Sobre las alpargatas españolas que Grace Kelly llevaba cada verano
Grace Kelly de vacaciones en España podría haber sido una de tantas turistas norteamericanas que conceden la misma importancia a brocearse que a hacer compras entre la artesanía local. Y en este último punto, por cierto, están las alpargatas. Que se lo digan a Jill Biden o a Susan Sarandon, cuyas recientes visitas a nuestro país contaron con la parada de rigo en una alpargatería. Grace tampoco faltó a esta “tradición” tan instaurada en los genes yanquis que cuesta localizar su nacimiento y según la cual “donde fueres haz lo que vieres”. Un dicho que en sus manos consiste en apropiarse de lo que sea con ausencia de culpa. Si las alpargatas nos gustan, pues nos las llevamos a casa y las metemos en todas nuestras películas.
Grace Kelly con alpargatas. © GtresOnline.
En el caso de Grace Kelly, lo curioso es que esta devoción al calzado con suela de arpillera traspasó la pantalla. De Atrapa a un ladrón (1958) al jardín de sus vacaciones familiares junto a sus hijos Carolina, Estefanía y Alberto y su marido Rainiero. Sí, Kelly utilizaba alpargatas españolas en casi todos sus parones estivales, y de hecho tenía un modelo favorito, el más clásico: las alpargatas planas. Lo elevados modelos con plataforma de cuña todavía no habían desembarcado ni Estados Unidos ni en España con la fuerza que lo hicieron después. Su mejor embajadora, por cierto, es una tal Letizia.
A las alpargatas siempre se les presupone un origen español, aunque según lo expertos en moda e historia, las primeras aparecieron en el Antiguo Imperio Romano e incluso en Egipto. Eran perfectas para lugares conocidos por sus altas temperaturas gracias a lo transpirable de su suela de arpillera. Sin embargo, alcanzaron su máximo nivel de popularidad en España, donde se convirtieron en el calzado predilecto de los trabajadores del campo –su suela, una vez más, lo aguantaba todo. Suelos llenos de piedras incluidos–. De ahí a su conversión en objeto de deseo guiri hay una larga historia que no estamos capacitados para contar.
Grace Kelly jugando con unas niñas en la cubierta de un barco norteamericano que atracó en Algeciras de camino a Mónaco. © GtresOnline.
Grace Kelly se entregó a la comodidad y el recién adquirido estatus chic de estos zapatos porque la estrella de cine tenía toneladas de gusto, y porque para el 90% de los turistas norteamericanos el verano es una mezcla de aguas de color turquesa, sangría, queso y embutidos, y palabras como “amigo”. Quizá han creído y creen que en España vivimos en un perpetuo verano, y nada más lejos de la realidad. Ni siquiera Grace Kelly fue capaz de escapar a ciertos tópicos.