El apoyo "gratis" de Macri a Milei llegó hasta la ley Bases

"Vamos a ver un Macri menos condescendiente con Milei".

Quienes conocen al expresidente están advirtiendo sobre un giro que está por llegar: "Vamos a ver un Macri menos condescendiente con Milei". El presidente del PRO, al parecer, considera que ya cumplió con su deber de ofrecerle las herramientas de gobierno que pedía el actual mandatario con la sanción de la Ley Bases. Pero ahora le toca a Milei demostrar que puede gobernar: ese fue el mensaje que, de forma unánime, dieron Mauricio Macri, sus gobernadores y sus principales espadas legislativas. Un ejemplo: los economistas de Macri consideran que Milei tiene que rápidamente comenzar a dar un alivio impositivo. Si se analiza la estrategia paraoficialista del PRO, cuesta creer que ahora empezará a retacear apoyos, pero eso es lo que dicen que ocurrirá siempre que no sean leyes con las que concuerden. En tanto, Macri seguirá limpiando el PRO de todo lo que tenga que ver con Patricia Bullrich. El 4 de julio habrá otro choque cuando el ex mandatario no cumpla el acuerdo que tenía con la ministra de Seguridad y no la elijan para presidir la Asamblea del PRO nacional.

Guerra civil PRO

La pelea interna del PRO no es casual. Es la primera fase del plan de Macri para reorganizar su partido, verticalizarlo y fortalecerlo de cara a una negociación con La Libertad Avanza en 2025. Macri no descarta para nada un acuerdo electoral, pero quiere llegar a negociarlo de igual a igual. Después del fiasco de su primera negociación con Milei (cuando estaba formando su gabinete), el expresidente parece haber aprendido una lección: no puede tener quintacolumnistas que se le abran, como le hizo Bullrich, que negoció su entrada al Gobierno por su cuenta.

Por eso, viene desplazando sistemáticamente a todo bullrichista de cargos del PRO. La semana pasada se consumó la estrategia de sacar del juego a la ex presidenta del PRO bonaerense, Daniela Reich: primero le vació la conducción, luego llamó a elecciones, finalmente se presentó una lista única sin un solo lugar para Bullrich y el resultado fue que Cristian Ritondo asumió tal y como quería Macri. Movidas parecidas pueden ocurrir en otras provincias.

Al lugarteniente de Bullrich en el consejo nacional del PRO, Damián Arabia, Macri lo viene excluyendo de forma explícita de cada encuentro de la conducción. De hecho, el líder del PRO no quería aceptar que ocupara ese lugar, pero tuvo que hacerlo para que Bullrich no le presentara una lista contraria. Tiene tan poco entusiasmo por Arabia, que hasta en la web del PRO su biografía es la única que está vacía. Pero lo otro que acordó Macri con Bullrich es que ella ocupará la presidencia de la Asamblea del PRO, lo que iba a generar un supuesto balance entre los sectores. Esa promesa ahora -indican en el entorno de Macri- no se cumplirá.

En el último encuentro de Macri con su mesa chica en Vicente López, consideraron que Bullrich se había propasado al expulsar del gobierno al secretario de Seguridad Vicente Ventura Barreiro, al que encima acusó de corrupto. Se trata de un hombre de Ritondo y lo tomaron como una represalia de la ministra de Seguridad. A raíz de eso, está prácticamente decidido que Bullrich no tendrá el lugar que quería al frente de la Asamblea del PRO. Se decidirá en un encuentro partidario el 4 de julio por la mañana.

"Es muy factible que no tenga los votos. Pero no solo por Mauricio. Los dirigentes del PRO del interior no la pueden ni ver. Dicen que los usó en el cierre de listas y después repartió los cargos entre todos dirigentes bonaerenses (Juan Curutchet, Carlos Pirovano), que no representan a nadie", relata un dirigente que conoce de cerca las entretelas de la conducción de partido.

