La espectacular joya que la reina Letizia todavía no ha lucido
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La reina Letizia tiene a su alcance una imponente colección de piezas de joyería que ha ido luciendo a lo largo de los años, especialmente desde que hace una década se convirtió en consorte tras la proclamación de Felipe VI en junio de 2014.
Es el caso de las piezas del lote de joyas de pasar como los pendientes de chatones, las pulseras gemelas de Cartier o la tiara Flor de Lis, conocida como La buena, la más valiosa del joyero real y que está reservada únicamente para las reinas.
A pesar de que ha estrenado la mayoría de las joyas que tiene a su disposición, a Letizia todavía le queda por lucir una tiara que forma parte de la colección personal de la reina Sofía, a la que podría pedírsela prestada.
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Se trata de la conocida como tiara Niarchos, bautizada así porque fue un regalo del armador griego Stavros Niarchos a la reina Sofía cuando se casó con Juan Carlos de Borbón en 1962. Es una joya compuesta por rubíes de Birmania de la joyería Van Cleef & Arpels y diamantes que puede utilizarse como diadema o tiara.
Además, lleva a juego un espectacular collar que puede modularse en función de la longitud que se quiera dar y el número de piezas que se quiera utilizar.
La reina Sofía lució el conjunto por última vez el verano pasado en la boda del príncipe Hussein de Jordania, y su prometida, Rajwa Alseif. Hacía nueve años que la emérita no llevaba tiara y aprovechó para desempolvar estas espectaculares piezas que podría prestar a la reina Letizia o la princesa Leonor, que todavía no ha lucido una tiara.