Un 30% de los colegios concertados cobra a las familias a pesar de recibir suficientes fondos públicos
Alumnas asisten a clase en un colegio concertado
El estudio presenta un panorama muy diverso de la escuela concertada que va desde la situación en Cataluña, donde pagan una cuota prácticamente el 100% de las familias y lo hacen al precio más caro 1.696 euros al año, frente a sólo el 60% de los que pagan en Andalucía con una cuota media que no llega a los 500 euros anuales. Un 30% de los alumnos en España estudia en la concertada, un 67% en la pública y un 4% en la privada.
Los datos recopilados por EsadeEcPol a través del INE y recogidos en El coste de acceso a la escuela concertada en España: las cuotas que pagan las familias y sus causas, calculan que en total en España entre el 81% y el 95% del alumnado paga cuotas por una educación que debería ser gratuita y lo hace por unas cantidades que, de media, oscilan entre los 680 y 860 euros al año. La situación, en cualquier caso, no es homogénea: hay un 13% del alumnado que no paga cuota en las etapas obligatorias, mientras que un 18% pagan menos de 20 euros al mes. En el lado opuesto, el 10% de alumnado con más cuotas asume el 45% del gasto total de las familias. Las cuotas suponen que la escuelas concertadas ingresen una cuantía total de 947 a 1.186 millones de euros para las etapas de infantil, primaria y ESO.
Un panorama diverso
Lo más interesante del informe es la fotografía que arroja sobre la situación económica de estos centros y que, como en el caso de las familias, también es diversa. Hay un 20% de centros que están en números rojos o a cero. La mitad, el 50%, ganan menos de 300 euros por alumno al año y hay un 30% sobre financiados, cobran a las familias a pesar de que reciben suficientes fondos públicos. Este exceso de ingresos llega fundamentalmente a través de servicios como el aula matinal que permite llegar antes al colegio, el transporte, orientadores o el comedor.
Para los autores el resultado “más importante” es que, al contrario que lo que sugiere el debate público, el de la escuela concertada es un sector “más diverso que monolítico, tanto desde el punto de vista territorial como desde el punto de vista del cobro de cuotas y de las razones más probables” por las que deciden cobrar, ha explicado durante la presentación del informe Ángel Martínez, investigador de EsadeEcPol y coautor del informe.
El estudio han encontrado una relación directa entre el tamaño de los centros y su situación: el 90% los centros de mayor tamaño cobran a las familias, mientras que en los medianos y pequeños, la proporción baja a entre un 60% y un 70%. Además analiza las razones por las que los centros concertados cobran cuotas “tomando como referencia el resultado económico y añadiendo un margen de 200 euros por alumno, diferenciamos tres situaciones posibles: centros infra-financiados que cobran cuota para sobrevivir, centros adecuadamente financiados que cobran cuotas para hacer frente a gastos no concertados (esto es, partidas de gasto no contempladas por las administraciones educativas y que permiten ampliar los servicios ofertados) y centros bien financiados que cobran cuota por diferenciación o beneficio económico”.
Redistribuir los ingresos
Los autores concluyen también que los incentivos a cambiar la situación son escasos para la mayoría de los actores implicados, en buena medida debido a la baja inversión pública en educación que hay en España: la existencia de la red concertada reduce la presión sobre el gasto público de las administraciones educativas (entre otras cosas, por sus menores costes salariales por alumno y porque son centros más grandes), facilita un sistema de selección social para familias de mayor renta a cambio de un copago y garantiza una demanda amplia que asegura la continuidad del sector concertado. Mientras que la calidad de las escuelas concertadas es semejante a la de las públicas cuando comparamos dos centros con las mismas características del alumnado, las condiciones de acceso son muy distintas: los centros concertados escolarizan un alumnado con un nivel socioeconómico más alto y escolarizan en muy menor medida alumnado inmigrante, lo cual aumenta la segregación escolar en España.
Como solución los autores plantean entre otras medidas mecanismos que acaben con los conciertos de los centros claramente sobre-financiados y cuyas cuotas son elevadas: “Se les puede plantear periodos de transición para eliminar o reducir sus cuotas”, propone Lucas Gortazar, director de Educación de EsadeEcPol. “En caso de no hacerlo se les podría quitar los fondos públicos o bien hay figuras jurídicas como el concierto parcial que les obliga a subir las cuotas, una medida impopular pero que no compromete por completo la existencia del centro”. Los responsables del estudio, entre los que está también el catedrático de la universidad Autónoma de Barcelona, Xabier Bonal, señalan que redistribuir el excedente de fondos de los centros sobrefinanciados podría acabar con la infrafinanciación que sufren el 20% de los centros. También sugieren vigilar el coste del comedor escolar “sistemáticamente más altos que los de los públicos, para evitar que sean una fuente encubierta” de financiación.