Una casa moderna de estilo brutalista con unos interiores que revitalizan el hormigón con muebles de diseño a todo color de inspiración ochentera
Esta vivienda representa la pasión de su propietario por la arquitectura y el diseño contemporáneos, en lo que resulta una audaz reinterpretación de una residencia familiar. El estudio de arquitectura ZAA, Zanon Architetti Associati, autor del proyecto, ha creado un volumen horizontal y compacto en hormigón, el material es a la vez estructura y acabado y la verdadera esencia de Casa T. La desnudez de los envolventes no resulta sin embargo fría. Por un lado, la construcción está rodeada por un jardín de diseño con el que mantiene un diálogo constante a través de grandes ventanales de cristal que se suceden en todo el perímetro y dictan la distribución de los espacios. La áspera piel, además, se ha matizado con una textura de madera, gracias al uso de encofrados de lamas, y la elección del pavimento de cemento brillante proporciona contraste y refuerza la claridad.
La iluminación ha sido fundamental para transformar las atmósferas con el paso de las horas: la natural enfatiza el fondo gris durante el día, mientras que la artificial se ha diseñado para escenificar interesantes juegos de luces y sombras al caer la noche. Las luminarias personalizan los ambientes combinando lámparas técnicas y modelos decorativos, como el célebre Holonzki, de Ingo Maurer. Los muebles son asimismo "plato fuerte" del proyecto. Se trata de piezas cuidadosamente seleccionadas por el propietario, que demuestra en esta antología ecléctica, cálida y colorista su devoción por los grandes autores del siglo XX, por el diseño escandinavo, americano e italiano. Y, por último, el jardín. Plantado con gramíneas ornamentales y altos árboles que rodean las praderas de césped y enmascaran el límite de la propiedad, consigue el más difícil todavía: que la casa forme parte del paisaje.
Los espacios se abren al exterior a través de grandes ventanales, que como cuadros naturales, enmarcan el jardín. Los suelos de cemento pulido reflejan los colores y formas de los muebles, diseños contemporáneos como la silla DCW, de los Eames para Herman Miller, o la mesita auxiliar Flamingo, de Memphis Milano, junto al sofá Neowal, de Living Divani. La colorista alfombra Post Design es una obra de Nathalie du Pasquier.
Una vista del amplio salón. Librerías y aparadores bajos dejan pasar la luz y su diseño supone un guiño a la estética de los años 50, década a la que pertenecen algunas de las piezas que amueblan la zona de estar, como la emblemática butaca con reposapiés en piel Lounge Chair & Ottoman, que Charles y Ray Eames crearon en 1956.
Reina en esta imagen la silla Knotted Chair (1996), de Marcel Wanders, una obra de arte y un punto de referencia para el diseño de los años venideros.
La librería Carlton extiende sus ramas geométricas. Es un diseño que Ettore Sottsass realizó en 1981 para Memphis Milano. A su lado, otro clásico destaca en un azul luminoso: la mecedora Rocking Chair, que los Eames hicieron para Vitra en los años 50. Detrás, lámpara Holonzki, de Ingo Maurer.
El comedor transforma el contexto gris llenándolo de luminosidad y destellos en rosa chicle. Se ha amueblado con la mesa ovalada y las sillas Tulip, de Eero Saarinen para Knoll (1957). La escultura de las manos es una obra de Harry Allen.
En el comedor, la librería 606, creada por Dieter Rams para Vitsoe. Sobre el conjunto pende la lámpara PH5, de Poul Henningsen para Louis Poulsen. El mueble danés de madera, de los años 60, añade un cálido contraste estilístico.
Abierta al salón, la cocina es un diseño realizado por ZAA que combina elementos en hierro (el estante suspendido del techo o los taburetes altos High Dot, de Fritz Hansen) con superficies de acero inoxidable. El carácter minimal de esta puesta en escena refuerza el protagonismo de la isla central como el núcleo “amable” de reuniones familiares. Es un espacio de trabajo, pero también de charla y contemplación, ya que desde esta perspectiva se puede disfrutar de la vista del jardín.
Esta sala polivalente alberga una gran colección de música, otra de las grandes pasiones del propietario, que la ha convertido en un refugio íntimo y relajante. Colgado del techo, el sillón en cristal acrílico Bubble Chair, diseñado por Eero Aarnio en 1968 para Adelta, no es una pieza más del mobiliario: el efecto de aislamiento e ingravidez que se disfruta dentro de esta burbuja son extraordinarios.
Las zonas más privadas son también las más introvertidas: el dormitorio ofrece una estética espartana. La cama Fronzoni 64, de Capellini, se adorna con cojines en tonos vibrantes. Éstos, el asiento o las patas de la mesa son las únicas concesiones al color.
Azulejos cuadrados y con los cantos redondeados, de DTILE, revisten un baño de acento retro. El espejo enmarcado por la propia cerámica y la encimera de baldosas logran continuidad y amplían el espacio. Monacal.
La residencia unifamiliar, en una sola planta y con una altura modesta, se integra de forma orgánica en el jardín. En la fachada sur una esbelta pérgola metálica cubierta de cañizo proporciona sombra y una zona de descanso con tumbonas.
Mariano Zanon. Evolución constante.
casa en Treviso de estilo brutalista
Arquitecto y fundador de Zanon Architetti Associati, ha dedicado más de veinte años a la arquitectura, el urbanismo, la puesta en escena de interiores y el diseño de productos. Casa T es un buen ejemplo del trabajo de investigación e interpretación de los materiales y del análisis de la luz en sus formas expresivas y tecnológicas que el estudio hace en todos sus proyectos.
www.zanonarchitettiassociati.it