Las investigaciones científicas que comprobaron los beneficios a la salud física y mental de practicar meditación
La meditación ya no es solo una práctica espiritual, sino que se convirtió en un campo de estudio científico que cada vez más evidencia sus múltiples beneficios para la salud física y mental.
Diversas investigaciones, lideradas por instituciones prestigiosas y reconocidos científicos, demostraron cómo la meditación puede impactar positivamente en nuestro bienestar integral.
Salud: ¿qué dice la ciencia sobre los beneficios de la meditación?
La meditación, como práctica central del mindfulness, es un poderoso recurso para detener el ciclo perjudicial para la salud mental.
Ana Fernández-Cid, instructora de mindfulness en ONS Mindfulness, describe la meditación como un acto de atención deliberada en el presente, esencial para evitar la deriva mental entre el pasado y el futuro, especialmente en momentos de estrés.
Esta atención plena no solo reduce el estrés y la ansiedad, sino que también aumenta la conciencia emocional y la capacidad para regular las emociones.
Estas afirmaciones cuentan con el respaldo de numerosos estudios científicos. Una investigación de la Universidad de Harvard en 2012 mostró que la meditación puede reducir el tamaño de la amígdala, la región del cerebro asociada con el miedo y el estrés.
Además, estudios dirigidos por Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin en la primera década del siglo XXI observaron cambios en la densidad del tejido cerebral y un aumento de las conexiones neuronales en practicantes de meditación, incluidos monjes tibetanos.
Estos estudios evidenciaron un crecimiento en áreas cerebrales clave como el hipocampo izquierdo y la intersección temporo-parietal, relacionadas con el aprendizaje, la memoria, la regulación emocional, la perspectiva, la empatía y la compasión.
Por otro lado, una investigación de la Universidad de Harvard en 2005 reveló que los practicantes regulares de meditación presentaban un mayor grosor en áreas cerebrales asociadas con la atención, la concentración, la inteligencia emocional y la compasión, como la ínsula y la corteza prefrontal.
¿Cómo incorporar la meditación en tu rutina?
Incluir la meditación en nuestra rutina diaria puede parecer abrumador al principio, pero con práctica y paciencia, puede convertirse en una gran herramienta para mejorar nuestra salud física y mental.
Acá hay algunos consejos para aquellos que están comenzando su viaje hacia la meditación:
Comenzá con sesiones cortas: no te sientas obligado a meditar durante largos períodos desde el principio. Comenzá con sesiones cortas de cinco a diez minutos y gradualmente aumentá la duración a medida que te sientas más cómodo.
Encontrá un lugar tranquilo: buscá un lugar tranquilo y sin distracciones para practicar la meditación. Puede ser un rincón en tu hogar o un espacio al aire libre donde te sientas en armonía con la naturaleza.
Concentrate en la respiración: enfocá tu atención en tu respiración. Observá cómo entra y sale el aire de tu cuerpo, sin tratar de cambiar su ritmo. La respiración consciente es una excelente manera de centrar la mente y calmar el cuerpo.
Sé amable con vos mismo: no te critiques si tu mente divaga durante la meditación. Es natural que los pensamientos surjan; simplemente reconocelos y soltalos suavemente, volviendo tu atención a la respiración.
Practicá la consistencia: establecé un horario regular para practicar la meditación todos los días. La consistencia es clave para desarrollar y mantener una práctica de meditación efectiva a largo plazo.