Trincão prepara la fiesta del Sporting
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70 minutos desde el pitido inicial tardó en vivirse la catarsis del Estadio José Alvalade. Nuno Mendes se inventó un taconazo de espaldas para proyectar a Paulinho en su internada en el área y Trincão, expectante en el punto de penalti, mandó un pase a la red para subir el 2-0 al marcador e inaugurar la fiesta que conmemorará el levantamiento de su 20º título liguero. Siempre, eso si, que el Benfica no consiga ganar en su visita al Famalicao (domingo, 21:30). El júbilo comenzó a desbordar en las gradas que abarrotaban una afición de Los Leones que habían preparado un recibimiento de postín a los jugadores que acercan de nuevo, tan solo un año después, la gloria a la parte verde y blanca de Lisboa.
Cumplió el Sporting con su parte para volver a reinar en Portugal. En intención y en hechos. Tras empatar milagrosamente y sobre la bocina al Oporto en el Clásico portugués, gentileza de un Viktor Gyökeres que anotó un doblete en el 87′ y el 88′, esta vez despachó al Portimonense por la vía rápida. Antes de ese 2-0 que certificó virtualmente el campeonato, Paulinho había desprecintado el marcador en una jugada a la velocidad de la luz. Gonçalo Inácio avistó el desmarque a la espalda de su marca de Nuno Santos, que vio a Paulinho libre de marca dentro del área para encontrar la red al primer toque.
Trincão celebra el 2-0 anotado ante el Portimonense.
Acto seguido llegó la avalancha de ocasiones, con la firma de ese animal del gol que es el sueco Gyökeres. Un zurdazo de Pedro Gonçalves, una doble ocasión de Paulinho, el MVP del partido (un gol, una asistencia), o un cabezazo de Gonçalo Inácio, otro que apunta a dejar una buena cantidad de millones de euros en las arcas del club, pasaron por la antesala del gol para preceder el 2-0. La sentencia, la guinda, la puso Gyökeres rebañando un balón suelto dentro del área en su enésima clase como rematador. 41 goles y 15 asistencias para el delantero más productivo de Europa y el que se rifarán el próximo mercado de fichajes veraniego. Tampoco podía faltar su máscara esta vez, su característica celebración.
Aunque en los créditos no puede faltar el gran artífice de que el Sporting haya ganado dos coronas nacionales en sus cuatro años tras llegar de otro Sporting, el de Braga: Rùben Amorim. Un título que no levantaba desde la temporada 2001/2002, realzando la complejidad de su misión, con Oporto y Benfica, el único que ha conseguido ganarle esta temporada de ellos, de por medio. A buen seguro la afición del Sporting le perdonará más su viaje relámpago a Inglaterra para sentar las bases de un potencial traslado a la Premier League.
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