Loquillo: "Prefiero que los Celtics vuelvan a ganar un anillo a un Grammy, una canasta no se compra"

El músico catalán demuestra con su nuevo álbum, ‘Transgresiones. Antología Poética’, que es un verso suelto en el panorama musical nacional.

Música y poesía, un tándem perfecto de la mano de José María Sanz, Loquillo, un artista que sabe que la virtud sí está en los extremos.

Pregunta: No habla de política ni de compañeros de profesión, así que hablemos de ‘Transgresiones. Antología poética’.

Loquillo: Es una antología de 30 años de trabajo. Siempre he estado al margen de las estructuras

de la música de este país. Hace tres décadas decidí dejar de lado el personaje más popular y populista y abandonar un tiempo los escenarios de rock para recuperar una tradición española que era la de musicar a poetas.

P.: Es consciente de que es de los pocos artistas españoles que puede permitirse grabar este álbum.

L.: Ya me lo pude permitir hace 30 años. Si esto sirve para que las nuevas generaciones utilicen su lenguaje musical, significará que he hecho un buen trabajo en una época donde impera el ‘buenismo’. Ahora, la poesía se ha convertido en un elemento trasgresor.

P.: Poner en pie un proyecto como este hace 30 años era temerario, ¿cuántas bocas calló con el disco de oro de ‘La vida por delante’ (1994)?

L.: Fue un acto de fe, nadie daba mucho por ese proyecto. Era la manera de dar un golpe para tomar el timón de mi vida y abandonar mi etapa adolescente. En el rock la gente tiene problemas de ‘peterpanismo’. Ahora, sigue siendo una apuesta difícil porque no se ha cultivado, algo que debería formar parte de la tradición popular, ha arrastrado fama de aburrido, de cierta pose intelectual superior.

P.: ¿Dónde se encuentra la poesía hoy en día?

L.: En bandas de rap, en peleas de gallos, en redes sociales, aunque son traicioneras. Todo el mundo se siente poeta un día a la semana. El que no vea la poesía en la música urbana no se entera de nada. Como dice Luis Alberto de Cuenca, son los nuevos trovadores.

P.: ¿Conecta con las nuevas generaciones o está cada vez más alejado de lo que se hace ahora?

L.: No me verás hablando mal de la actitud de la gente más joven a la hora de expresarse culturalmente. Sé de lo que hablo porque a mí me lo han hecho.

P.: ¿Cómo evoluciona España en términos culturales?

L: ¡En la cultura se pretende uniformar, al igual que en la vida actual. Son palabras duras, pero son reales. Se busca un pensamiento cultural único también.

P.: Un poeta al que le apetezca reivindicar y uno que piense que está sobrevalorado.

L.: Soy un transmisor, no un intelectual. Soy un ignorante absoluto y como tal, lo que hago es aprender todo lo que puedo para tener un criterio propio, porque si no terminas teniendo el que el poder quiere que tengas.

P.: Mucho éxito pero pocos premios, ¿cómo se come eso?

L.: En su momento no me los dieron, ahora sería absurdo. Se me ha pasado la hora de recoger premios y sólo me queda reírme de ellos. Mejor que se los den a los jóvenes.

P.: La importancia de la persona se mide por el tamaño de sus enemigos, ¿cómo son los suyos?

L.: Los dragones que tengo delante son los mismos. No hay manera de que cambien en 47 años que ya llevo en esto.

P.: Reivindica la actitud individual frente al rebaño pero, ¿cuántos rebaños ha liderado?

L.: Más que ser el pastor de un rebaño, me siento como el perro (risas). Pero no, ni sirvo ni gobierno a nadie. Lo aprendí en ‘El manantial’, una película de Gary Cooper, que fue mi héroe adolescente. Hay que tener tus propias convicciones y seguirlas hasta el final.

P.: Siguiendo los pasos de la novela de Bradbury, ‘Farenheit 451,’ ¿qué libro de poesía salvaría de la quema?

L.: Gracias a una canción de Paul Simon supe que existía Dylan Thomas. Yo sólo conocía a un Dylan, Bob. La primera vez que leí al ga lés me encontré con el poema ‘Veo a los muchachos del verano…’. Me voló la cabeza, no entendía nada, pero sabía que significaba todo y que esas palabras a lo largo de mi vida me iban a decir mucho. Es el poema que, sin duda, salvaría.

