Vuelve el MVP de Rotterdam que dejó de pescar para ir de gira a ganarse a Simeone
Vuelve el MVP de Rotterdam que dejó de pescar para ir de gira a ganarse a Simeone
Roro raya al nivel con el que se ‘presentó’ en la Champions después de acortar sus vacaciones por el deseo del cholo de tenerlo a sus órdenes.
“Sabía que tenía que jugar él, Lino venía de hacer un partido extraordinario ante el Mallorca, pero las características de Roro podían servir mejor para el equipo. Acertamos, hizo un partido increíble”, reconocería Simeone después de que Riquelme se hiciera un nombre en la Champions (en su tercera aparición, su segunda titularidad y la primera fuera de casa) siendo elegido MVP en el triunfo frente al Feyenoord (1-3) con el que el Atlético aseguraba su presencia en los octavos. Cinco meses después, más allá del control de tacón que a la vez transformó en regate antes de dar el triunfo en Son Moix, el canterano convertido en realidad acaba al nivel con el que impresionó en Rotterdam un curso marcado por la decisión del Cholo en mitad de sus vacaciones, cuando se encontraba pescando junto a su padre y su hermano en Cádiz.
Disfrutaba Roro de sus correspondientes días de descanso posteriores a su participación en el Europeo sub 21 no sin cierta inquietud sobre su futuro, pues a pesar de que su deseo pasaba por triunfar en el club de su vida, la brillante demostración de su valían el Mirandés y el Girona le convertía en una de las piezas más codiciadas en el escaparate de un Atlético necesitado de hacer caja. Por si no fuera poco, estaba por ver que tuviera encaje (no pocos lo dudaban por sus características) en los planes de un Simeone que encima ya había arrancado la pretemporada y preparaba la lista de expedicionarios para la gira por Corea, México y Estados Unidos.
Precisamente en ese momento, tras llegar a sus oídos la intranquilidad de Riquelme, llegarían los movimientos que ahora permiten recoger los frutos. El Cholo trasladaría a Andrea Berta que lo quería a su lado y Roro, tras recibir la llamada del director deportivo, no tardaría ni un instante en interrumpir sus vacaciones, volverse a Madrid y llegar a tiempo para subirse al avión que lo llevara por el mundo. Aunque fuera para reconvertirse en una posición de carrilero que jamás habría imaginado y en la que entendía que no iban a resaltar sus cualidades ni su hábito de jugar cerca de la portería rival.
Una temporada de grandes momentos icónicos
El resto, con noches inolvidables mediantes (su gol al Real Madrid para apearlo de los octavos de Copa o el penalti marcado con una sangre fría de jugador consagrado para eliminar al Inter en los octavos de la Champions), ya forma parte del ilusionante futuro que se vislumbra con Riquelme. No sería, en todo caso, la última premonición de un Simeone siempre exigente con las prestaciones que imagina en el proyecto de crack mundial, pues en el último entrenamiento previo a brillar en Mallorca le había invitado a ensayar la definición convencido de que tenía que ofrecerle más de sus tres goles. Dicho y hecho, gol… y gran rendimiento en los 90 minutos que no disputaba desde Rotterdam haciéndose el dueño de la banda arriba y abajo.
Sigue toda la información deportiva en www.marca.com y suscríbete a Orbyt.