Radiografía de la banca española: de 55 entidades a nueve en 15 años
La gran banca española no tiene hoy nada que ver con la de hace quince años, cuando más de medio centenar de entidades estructuraban un complejo sistema financiero que sufrió los vaivenes de la gran crisis y vivió importantes cambios en el lado de la supervisión. De las 55 entidades que en 2009 formaban esta amalgama bancaria hoy quedan 10, cifra que se verá reducida a nueve si finalmente sale adelante la operación de fusión entre BBVA y Sabadell.
Después de la crisis financiera de 2008-2009, España enfrentó una serie de problemas derivados de la burbuja inmobiliaria y el desgaste del mercado laboral que llevó a una morosidad alta y a la inestabilidad en un sistema que estaba prácticamente cerrado a la financiación. Como consecuencia, se produjo una reestructuración del sector, con fusiones entre bancos más débiles –en cierto modo empujadas por los propios reguladores– y la desaparición de algunas entidades más pequeñas. Además, y en el lado regulatorio, se implementaron normas más estrictas para fortalecer el sector bancario y prevenir futuras crisis, incluyendo aumentos en los requisitos de capital y pruebas de resistencia.
Esta primera tanda de fusiones que se produjeron hasta 2014 dejaron como resultado una estructura financiera de 14 entidades. Desde entonces, y con el impacto del Covid, las aguas se volvieron turbulentas de nuevo pese a que los balances de los bancos no tenían nada que ver con los de la anterior crisis y las causas de los vaivenes estaban muy alejadas de las de entonces. Así, en 2020 surgió la primera intentona de BBVA para comprar Banco Sabadell. Entonces, el gigante de origen vasco ofrecía 2.500 millones de euros por la entidad catalana y valoraba en cero su filial británica, TSB. Esta valoración no convenció a la parte compradora que exigía unos 2.700 millones. La operación se rompió, pero al igual que el consejo de BBVA donde algunos pensaban que había que subir la puja.
Antes incluso de que se aparcase definitivamente la operación que ahora se trata de reeditar surgió en el mercado en pleno mes de agosto la propuesta de unión de CaixaBank –controlada por Criteria Caixa– y Bankia –que todavía contaba con una importante parte del accionariado en manos del Estado como consecuencia de una de aquellas operaciones de fusión movidas por los reguladores una década antes–. La prima que se estableció en esta operación fue del 20% sobre el precio de cotización del día inmediatamente anterior a que saltase la noticia. Los accionistas de CaixaBank se quedaron con el 74,2% y los de Bankia con el 25,8% restante.
Ese mismo año volvía a las primeras líneas de los periódicos una nueva intentona de fusión: la compra por parte de Unicaja Banco de Liberbank –heredera entre otras de la Caja de Ahorros de Asturias y Caja Castilla-La Mancha–. En este caso, los accionistas de la entidad andaluza se quedaron tras arduas negociaciones con el 59,5% del nuevo banco, y los de la asturiana, con el 40,5%. Con estas dos operaciones, y varias más pequeñas que surgieron al calor de estos movimientos –como es el caso de las que ha protagonizado Abanca con entidades como Bankoa o TargoBank– el número de players en el mercado financiero español continuó reduciéndose hasta quedarse en la decena.
La nueva operación
Ahora, BBVA quiere hacerse con Sabadell en esta segunda intentona con una ecuación de canje de una acción de nueva emisión de BBVA por cada 4,83 acciones de Sabadell, lo que supone una prima del 30% sobre el precio de cierre del pasado 29 de abril, el día antes de que saliese la operación a la luz. Estas cifras podrían ser insuficientes para el adquirido cuyo consejo se pronunciará en los próximos días al respecto.
Sea como fuere, si la operación finalmente sale adelante, se crearía un nuevo gigante financiero en España con más de un billón de euros en activos en todo el mundo –801.690 millones de BBVA y 236.135 millones de Sabadell, según los datos de cierre del primer trimestre de este año–.
De esta forma, la suma de las dos entidades se mantendría en la segunda posición entre los grandes bancos en España, solo por detrás de Banco Santander, que totaliza más de 1,8 billones de euros en activos en todas las regiones en las que opera. Si se circunscribe el análisis al negocio en España, la suma de Sabadell y BBVA arrebataría la primera posición en activos a CaixaBank. Esto haría que el mercado español tuviese tres grandes players –dos de ellos calificados como entidades sistémicas– que se colocarían a mucha distancia del tercero, separando claramente el sistema financiero nacional.
En cuanto a la diversificación geográfica, BBVA-Sabadell cubriría el mercado nacional, además de otras regiones clave como Turquía y México. En esta última Sabadell también tiene operación. La entidad catalana tiene amplia presencia en Reino Unido a través de TSB, región en la que BBVA cuenta con Atom.