Cartas al director de HERALDO: A propósito del fango
Cartas al director de HERALDO: A propósito del fango
Que digo yo, Sr. Presidente, que el fango que tanto abunda en la tormenta, se cuela y ensucia, luego con una buena manga de agua se retira y asea. Mira que es fácil acabar con la duda sobre la honradez de su familia, pues de la honestidad nadie duda.
Yo me atrevo, humildemente, a sugerirle dos medidas inmediatas para restaurar el honor mancillado y dejar a la oposición cavernaria y fangosa a la altura de eso… del fango. Primera, tanto su señora como su hermano podrían comparecer antes los medios y dar las explicaciones pertinentes, si las tienen, que a buen seguro es así, a juzgar por lo que Ud. dice, porque Ud. siempre hace lo que dice, salvo cuando cambia de opinión, que bien sabido es que rectificar es de sabios. Pero si eso les molesta, o supone hacerse eco de la campaña de fango de los cavernícolas, lo tienen aún más sencillo. Acuden sin tardar al juzgado más próximo e interponen una demanda por injurias, ¡y que se enteren los de la caverna! Yo lo haría si de mi dijesen lo que están diciendo los medios, tabloides y celuloides, de los suyos. Y una reflexión final, parece ser que en democracia son los medios los que controlan y critican a los que mandan y los medios, como el resto de los mortales, se someten al imperio de la ley, es decir a lo que dicen jueces y tribunales, que por eso le sugería yo lo del juzgado de guardia. Parece que lo contrario, eso de que el poder controle a la prensa, es cosa pasada, de dictaduras y le llamaban censura… o peor, autocensura, que es cuando el que tiene que criticar, sin faltar a la verdad, se tienta la ropa por lo que pueda pasar. Algo de esto ya vivimos los que peinamos alguna cana y no lo añoramos.
Juan Ignacio Pérez Calvo. ZARAGOZA
Tendremos que hacérnoslo mirar como sociedad. Me refiero a los resultados electorales de las europeas. Se veía venir y no se ha hecho nada. Partidos nuevos, con nuevas tácticas e ir en contra de todo, eso es igual a votos de los que no saben a quién votar porque ven que todos son iguales y que no hacen nada por cambiar. Y dan ganas de decirles que se dejen de mirar el ombligo y piensen en la gente y se pongan a trabajar. Los resultados también deberían analizarse en el resto de Europa y preguntarse si se va por el buen camino en la construcción de una Europa común o se va hacia una fagocitación de Europa por uno de los grandes. Todos los cambios provocan algo de incertidumbre y miedo, pero ningún grupo puede ser el único valedor de una forma de vida, de una democracia, de un progreso. No podemos olvidar que todos vamos en el mismo barco y alguna vez nos daremos cuenta de que los remos deben llevar el mismo ritmo y la misma dirección; si no, la nave zozobra.
Carmen Pilar Lamuela Polo. MORATA DE JALÓN (ZARAGOZA)
¿Somos conscientes de lo que comemos? ¿Sabemos que son los alimentos procesados y los muchos aditivos que contienen? ¿Son buenos para nuestra salud? Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, sÃÂ. DeberÃÂan controlar más la cantidad que introducen en ellos y llevar controles más exhaustivos. No sé si nos damos cuenta, pero cada vez consumimos más alimentos procesados... como embutidos, salchichas, hamburguesas, carnes empanadas, adobadas... Tampoco leemos los aditivos que lleva cada uno de esos alimentos, incluso en los congelados, que parecen tan frescos e inofensivos. Informémonos bien por la salud de nuestros niños en sus chuches, helados... Hasta siete aditivos he llegado a leer en los ingredientes de algún alimento. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria dictamina su autorización. ¿Se puede confiar en ellos? ¿O también se mueven por algún interés? Tan solo un poco más de información veraz para tener menos enfermedades y una vida más duradera.
Nuria Marruedo López. ZARAGOZA
Somos el segundo país europeo con mayor porcentaje de pobreza infantil, dictaminado por varios estudios realizado por instituciones independientes. Una de cada cuatro familias españolas con niños sufre este mal endémico y que seguramente tiene mucho que ver con la falta por parte de los poderes públicos de una necesaria reestructuración a nivel de servicios sociales básicos. El paro, es obvio, tiene mucho que ver, pero incluso en familias donde trabaja al menos uno de los progenitores les es imposible llegar a final de mes para llenar el frigorífico y mucho menos atender un gasto extraordinario. Dicho todo esto, falta por aplicar leyes que palíen estas consecuencias. Y eso que la mayoría ya van al comedor escolar gratuito, siendo seguramente la única comida en condiciones del día. Aquí es donde precisamente a mí no me importa que lleguen mis impuestos, si se hace con rigor y cierto control. Y termino diciendo que, gracias también al Banco de Alimentos y a muchas oenegés que están sobre el terreno ofreciendo ayuda y su tiempo con miles de voluntarios, el problema no es todavía acuciante. La pobreza infantil es un buen termómetro para ver cómo avanza un país, y el nuestro, en esto, va muy muy lento. ¡No lo dejen!
Luis Solanas Cebolla. ZARAGOZA
Sabemos que el mundo gira a una velocidad vertiginosa, que un acontecimiento ocurrido el lunes el viernes nos parece la remota prehistoria. De esto, sibilina y eficazmente, se aprovechan oscuros intereses globales para inculcar al rebaño, que somos los consumidores, el pueril sueño de la inmediatez de todos nuestros deseos, anhelos y necesidades. Valores como el ahorro, la constancia, la férrea voluntad propia han sido progresivamente sustituidos por una máxima: lo quiero aquí y ahora, porque yo lo valgo. Son minoría las familias que cocinan en casa pero son legión los que consumen comida rápida por encargo. Nadie compra un producto como un ordenador o un vehículo y mucho menos una vivienda con lo ganado con la constancia y el sacrificio del ahorro. Sin embargo, en ocasiones lo conseguido con el fruto de nuestro esfuerzo nos lleva a apreciarlo más, nos da un plus que nos aporta una mayor felicidad, al haber alcanzado nuestro deseo. Y es que, en muchas ocasiones, como en el amor verdadero y otros sentimientos valiosos, la espera habrá merecido la pena.
Miki Romanos Mur. ZARAGOZA
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