Tchouameni es el jefe
Aurelien Tchouameni llegó a la Eurocopa entre algodones, aquejado de una lesión que acarreaba por estrés en el pie izquierdo, pero su rendimiento en los últimos partidos con la selección francesa, sobre todo contra Bélgica en los octavos de final, le han refrendado como uno de los pivotes más completos del mundo. Indiscutible en el Real Madrid, indispensable para Deschamps, el de Rouen, de 24 años, realizó una prestación inmaculada, sosteniendo a la subcampeona del mundo en la medular.
Tchouameni cuajó un encuentro extraordinario. En defensa, sus coberturas tanto a Saliba como a Upamecano para frenar a Openda y Lukaku le dieron mucha seguridad a Francia, pero en ataque, además, se le vio en varias ocasiones caracolear en la frontal del área, con varios disparos desde fuera del área que estuvieron muy cerca de terminar en gol. Bajo un semblante tranquilo, sin expresar sus sentimientos, el canterano del Girondins de Burdeos fue un jugador capital para Francia.
Sus números así lo secundan. Acumuló un 90 % de acierto en el pase, 90 de 98 intentos, falló únicamente dos pases en largo de ocho intentos, cuatro de ellos a Jules Koundé en el primer tiempo, al que le puso en el pie envíos de una precisión milimétrica, dos intercepciones, dos disparos bloqueados y, además, logró tres duelos de cinco posibles. Un partido que, por si había alguna duda, zanjó de un plumazo el debate, el tímido debate, sobre su importancia en la selección francesa.
“Lo importante es que le valoren en el club y sus compañeros. Los comentarios negativos vienen de gente negativa y envidiosa”, reconocía Gustavo Poyet, el técnico que le hizo debutar, a este periódico, antes del envite de los octavos de final de la Eurocopa. El uruguayo fue el primero que vio su potencial, ratificado después por Carlo Ancelotti en el Real Madrid y por Deschamps con la selección. En todos los equipos en los que ha estado se ha impuesto desde el primer minuto, sin titubeos, rindiendo a un nivel excelso.
Tchouameni no empezó la Eurocopa de titular debido a una lesión que sufrió en las semifinales de la Champions League, el 8 de mayo, contra el Bayern. Incluso se llegó a barruntar, aunque de forma efímera, que podría perderse la Eurocopa, tras no haber podido jugar la final de la máxima competición europea, el 1 de junio ante el Dortmund, y después de no jugar ni un solo minuto en el debut de Francia en el torneo en suelo alemán, el 17 de junio frente a Austria en Düsseldorf.
El mediocentro del Real Madrid hizo todo lo posible para competir en Alemania, siendo titular en el segundo encuentro contra Países Bajos y después repitiendo ante Polonia y finalmente Bélgica, este lunes. En lo que llevamos de Eurocopa, Tchouameni acarrea un 93 % de acierto en el pase, 70 % de éxito en pases en largo, con más de cuatro intentos por partido, un 90 % de acierto en los pases en campo rival, cuatro robos por encuentro, más de un 50 % de duelos terrestres ganados por un 60 % de los duelos aéreos.
El guardián de Francia, el muro defensivo, el jugador que aporta solidez y equilibrio a un compendio de grandes individualidades, Tchouameni, frenó a Kevin De Bruyne contra Bélgica y su próximo objetivo será imponerse, el viernes en Hamburgo, a Bernardo Silva, Cristiano Ronaldo o Bruno Fernandes, entre otros. Si él está bien, la selección lo nota. Si no está en el campo, su ausencia se nota a raudales. Un salvavidas para la tricolor y para todos sus compañeros.
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