Los zapatos de princesa de Marta Nieto funcionan como unas deportivas (elegantes)
Unos zapatos de princesa deberían ser de cristal. Al menos, eso se pensaba hace unos años. Cuando la única princesa que importaba se llamaba Cenicienta y los único zapatos que se atrevía a lucir eran de cristal. La historia tiene miga. ¿Acaso hay algo a priori más incómodo que unos duros y afilados zapatos de cristal? En el terreno de la ficción todo es posible y, de hecho, ahí está la gracia del asunto. Pero en la moda suelen mezclarse ambos universos y crear paradojas tan interesantes como que para que se produzca la transformación final y la chica llena de hollín revele a la princesa hay que encajar el pie en semejante reto “zapatístico”.
La actriz Marta Nieto en los Premios Godot © GettyImages.
En cualquier caso, lo que nos ocupa aquí y ahora es la moda real revestida de sueño o en todo caso empapada de ficción. Y si hablamos de zapatos de princesa, desde luego no nos referimos al agresivo diseño de cristal que la tal Cenicienta se enfundó como si fueran unas bailarinas. Más bien hablamos de pares como el que, por ejemplo, ha lucido Marta Nieto durante los Premios Godot. Unos zapatos de color rosa empolvado con detalle de joya en el lateral y acabados en punta que la actriz ha combinado con un precioso vestido de Carolina Herrera.
Si decimos que son de princesa es porque responden a las necesidades y sueños de las "princesas” modernas, es decir, cualquier mujer que atesore el deseo de sentirse precisamente así: son preciosos, discretos pero con un toque brillante y a priori cómodos. Marta Nieto no tiene que irse corriendo a ninguna parte cuando den las doce. Ni ella ni nadie. Son los zapatos de las princesas que se quedan porque no tienen nada que ocultar.