Riopaila Castilla: protagonista de la economía circular en Colombia

Alcohol carburante, abono y energía, resultados de la economía circular.

La caña de azúcar es la principal materia prima con la que este grupo agroindustrial ha provisto al país con alimento, energía verde y combustible renovable.

Sostenibilidad y economía circular, son conceptos que, debido a la necesidad urgente de abordar desafíos ambientales, sociales y económicos, cada vez son más comunes. Y es que encontrar los caminos para gestionar recursos de manera sostenible es la carrera que deben hacer las empresas, gobiernos y la sociedad en general para adaptarse a un mundo con recursos limitados.

Siendo conscientes de esto, Riopaila Castilla, grupo agroindustrial comprometido con Colombia desde 1918, ha adaptado sus procesos productivos para que, a partir de la caña de azúcar y otros cultivos como palma de aceite, se pueda producir alimento para Colombia y otros 45 países del mundo, también combustible renovable como el alcohol carburante y energía verde.

“Es muy interesante porque nuestras operaciones en el suroccidente colombiano las relacionan sólo con azúcar y somos mucho más que ello. Con los jugos de caña, sí producimos azúcar pero también mieles, jarabes, otros alimentos a partir de caña y combustible renovable; además, con el bagazo de caña, que es un residuo de ese proceso, producimos energía verde, abonos orgánicos, comercializamos excedentes para la producción de papel, entre otros subproductos”, comentó Guillermo Carvajal Ramírez, gerente de asuntos corporativos de Riopaila Castilla.

De hecho, todo el circuito de este modelo de economía circular comienza con el suministro de caña por parte de 680 familias agricultoras propietarias de un poco más de 40.000 mil hectáreas, quienes proveen el 99 % de toda la materia prima que se requiere para ser procesada en la Planta Riopaila, ubicada al norte del Valle del Cauca, en La Paila, Zarzal; y en la Planta Castilla, ubicada al sur de este departamento, en Pradera. Ambas plantas tienen una capacidad de molienda de 17.000 toneladas de caña por día.

Más que azúcar

Bagazo es lo que queda de la caña después de producir el azúcar, las mieles y muchos otros productos, los cuales sumados a la innovación y al interés por la economía circular constituyen lo que es Riopaila Castilla. Y es que con este residuo, y a través de diferentes técnicas y procesos, se pueden obtener abonos naturales, papel, muebles y hasta energía verde suficiente para abastecer la totalidad de la demanda de sus plantas de producción y entregar excedentes que permiten abastecer a más de 80.000 colombianos diariamente.

Como lo explica el gerente, después de fabricar los principales productos, una parte del bagazo va a las calderas generando un vapor que mueve las turbinas para producir energía verde. “Nuestra capacidad de generación de energía es de 51 megawatts / hora. En el 2023, del total de energía generada, el 65 % aproximadamente lo consumimos en nuestra operación, y el restante se entregó a la red pública nacional para uso de los colombianos”, explicó Carvajal.

A esto se suma el esfuerzo que ha hecho el grupo agroindustrial para implementar procesos y tecnología que mejoren la eficiencia energética en las fábricas, y así aumentar el porcentaje de energía que se entrega al país, sucedió en el último año donde se incrementó la capacidad en un 6 %. A esta práctica, se suma la recirculación del 97 % del agua que se utiliza en los procesos de producción, pues como enfatiza el gerente: “estamos en una carrera a 2030 para reducir nuestra huella de carbono a cero. El año pasado, terminamos con un 28 % y esperamos que al 2025, lleguemos a 30 %”.

Como resultado del aprovechamiento total del bagazo, Riopaila Castilla es un ejemplo a nivel nacional en economía circular. Esta empresa agroindustrial de origen vallecaucano cuenta con la planta de alcohol carburante más grande del valle geográfico del Río Cauca, y la segunda a nivel nacional. La importancia de esto radica en que en este lugar se destila el combustible verde que oxigena más de 440.000 vehículos en Colombia, lo que no solo disminuye las emisiones contaminantes, sino que también demuestra la capacidad y la utilidad de la caña de azúcar bajo un proceso de economía circular.

La vinaza es un residuo del proceso de elaboración del alcohol carburante el cual es aprovechado en su totalidad para producir abono natural. En palabras de Carvajal Ramírez: “En una planta producimos compost orgánico para el campo, el cual sirve como alimento para los cultivos de caña de azúcar. Este es otro ejemplo de cómo la economía circular hace parte de nuestro proceso de transformación de la caña en alimento, energía y combustible. Nosotros tenemos un sistema de campo a fábrica, completamente cerrado donde estamos tratando y aprovechando los residuos y eso nos permite tener un proceso bastante sostenible en las operaciones”.

Ambiente y sociedad: pilares del circuito

No cabe duda de que Riopaila Castilla es compromiso por los territorios donde opera. De hecho, la estrategia de negocio involucra de forma transversal componentes ambientales, sociales y de gobernanza. En materia social, anualmente emplea más de 3.650 personas, el 93 % de ellas residen en los municipios de operación directa como parte de su política de empleo local donde prioriza la vinculación de personas residentes en sus áreas de operación.

Apostándole al desarrollo territorial, promueve programas de intervención social en 25 municipios de Colombia llegando a más de 80.000 personas. Uno de sus programas es ‘Caminos rurales’, iniciativa que busca el mejoramiento y mantenimiento de vías rurales en el Valle del Cauca, Cauca y Vichada, facilitando que campesinos, indígenas, afro y muchos otros vecinos a la operación puedan disponer de caminos y puentes en mejores condiciones para el traslado de alimentos a cascos urbanos, estudiar o trabajar; en los últimos tres años, se han intervenido más de 400 kilómetros de vías rurales. Otra iniciativa, es el ‘Fondo Concursable Riopaila Castilla Más’, que en los últimos dos años logró apoyar 40 proyectos económicos, ambientales y sociales de base comunitaria, con recursos económicos o en especie.

A esto se suma un aspecto transversal en sus operaciones y es la agricultura positiva. “Nosotros introducimos la agricultura de precisión hace varios años en todas nuestras operaciones, disminuyendo la huella de carbono y la huella hídrica en los cultivos de caña. Además de esta práctica, el grupo tiene 6.811 hectáreas de áreas conservadas propias, que son el hábitat de más de 300 especies donde hemos identificado pumas, jaguares, aves exóticas, entre muchos otros”, afirmó Guillermo Carvajal.