Pasó el ómnibus y dejó muchas dudas en la oposición
Pasó el ómnibus y dejó muchas dudas en la oposición
Sancionadas las dos primeras leyes de Javier Milei, la oposición fantasea con el día después. Los aliados que le votaron las leyes suspiran con alivio, convencidos de que cumplieron con su parte y que, por al menos unas semanas, el Presidente no los acusará de ser los responsables de los pésimos índices económicos. No todos coinciden, sin embargo, en cuál debe ser el paso siguiente. Algunos radicales no mileístas -es decir, no deloredistas- sostienen que lo mejor es pisar el acelerador y empezar a presionar con una agenda propia. Otros, más temerosos, abogan por "no hacer ruido" y dejar que la ley Bases decante. "No hay que darle excusas" es su frase de cabecera. El peronismo, mientras tanto, no es ajeno a este fenómeno, aunque en sus propios términos: Unión por la Patria se consuela con haber logrado mantener la unidad sin muchas bajas y bucea oportunidades que le permitan volver a la ofensiva.
Se había cerrado una etapa. Eran las 3 de la mañana del viernes, la Cámara de Diputados acababa de sancionar los dos mega proyectos refundacionales de Milei y los diputados opositores huían por los pasillos del Congreso convencidos de que, ahora sí, había llegado su momento. O que, al menos, se le había puesto fin al cronograma tiránico y monotemático de la Ley Bases. La mayoría volvería a sus provincias, pero unos cuántos tendrían que quedarse porque sí, se había terminado la novela de los últimos meses, pero ya la semana que viene había pedida una nueva convocatoria a una sesión. Era la sesión pedida por el radicalismo para tratar los proyectos de restitución del FONID y de presupuesto universitario.
Frente a la cercanía de la fecha de la sesión surgieron dos posturas. Por un lado, la de Unión por la Patria y el sector más combativo de la UCR, que encabeza la línea de Facundo Manes e incluye algunos legisladores como Pablo Juliano y Fernando Carbajal. Esta corriente presiona para tomar la iniciativa. Observan que hay temas, como el caso del financiamiento de la educación, en los que es posible arribar a una mayoría opositora que incomode al gobierno. El objetivo es repetir el éxito de la sesión en la que se logró aprobar un proyecto que aumentaba un 8 por ciento las jubilaciones. La iniciativa pasó ahora al Senado, en donde Victoria Villarruel está jugando a la dilación, consciente de que la oposición tiene el número para sancionarlo. Y ahí Milei ya amenazó con vetarlo: una perspectiva que entusiasma a algunos opositores más combativos. "Que lo vete y lo exponemos. Le tiramos abajo el DNU", se sonreía un radical.
Para este sector, la sesión del 3 de julio es una oportunidad para equilibrar la cancha tras la victoria oficialista. Pero no son muy optimistas. La UCR está atravesada por tal crisis interna que coordinar estrategias conjuntas se vuelve casi imposible. Por un lado están "los Manes", a los que a veces se suman la corriente que responde políticamente a Yacobitti/Lousteau. Pero en frente está el presidente de bloque, Rodrigo de Loredo, que, junto a los mendocinos, funciona virtualmente como si formaran parte del oficialismo. Fue De Loredo, sin embargo, quien convocó a la sesión y debería ser él quien tendría que pedirle a Martín Menem de bajarla. Por estas horas esa es la discusión. "Están esperando que el gobierno les transfiera el próximo mes a las universidades. Presionan con eso y el lunes la bajan", analizaba, con sorna, un diputado opositor que estuvo conversando con el radicalismo.
El peronismo, mientras tanto, teme esto mismo. "No tienen suficiente voluntad opositora. De pico parecen hastiados, pero en la práctica después no se sabe", se queja un dirigente de UxP que viene negociando para que se realice la sesión por educación. La restitución del FONID, por ejemplo, la viene sosteniendo UxP casi en soledad. El problema, identifican en la bancada que comanda Germán Martínez, es que la oposición dialoguista los viene tratando como si fueran "la mancha venenosa". Es decir que ninguno quiere - ni tiene incentivos para - quedar pegado votando "con el kirchnerismo".
De momento, sin embargo, UxP celebra haber sobrevivido a la votación de la Ley Bases y el paquete fiscal sin ninguna ruptura. "De 5 votaciones, 4 estuvieron ordenadas. Y en la que no tampoco hubo una sangría: quedó encapsulado en Catamarca", señalaba un dirigente que había integrado el Frente Para la Victoria en 2016, luego de la victoria de Mauricio Macri: "En la votación de los Fondos Buitre, 17 se nos fueron con Bossio para apoyar con el gobierno", comparó.
"No hay que dar excusas"
Del otro lado se encuentra la línea Emilio Monzó. El ex presidente de la Cámara de Diputados del macrismo, que hoy integra Hacemos Coalición Federal, sostiene internamente que llegó el momento de dejar a Milei solo, con sus dos nuevas herramientas - la Ley Bases y el paquete fiscal - y ver como decantan. "No metamos ruido", sostiene Monzó y varios coinciden. La oposición dialoguista viene esperando el fin del debate de la Ley Bases hace meses: consideran que, ahora, el presidente no podrá responsabilizarlos de todas las cosas que salen mal en su gobierno. La Coalición Cívica y varias bancadas provinciales abogan esta misma teoría. "Ahora nosotros necesitamos no hacer boludeces por al menos dos meses, que los ojos estén puestos en lo que hace Milei", advertía un dirigente que integra uno de estos bloques.
Ya sea sobreactuación o un verdadero ultimátum, a este sector de la oposición dialoguista gusta de repetir que, ahora, al gobierno se le acabaron las excusas. Varios desconfían de la agenda de Milei y sospechan que, frente a la seguidilla de malas noticias económicas - no entran dólares, cae la producción, sube la indigencia, aumenta la desocupación, se derrumba el consumo - el presidente buscará un chivo expiatorio. Y, hasta ahora, uno de los chivos expiatorios preferidos de Milei ha sido el "nido de ratas" del Congreso. "Quieren generar conflicto, no saben hacer otra cosa tampoco", analizaba un dirigente del PRO.
En efecto, en las 24 horas posteriores a la sanción de las leyes, el gobierno dio muestras de que no tiene ninguna intención de cerrar las puertas del Congreso. Si no todo lo contrario. Milei ya anunció que, con el desembarco de Federico Sturzenegger al gabinete, llegará la "Ley de Hojarascas": un compendio de más de 100 desregulaciones económicas. Miguel Ángel Pichetto, sin embargo, ya le advirtió a funcionarios del gobierno nacional que no mandasen más leyes ómnibus. "Se las vamos a poner de gorra", advirtió un dirigente de HCF.
Queda, además, todas las leyes penales que viene impulsando Patricia Bullrich. Las que buscan criminalizar la protesta, la "anti mafia", la de datos genéticos e, incluso, una que pretende bajar la edad de imputabilidad a los 13 años. Esta agenda, sin embargo, es más de Bullrich que de Milei: la ministra de Seguridad viene manteniendo una interna furibunda con Mauricio Macri por el futuro del PRO y la semana que viene se especula que Macri le arrebatará su lugar en la presidencia de la Asamblea del partido. Bullrich necesita ganar protagonismo y buscará hacerlo desde el Congreso.