El High Line de Turín está en la azotea de esta famosa fábrica de coches
Lingotto
El Turín del siglo XX se forjó en el sur de la ciudad. Cerca del río Po crecieron las calles del Lingotto, antiguo polo industrial donde la Fabbrica Italiana Automobili Torino (FIAT) estableció su planta Fiat Lingotto en 1915.
Durante su vida útil, interrumpida solo durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, la planta de Lingotto produjo 80 modelos de automóviles, entre los que se encuentra el famoso Fiat Topolino de 1936. En 1940, parte de la producción se trasladó al distrito colindante de Mirafiori Sur, donde permanecen las últimas fábricas turinesas de FIAT. Fiat Lingotto siguió produciendo coches dos décadas más como núcleo de un barrio donde se forjó el movimiento obrero en Italia.
Hoy permanece el edificio, definido por Le Corbusier como «una de las mejores imágenes de la industria» y renovado en 1982 por el arquitecto y premio Pritzker Renzo Piano. Sin prescindir de su pasado industrial, cuando se visita aún se puede contemplar la estructura racionalista de cinco plantas que se organizaban según la fase de la producción: en la planta baja se almacenaba y trataba la materia prima, y subiendo en espiral se acababa en la azotea, donde se realizaban los tests de los coches en una pista oval.
Justo aquí, junto al asfalto, se ubica la Pinacoteca Agnelli, donde los históricos dueños de esta compañía exhiben su fascinante colección con obras de Canaletto, Picasso, Matisse, Modigliani y otros importantes artistas. En su última ampliación, llamada Pista 500, el circuito de pruebas se ha transformado en una especie de High Line neoyorquino en el que las instalaciones artísticas conviven con los espacios verdes. A lo lejos se divisan las cumbres de los Alpes, que recuerdan la situación geográfica de Turín en el corazón de la provincia del Piamonte, frontera con Francia y el italiano valle de Aosta.