La ruptura del acuerdo al que habían llegado Macri y Bullrich para que el primero ocupe hoy la presidencia del partido puede tener consecuencias imprevisibles. Cuando Macri hizo su jugada contra el PRO bonaerense, Bullrich rompió los dos bloques bonaerenses del PRO y habló de "golpe de Estado". La ministra de Seguridad se reserva lo que hará si se caen todos los acuerdos. "No se van a animar", pechean en su entorno. "Ahora, si rompen ese acuerdo, se terminó el PRO", vaticinan.

La relación con Milei

Hasta ahora, Macri mantiene un excelente vínculo con Milei, aunque le molesta que lo escucha, pero nunca le hace caso. La idea no es cambiar el vínculo ni pelearse. Pero en el entorno del ex presidente indican que la Ley Bases es hasta donde él pensaba llegar con su generosidad. "Ahora vamos a ver un Macri menos condescendiente", prometen.

Algo de eso se dejó entrever en lo que dijo Macri luego de la aprobación de la ley.

https://twitter.com/mauriciomacri/status/1806727605036397000

La parte del tweet que hay que leer con atención está en la última frase: "El Gobierno nacional tiene ahora las herramientas para avanzar a la velocidad que la situación necesita". En otras palabras: ahora gobiernen.

No es casualidad que el comunicado que sacaron los diez gobernadores de Juntos por el Cambio va exactamente en la misma línea: "Creemos que es un instrumento útil para que pueda cumplir con el cambio que votaron la mayoría de los argentinos. Como el mismo Gobierno Nacional dijo, ahora tienen las herramientas para que comience una nueva etapa que debe ser de crecimiento, inversión y empleo", le marcaron.

Y Ritondo, la principal espada de Macri en el Congreso, también dijo: "Todo lo que votamos ahora tiene que ser trasladado a la capacidad de gestión del Gobierno. Ya le dimos las herramientas que pidieron". Y dejó una clara señal del futuro del PRO:"No somos gobierno, ni cogobierno. En aquellas cosas en las que no estemos de acuerdo, las vamos a decir claramente”.

La totalidad de los mensajes de Macri y sus principales dirigentes apunta en la misma dirección: quieren ver como hace Milei para enfrentar la dificil situación económica. Macri ya demostró que no le puso palos en la rueda. Si tropiezan, ahora será responsabilidad enteramente de Milei.

Cara de hereje

Todo forma parte de un plan hacia 2025. "Algunos quieren que nos peleemos con Milei, que nos pongamos en frente. ¿Cómo nos vamos a poner en frente si atrás viene nuestro mismo electorado?", detalla un dirigente del PRO. La estrategia, detalla, no es pelearse, pero sí ir fortaleciendo el PRO para una negociación que calculan que vendrá: la de una alianza electoral en 2025.

"No vamos a negociar ahora que están subidos a un caballo", aclara el dirigente. El termino que usa es otro, más referido a la genitalidad. Pero la idea se entiende. Macri quiere esperar a que la negociación sea menos asimétrica. Hay una parte que el dirigente no dice: les vendría bien un Milei más debilitado, más necesitado de un acuerdo electoral. Dicen que tiene cara de hereje la necesidad. Lucila Crexell puede dar fe de ello.

El plan de Macri, confirma el dirigente, no es ir al choque, sino meramente esperar a ver si la erosión del gobierno -y tal vez, de una acumulación de errores- mejora sus posibilidades de discutir una alianza el año que viene. Tampoco cree, como sí piensa Bullrich, que esa alianza es inexorable. "Si se ponen muy intransigentes no habrá acuerdo", destaca otro dirigente del PRO, de los que hoy se muestra en público más oficialista que los oficialistas.

A la hora de mostrarse a favor de que a Milei le vaya bien, nadie dirá nada en público. Pero tampoco Macri come vidrio. Sabe que un éxito rutilante de Milei equivale a la disolución de su partido por la pérdida irremediable del electorado que alguna vez tuvo. Ahí hay que buscar las claves de las decisiones que están por venir.