Checo Pérez encuentra estabilidad, pero no el podio en el Gran Premio de Austria

Checo Pérez en el garaje de Red Bull durante el Gran Premio de Austria.

Checo Pérez corrió ante los patrones en el Red Bull Ring, en Austria. El mexicano lo hacía con un poco desencajado tras haber perdido toda seguridad a bordo de su coche desde mayo, en Emilia Romaña. El piloto no se ha podido meter entre el top cinco de la clasificación desde la carrera en Miami. Dos choques después y una renovación de contrato después, el piloto quería darle una alegría o, por lo menos, una certidumbre a sus jefes. Finalizó séptimo en una carrera que perdió Verstappen por encararse con Norris. La carrera la ganó, por estar en el momento preciso, el británico George Russell. Completaron el podio Piastri de McLaren y Sainz de Ferrari.

La carrera comenzó con optimismo para los mexicanos. Checo Pérez, quien inició desde la octava posición, metió el coche por la curva interior en la arrancada para intentar ganarle las posiciones a Piastri y Leclerc. El mexicano dejó que sus rivales chocaran entre sí, donde el más dañado fue el de Mónaco. Más adelante, el de Red Bull puso cara de duro para cerrarle el paso al de McLaren. Ahora la intención era protegerse del australiano, quien terminó quitándole ese valioso sexto lugar, importante para seguir recuperando confianza tras los choques en Montecarlo y en Montreal.

El fin de semana en Spielberg fue estable para Checo Pérez. En la carrera sprint del sábado, un primer gran parámetro para todos, le permitió iniciar desde la séptima posición. Pudo escalar más, pero adelante tenía a Esteban Ocon de Alpine, quien le frustró el ritmo porque el francés quería ponerle un pie a su compañero y archirrival Pierre Gasly. El afectado fue el embajador de Guadalajara que terminó octavo. Poco a poco el mexicano ha ido retomando el vuelo. De regreso a la carrera de este domingo, peleó para mantenerse en la batalla con Piastri, intentó hacerle un undercut [cambiar los neumáticos antes que el rival para ganar una ventaja] y fue en el pasillo de boxes cuando el mexicano se excedió en los límites de velocidad y los comisarios le castigaron con cinco segundos de penalidad, algo que le podía hacer caer del séptimo lugar.

El único representante de Latinoamérica en la Fórmula 1 cambió de neumáticos en el giro 52 y pagó la penalidad. Eso le hizo caer al noveno sitio, aunque con la posibilidad de poder superar en pista a los dos autos de Haas. Primero superó a Kevin Magnussen. Seguía Hulkenberg, pero lo que pasó adelante en la punta cambió todo. Verstappen se defendía de Norris, pero ninguno cedió y ambos terminaron con neumáticos pinchados. El de McLaren abandonó la carrera, el tricampeón pudo regresar a la pista. El neerlandés finalizó en la quinta posición. Pérez adelantó a Hulkenberg en la última vuelta, pero el de Haas sacó el último truco del auto para amargar al mexicano. Octavo sitio que solo contribuye para que el mexicano esté más seguro arriba del toro rojo. “No puedo creer que seamos así de lentos. Esto ya es demasiado”, se quejó Pérez en la radio.

Austria, sede de todo el conglomerado llamado Red Bull, no le ha sentado tan bien al mexicano en estos últimos cuatro años. En la temporada de su debut con los de la bebida energética, en 2021, terminó en sexto lugar. En 2022 tuvo que abandonar y en 2023 pudo, por fin, subirse al podio con un tercer lugar en la carrera y un segundo sitio en la carrera sprint del sábado. Este año no fue el bueno, aunque al mexicano le sienta bien recuperar terreno. Hablar del subcampeonato del mundo ya empieza a ser lejano para Checo Pérez que ha visto cómo se han recuperado Norris, Russell, Sainz, Leclerc, Hamilton e incluso Piastri.

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