Taller Héctor Barroso: en este conjunto habitacional el patio es el corazón del hogar
Nombrado Los Helechos (por ser la especie que más abunda en la zona), el proyecto del despacho mexicano Taller Héctor Barroso buscó impactar lo menos posible en su entorno. El conjunto de cuatro casas se encuentra dentro de un rancho de Valle de Bravo, en un terreno de topografía accidentada, rodeado de pinos y vegetación exuberante.
El diseño se adaptó “sigilosamente” a la pendiente pronunciada. “Posicionamos cada casa de acuerdo a la topografía natural del terreno, es decir, de manera escalonada, para adaptarnos lo mejor posible al sitio y a la posición de los árboles existentes”, explicó el arquitecto mexicano, Héctor Barroso, director del despacho.
Las casas se suceden de manera escalonada sobre la pendiente natural del terreno.
Ese fue un primer punto del proyecto; su principal característica es que cada una de las casas mira hacia el interior, teniendo como eje un patio central. Este ambiente exterior funge como un espacio de transición y contemplación, entre lo público y lo privado y, a su vez, permite que toda la vivienda adquiera una relación directa con la naturaleza. La decisión partió de dejar actuar al entorno natural en la intimidad del hogar, para crear “una arquitectura silenciosa ante la belleza de sus jardines”, aseguró el también fundador del Taller Héctor Barroso.
La arquitectura respetó la vegetación existente y la incorporó.
Estado natural
Los espacios de uso común descansan bajo una cubierta de madera y se abren completamente hacia el exterior, mientras que los espacios íntimos se cobijan dentro de volúmenes sólidos para tener mayor privacidad. Las circulaciones acompañan e irrumpen la relación entre ambas zonas.
El programa fue un requerimiento del cliente, sin embargo, el despacho le añadió algunos elementos, entre ellos, el patio. “Nos interesa que todo el programa arquitectónico tenga una relación directa con el exterior, de tal manera que hicimos mucho énfasis en lograrlo”, explicó Héctor Barroso. “También nos interesaba que la mayor cantidad posible de programa se desarrollara en el mismo nivel; solo dos recámaras quedaron en un segundo nivel, el resto del programa quedó en la planta baja”. De ahí que la mayoría de los espacios tienen relación con el exterior, ya sea el patio o el jardín.
Además, el diseño procuró conservar la mayor intimidad posible entre viviendas, por eso todos los espacios se desenvuelven hacia su propio patio.
También los espacios interiores tienen una relación directa con los jardines y el patio.
Dado que cada casa se desarrolla alrededor del espacio social exterior, el patio es el corazón de cada casa. “El jardín se convierte en el centro de la arquitectura, permitiendo que la intimidad de la casa y la extrovertida naturaleza funcionen como un mismo elemento, que brinda serenidad a sus usuarios y al entorno que lo rodea”, reflexionó el despacho.
La arquitectura presenta grandes ventanales y puertas que enfatizan la conexión entre el interior y el exterior, y también entre los espacios internos. Los dormitorios incluyen ventanas fijas transparentes de altura completa, así como pequeñas aberturas verticales de madera que sirven para dejar entrar el aire fresco y manejar la ventilación.
Los espacios comunes exteriores suceden bajo una pérgola con una rejilla estructural de madera rellena, a su vez, de listones finos. El diseño de este elemento tuvo en cuenta su flexibilidad: como ejemplo, en algunos casos, las celdas de la rejilla se abren para permitir el paso de árboles existentes.
La arquitectura procuró materiales y luz naturales, y ventilación.
Rica materialidad
“Nos interesa que los espacios estén bien iluminados y ventilados, buscando en todos los casos ventilación natural cruzada”, continuó Héctor Barroso. “En el área social exterior queríamos generar sombra, de tal manera que sientas que estás dentro del jardín, que eres parte del mismo. Esto se logró posicionando esta zona entre el jardín y el patio, en ambos frentes tiene relación directa con la vegetación”, describió.
En las cuatro casas, los techos presentan vigas de madera aparente, mientras que los suelos son de madera noble y las paredes están enlucidas. Para el arquitecto, estos acabados aportan a los interiores una mezcla de texturas naturales y crudas, que inspiran un interés creativo en el despacho mexicano. “Nos interesa trabajar con materiales naturales, que manejen bien el envejecimiento, el tiempo y su pátina”, precisó Barroso.
Los espacios exteriores están equipados con chimeneas y se desarrollan bajo una pérgola de madera.
Así, tomaron la idea de un proyecto similar que habían trabajado anteriormente, en el que incorporaron tierra a la materialidad, y lo repitieron en Los Helechos, en los volúmenes que guardan a las recámaras.
El paisajismo es parte importante del planteamiento y se basó en la vegetación existente, incluso incorporando algunos árboles en determinados espacios. “Trabajamos con la intención de posicionar nuestra arquitectura en el sitio de la manera más silenciosa posible”, finalizó Héctor Barroso. Una intención que persigue el balance entre la naturaleza y la arquitectura.
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