"Nos costó dos puestos": el enfado de Sainz con el ritmo de Ferrari y la maniobra de Leclerc
Ferrari ha vivido una suerte de déjà vu en el Gran Premio de China, una carrera que ganó Max Verstappen, mientras que el duelo interno entre Carlos Sainz y Charles Leclerc va ganando poco a poco intensidad, con otra vuelta de tuerca tanto el sábado como el domingo. Fred Vasseur se mostraba moderadamente optimista antes de arrancar. Si el Gran Premio de Australia daba esperanzas ante el rendimiento del SF24 con el graining que debilitaba a Red Bull, el jueves Sainz puso el freno de mano. “Entre los datos de Albert Park y Suzuka, creo que esta carrera se parecerá más a la segunda“. También el madrileño erraba el tiro, que solo pudo acabar quinto en la carrera de Shanghái.
Los dos monoplazas italianos se quedaron cortos tanto a una vuelta como en ritmo de carrera. Por primera vez en la temporada, además, Leclerc superaba a Sainz, no tan fresco con el SF24 en Shanghái. La maniobra del monegasco en la primera curva, como la de Sainz en la carrera al esprint, insinuaba que la temperatura entre ambos alcanzará alturas más elevadas. La decepcionante sexta y séptima posición de Leclerc y Sainz el sábado ejercía, en palabras de Sainz, “una limitación de daños”. La combinación de curvas largas se le atragantaba al SF24. La cámara de a bordo del madrileño en su vuelta rápida así lo delataba. Sin embargo, el equipo italiano apostaba por una puesta a punto que mimara la degradación en carrera. Los dos pilotos se pegaron contra el muro. Y casi uno contra otro en la primera curva.
“Lo que pasó entre los dos coches en la primera curva nos condicionó la carrera”, señalaba Sainz al terminar. Cada vez son más frecuentes los dardos entre sus dos pilotos. Uno, camino de su despedida. El otro, que se queda con la necesidad imperiosa de reafirmarse sobre quien hasta ahora le ha batido contundentemente. Leclerc miró dos veces por el retrovisor a la izquierda. Dos golpes de volante le sirvieron para parar los pies al madrileño, que quería llegar por dentro a la segunda curva. Obsesionado por no ser superado por Sainz, y en su legítimo derecho para proteger la posición, el monegasco pegó un cerrojazo a su compañero y le devolvía la del día anterior. Ante todo, se trata de mantener a toda costa la prioridad de uno sobre otro en carrera, algo que será crucial en el duelo entre ambos durante todo 2024.
No entró Sainz, pero se colaron Hulkenberg y Russell, haciendo perder un tiempo precioso a los dos monoplazas rojos en persecución de sus rivales, Fernando Alonso y el más lento Aston Martin incluido. El monegasco se desembarazó más fácilmente de ambos, algo que costó más a Sainz, quien no se mostraba tan suelto con el SF24, consciente además de la dura tarea que restaba por delante para una estrategia al menor número de paradas posible. A partir de ahí, los dos monoplazas italianos empezaron a sufrir, sobre todo con el compuesto más duro. Al igual que en 2023 y lo que no había sido el caso hasta el momento.
Más comprometido por detrás en sus intentos de adelantar a Hulkenberg y Russell, Sainz tenía que entrar antes en boxes. Su carrera empezaba ya a verse comprometida, pero lo peor aún estaba por llegar con el compuesto duro. Con el coche de seguridad, Leclerc entra en boxes, al contrario que Sainz, y el monegasco gana unos segundos. Tras su parada, Sainz tuvo una eternidad por delante con el compuesto más duro, que resultó inesperadamente lento. Otro tanto le ocurría a Leclerc. “Yo iba a ir a dos paradas seguro, pero ha durado tanto el safety car que nos ha obligado a ir a una. Iba justo de ruedas, muy viejas en toda la carrera, y por eso me he centrado en llegar al final, en que Russell con gomas nuevas no me pasara. Y lo hemos conseguido”.
Al final, los dos monoplazas pisaban huevos y de puntillas para que no llegara el desplome. Leclerc terminaba cuarto y Sainz un puesto por detrás, pero Ferrari dejaba la sensación de estancamiento o paso atrás. El McLaren de Norris se colaba por delante, en parte beneficiado por una parada casi gratis para el británico. Pero si se utilizaba Australia como comparación con Red Bull, Ferrari estaba en Shanghái a años luz del equipo austríaco. “No hemos sido muy rápidos este fin de semana, cuando clasificas sexto y séptimos es que no hay ritmo en el coche. Esperábamos ir mejor en carrera, pero tampoco. Está claro que es el circuito que más nos ha costado, hay que revisar la puesta a punto, ver si hemos hecho todo lo que podíamos hacer y, si no, a trabajar en el coche, porque está claro que no nos ha ido bien”.
Sainz también habló de esa primera curva. “Al principio, en la salida, lo que hemos hecho con los dos coches nos ha costado dos posiciones tanto a Charles como a mí. Hemos perdido posición tanto con un Mercedes como con un Haas, así que dadas las circunstancias, quinto es lo mejor que podíamos conseguir”. En el duelo interno entre Sainz y Leclerc, el monegasco ha cogido algo de oxígeno. La superioridad sobre el madrileño ha sido mínima, pero las estadísticas jugarán a su favor.
“No es muy frecuente en mi carrera que tenga que concentrarme en el ritmo de clasificación porque normalmente es uno de mis puntos fuertes, pero en Australia y Suzuka es donde he estado luchando, así que me concentraré en esto”, explicaba el monegasco tras la carrera nipona. Se encerró en el simulador para mejorar este apartado. “Normalmente, cuando trabajo en algo, mejoro bastante rápido, así que confío en que haré mejoras rápidamente”.
El sábado fue superado en la carrera al esprint por el madrileño y solo el incidente con Alonso impidió a Sainz terminar por delante del monegasco. Ocho milésimas separaron a los dos pilotos en la parrilla de salida del domingo, pero suficientes para que Leclerc pudiera mantener la iniciativa en carrera. El cerrojazo en la salida a Sainz era herramienta absolutamente necesaria para que el madrileño fuera siempre al rebufo y estratégicamente. De hecho, el coche de seguridad le ayudó, a diferencia de Sainz. Carlos Sainz y Charles Leclerc gozan de una gran relación personal. Fuera de la pista. Dentro de ella, en 2024…