Recortar y reactivar
Editorial
Recortar y reactivar
Sincerar las cuentas fue un primer paso, pero el Gobierno puede hacer más ante el hueco fiscal.
Editorial
El viernes pasado, el Ministerio de Hacienda actualizó el ‘Marco fiscal de mediano plazo’ (MFMP), que constituye la hoja de ruta del Gobierno Nacional en materia fiscal para los próximos años. La expectativa sobre las metas y las proyecciones, contenidas en este documento técnico, era muy alta ante el complicado escenario que el Estado colombiano viene encarando por la caída de los ingresos tributarios y el descuadre presupuestario para este 2024.
Como era de esperarse, la cartera de las finanzas públicas modificó algunas de sus principales proyecciones. Ahora el gobierno Petro le apunta a una meta de crecimiento para este año de 1,7 por ciento del PIB, en comparación con el 1,5 por ciento incluido en el Plan Financiero. El déficit fiscal se elevará en 2024 a 5,6 por ciento, mientras se estima que la inflación terminará en 5,3 por ciento este año y en 3,2 por ciento en 2025.
El equipo económico realizó los ajustes en materia de ingresos, ante el ‘hueco’ del recaudo tributario por debajo de las metas de la Dian y el fracaso de la estrategia de arbitramento de litigios. La caída se dimensionó alrededor de 1,9 puntos porcentuales del PIB y desencadenará un recorte del gasto público de más de 20 billones de pesos: 11 billones en funcionamiento y nueve billones en la inversión. En resumen, el Ministerio de Hacienda dibujó un panorama de las finanzas públicas de este año y el próximo mucho más realista y sincronizado con los escenarios actuales de desaceleración económica.
Varios aspectos ameritan destacarse tras la presentación de este ‘Marco fiscal de mediano plazo’. El primero toca al ejercicio de ‘sincerar’ las cuentas fiscales, que no solo era necesario para aclarar el descuadre, sino también para enviar un mensaje a los mercados. Más allá de dónde yacen las responsabilidades de este ‘hueco’ fiscal, la administración Petro tiene el deber de asumirlo y, a su vez, proyectar unas metas y expectativas que conducirían eventualmente a la estabilización de la situación.
En segundo lugar, el Gobierno actúa con responsabilidad al seguir adelante con el recorte en el gasto público. Aún restan mayores detalles –que deberían conocerse en los próximos meses– sobre los sacrificios en términos de iniciativas y programas que la Casa de Nariño asumirá en la tarea de balancear las cuentas fiscales. Es justo, además, reconocer que no es fácil para ninguna administración –y mucho menos una de izquierda– usar una implacable tijera nada menos que en rubros de inversión, en especial cuando no solo la opinión pública, sino también la economía le exigen al Gobierno mayor y mejor ejecución.
Dicho lo anterior, es necesario mantener la mente abierta desde el Gobierno Nacional con respecto a la necesidad de futuros recortes adicionales a los 20 billones de pesos ya anunciados. La magnitud del desfase no es menor, y el equipo económico tendrá que ir calibrando esa posibilidad con una responsabilidad similar a la que hoy muestra al implementar esta tanda de ajustes.
Tercero, queda claro en esta actualización del ‘Marco fiscal’ que el gobierno Petro ratifica su compromiso con la regla fiscal. El Ministerio de Hacienda –como también el propio presidente de la República, Gustavo Petro– insiste en que la estrategia de la Administración para estabilizar las finanzas públicas se desplegará en “estricto cumplimiento” con este mecanismo de restricción.
Es necesario mantener la mente abierta desde el Ejecutivo sobre la necesidad de futuros recortes adicionales a los 20 billones ya anunciados. La magnitud del desfase no es menor. Urge acelerar la reactivación
Desde su periplo por Suecia, el primer mandatario descartó modificaciones de la regla fiscal y reiteró su apuesta a impulsar “inversiones forzosas” como pilar de su plan de reactivación de la economía. Este último punto genera expectativa y reservas de analistas, por lo cual el camino para decidirlo debería ser el debate en el Congreso atendiendo las voces de expertos y sector privado. Y en relación con la regla fiscal, no se puede desconocer que el Estado colombiano está operando en los límites del mecanismo. Los márgenes de maniobra del Gobierno, que ya venían disminuidos, se reducen aún más y no dejan espacio para fallar o rezagarse en esta senda.
Cuarto, la respuesta coyuntural a la crisis actual no debe hacer olvidar las discusiones, más estructurales, sobre el aumento del gasto público pospandemia, su relación con las dinámicas económicas y los impactos de estos altos índices de endeudamiento. Los otros supuestos del ‘Marco fiscal’ para la senda económica en 2025 y 2026 deben someterse al debate con expertos y analistas, en especial, por ejemplo, ingresos, gastos y deuda.
Por último, el apretón del cinturón del Gobierno debe acompañarse, de manera urgente, con el despliegue de un plan de reactivación económica, con metas concretas, acciones específicas y producto de la necesaria concertación público-privada.
EDITORIAL
Editorial
dfcsd