Un chileno ‘olvidado’ en Argentina: “Estaba complejo encontrar club en Chile, fue una chance de oro”
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Luego de su etapa en Santiago Morning en 2023, a Alejandro Contreras se le había perdido la pista con miras a la actual temporada. Sin embargo, el central formado en Palestino y con un paso por Universidad de Chile fichó sorpresivamente en Nueva Chicago, elenco de la Primera Nacional (segunda categoría del fútbol Argentino). El también mundialista Sub 20 en Turquía 2013 conversó con AS desde Buenos Aires para abordar la nueva experiencia que inicia en su carrera.
“La posibilidad de venir a Argentina surgió de un llamado cuando estaba en Chile. Me preguntaron si quería venir, si estaba disponible. En ese momento, estaba complicado encontrar club, así que se me presentó una oportunidad de oro. Dije que sí inmediatamente”, contó Contreras, de 31 años y pasos además por O’Higgins, Iquique y Temuco.
– ¿Quería salir del país o no estaba en sus planes?
– Sí, sí. Siempre fue una meta jugar afuera, desde que estuve en mis mejores momentos en Palestino y en la U. Después, por diversos motivos, no se pudo y se me viene a presentar ahora. Es un momento que no lo esperaba y, para mí, fue una bendición venir para acá.
– ¿Con qué se ha encontrado allá?
– Me encontré con un fútbol muy intenso, me recuerda mucho mis inicios en Palestino, cuando los entrenamientos eran a full. Después, los partidos también son muy intensos, no hay mucho tiempo para pensar. Debes tener la jugada vista antes, porque si no, te caen encina. No puedes tener la pelota mucho tiempo en los pies.
– ¿Cómo marcha su vida en Buenos Aires?
– Bien… Gracias al club, me pude conseguir un lugar aquí bien bueno y cercano al estadio. Tengo de todo, no me hace falta nada para estar bien. En ese sentido, no me encargué de nada, ya me tenían todo listo.
– ¿Ha sido algo compleja su adaptación?
– Mira, me pasó igual cuando salí de Palestino. Lo que tengo que hacer es competir día a día a full para tener una opción. Eso es lo distinto con Chile, acá la competencia interna es muy alta. Hay muchos jugadores y todos quieren jugar. Los entrenamientos son muy intensos.
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– No hay que dar ni una ventaja entonces…
– Fue como retornar un poco los inicios cuando estaba en Palestino, que lo vivía de esa manera. La competencia era alta y los entrenamientos también eran a full. Por ahí, fue enriquecedor para mí, y ahora ha sido grato volver a eso. De a poco me he ido acomodando, creo que he estado bastante bien, la verdad. Así que ahora estoy esperando la oportunidad.
– Siempre se dice que la gran diferencia tiene que ver con la exigencia interna y las formas intensas de juego…
– Sí, porque todo está claro y se entiende. Se sabe que si hay un jugador libre es porque hay uno que no está corriendo. Eso lo ven todos, no sólo el técnico, también los jugadores. Además, cuando un jugador se equivoca se nota mucho el error. Uno se da cuenta inmediatamente, tienes que estar muy concentrado.
– ¿Cómo ha sido el recibimiento de toda la gente por allá?
– Bueno, súper bueno. La verdad es que ya adaptándose, uno conoce y sabe lo que tiene que hacer. De a poco, me fui integrando al grupo. Actualmente, me voy con dos compañeros a entrenar y con ellos tengo mayor relación. Pasamos la mayor parte del tiempo juntos, viven al lado mío. Estoy súper adaptado con ellos en ese sentido, no es que esté solo.