P.: Chavela Vargas decía que “uno vuelve a los sitios donde amó la vida”. ¿Cuál es el sitio al que vuelve siempre Loquillo?

L.: No vuelvo, ni por obligación, a los sitios en los que he sido feliz, porque muchos de esos sitios vienen conectados a las personas con las que estuve.

P.: Durante una época se dedicó al baloncesto, ¿cuándo supo que lo suyo era la música?

L.: Yo era muy gatuno e introvertido. El baloncesto me ayudó a socializar y siempre le estaré agradecido. Después, llegó un momento en que sólo tenía dos caminos en mi vida, música o delincuencia. Entonces, sólo podía salir bien. Es como cuando ves en un equipo a jugadores que se comen el campo, esa es la actitud. La música es igual.

P.: A estas alturas de campeonato qué prefiere,¿ un Grammy o que los Celtics vuelvan a ganar la NBA?

L.: ¡Que los Celtics vuelvan a ganar un anillo de la NBA, por favor! Una canasta no se compra (risas).

P.: ¿Se considera el mejor artista de este país?

L.: A nivel de repertorio soy imbatible. Hay gente que tiene los medios pero no está el artista o no está el repertorio. En mi caso, están ambos. Me gustaría tener el ‘power’ (económico) de otros. Nosotros jugamos en Champions, somos como la Real Sociedad, siempre estamos pero nos falta ese empujón. Pero también me gusta la poesía en los teatros, soy de extremos.

P.: Nivel de ego de su depósito.

L.: Defiendo que la gente tenga un ego importante. Soy una estrella del rock y no lo niego, pero me mantengo al margen de la farándula y no me creo en posesión de la verdad absoluta.

P.: Terminamos, Luis Buñuel solía decir que era ateo por la gracia de Dios, ¿en qué cree José María

Sanz y en qué cree Loquillo?

L.: Soy de clase trabajadora. Me enseñaron a trabajar, a traer un sueldo a casa y a creer en las personas que me rodean. Vi a mi padre dejarse la piel en los muelles de Barcelona como estibador. Yo sé de dónde vengo y le doy mucha importancia a creer en todo lo que haces. Tengo un equipo de casi 30 personas que trabaja a mi favor y no puedo defraudarles. La música no es un entretenimiento, es una forma de vida.

‘Nuevo disco: Transgresiones. Antología poética’

l lado más poético de Loquillo, un artista único e irrepetible que lleva casi 50 años como testigo de excepción en primera línea del panorama musical nacional, regresa con este doble álbum en edición de lujo que celebra estos 30 años combatiendo desde los versos de grandes poetas.

Una antología de las mejores canciones de su repertorio dedicado a la poesía contemporánea donde se incluyen adaptaciones de Bernardo Atxaga, Julio Martínez Mesanza, Mario Benedetti, Jacques Brel, Luis Eduardo Aute, Luis Alberto de Cuenca o Jaime Gil de Biedma, entre otros. Treinta canciones remasterizadas por Jaime Stinus, que también ha realizado nuevos arreglos a los cortes que se incluyeron en la banda sonora del documental de Susana Koska, ‘Mujeres en pie de guerra’, y que ha actualizado el sonido hasta lograr la auténtica excelencia.

Este nuevo trabajo discográfico se edita en formato libro, con 2 CD y un cuadernillo de 52 páginas que contiene todos los poemas, créditos detallados y una serie de fotos pertenecientes a estas aventuras líricas. Al mismo tiempo, Loquillo se embarcará en su esperada nueva gira que le llevará por los mejores recintos del panorama nacional donde representará su espectáculo de poesía y rock con su banda habitual.

Gira ’30 años de Transgresiones’

2 y 3 DE MAYO Circo Price, Madrid

17 DE MAYO Gran Teatro del Liceo, Barcelona

12 DE JULIO Foro Iberoamericano de La Rábida, Huelva

19 DE JULIO Polo-Club Sotogrande, Cádiz

15 DE AGOSTO Festival Costa Feira, Sanxenxo

17 DE AGOSTO Área 12, Alicante

13 DE SEPTIEMBRE Auditorio Alfredo Kraus, Las Palmas de Gran Canaria

18 DE OCTUBRE Auditorio Roquetas de Mar, Almería

26 DE OCTUBRE Palacio de Congresos de Granada

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