que "no esperamos ningún cambio radical inmediato en el status quo en política energética, para bien o para mal". Sin embargo, añadió, "existen límites a la capacidad de las empresas energéticas nacionales para financiar la inversión en infraestructura que México necesita y, en última instancia, se necesitará capital tanto público como privado".