El muro amarillo fue imposible para PSG, que volvió a fracasar: Dortmund, a la final
Kylian Mbappé, que se marcharía al final de la temporada, no logró consagrarse en el cuadro parisino. Aparentemente, el más reciente fracaso sería el último. En la contracara, los alemanes buscarán su segundo título en la competencia, tras el que lograron en 1997.
Kylian Mbappé, tras la eliminación de PSG en la Champions League.
En la mirada de Kylian Mbappé, pérdida y clavada en el césped —sin encontrar respuesta ante la frustración de una derrota más del equipo que él prometió llevar a la cima—, se resume bien el nuevo fracaso de París Saint-Germain, un club obsesionado con ganar la Champions League, pero incapaz de reunir todo lo que se necesita para levantar el trofeo.
Este año, la piedra en el camino fue un muro gigante; rocoso, impenetrable, hermético y, sobre todo, muy sólido. Clavaron mil y una pelotas en el palo, pisaron una y otra vez el área de sus rivales, y remataron, sin ningún acierto ni fortuna, centenares de remates que quedaron en la nada. Intentaron todo, pero la enorme pared que levantó Borussia Dortmund, el primer finalista de la Liga de Campeones, temporada 2023/2024, fue inexpugnable.
Dolerá decir, para los hinchas del PSG, que este año la derrota fue, precisamente, contra Dortmund. Se sentían favoritos. “Si esta no es, entonces no será nunca”, habrán dicho. En frente tenían al quinto equipo de la Bundesliga, el club que el año pasado perdió la liga de Alemania en el último partido. Al otro lado del cuadro estaba el poderoso Bayern Múnich y el hegemónico Real Madrid. Los parisinos habían esquivado ambas balas y, confiados, sonreían ante un rival que preveían más sencillo. Eran inconscientes todavía, una vez más, de que en esta clase de torneos la balanza, usualmente, la suele inclinar la jerarquía.
Kylian Mbappé se lamenta tras la derrota de PSG contra Borussia Dortmund en las semifinales de la Champions League.
No lo entendieron antes, no lo entienden ahora. Desde 2011, cuando los fondos cataríes compraron el equipo, la Champions le ha sido dolorosamente esquiva a los franceses. En 2013 fueron eliminados en cuartos de final a manos de Barcelona. Al año siguiente, Chelsea los apartó en la misma instancia. En 2015, nuevamente en cuartos, Barcelona fue su verdugo nuevamente y pasó igual en 2016, en la misma ronda, cuando los sacó Manchester City. En 2017, cayeron en octavos contra Barcelona. La temporada 2017/18 los vio despedirse en octavos, esta vez a manos del Real Madrid. En 2019, fue Manchester United quien los eliminó en octavos. En la temporada 2019/20 alcanzaron la final, pero Bayern Múnich les impidió el triunfo. En 2021, llegaron a la semifinal, pero fueron superados por Manchester City. En 2022, Real Madrid los eliminó en octavos. Y, finalmente, el año pasado, Bayern Múnich los despidió nuevamente en octavos.
La derrota de este año contra Dortmund le confirmó a PSG una cosa: perdieron contra favoritos y contra conjuntos inferiores; contra equipos sin tradición europea y contra clubes de gran historia. El problema de los franceses no está en el resto, no son los rivales ni su nivel. Son ellos mismos. La Champions League es sumamente difícil porque no basta con ser el mejor equipo o tener las mejores estrellas. Hay que sufrir y deben pasar muchos años. Hay que aguantar, sin desistir, sin desgastar la idea o, como dijo Luis Enrique antes del partido, sin obsesionarse con ella.
Kylian Mbappé, que seguramente se irá a final de la temporada, batalló durante años para vencer en Europa comandando a su PSG, el que movió el mundo entero para que nunca se fuera. Pasaron, a su lado, cientos de nombres. Y no fueron jugadores cualquiera: ni Neymar, ni Lionel Messi, ni Ángel Di María, entre tantos nombres que se escapan, pudieron acompañar al francés a la gloria. Y en esa imposibilidad de romper la historia, tal vez lo mejor sea darse cuenta de que debe llegar el tan anunciado final de la historia que parece estar a la vuelta de la esquina.
Kylian Mbappé de PSG.
En el otro lado, el contraste es divino. Borussia Dortmund, desde la ida, ya había enamorado con su hinchada. El equipo cargaba una mística especial, de la que no se puede encontrar en el PSG. Pasa lo mismo con Marco Reus, el inagotable héroe del muro amarillo, que despierta una pasión que el bueno de Mbappé no genera en su conjunto parisino.
їSerГЎ esta vez el fГєtbol justo con el Dortmund? En 2013, tambiГ©n en Wembley, Londres fue el escenario que presenciГі la dolorosa caГda del Borussia a manos de su archirrival: Bayern MГєnich. En ese entonces, estaban ilusionados con levantar la copa que desde 1997 les ha sido esquiva. Ahora, en la misma tierra, el equipo de Reus tiene la ilusiГіn viva y estГЎ a un partido de la gesta. Y Marco sigue ahГ, en el que serГЎ su Гєltimo baile. Como el de MbappГ© este martes, que, al menos por Champions, fue su Гєltima rodada con el PSG, un club que cayГі frente al muro amarillo y una vez mГЎs tendrГЎ que soГ±ar hasta con lo imposible para el prГіximo aГ±o aspirar a por fin coronar la tan anhelada Liga de Campeones.
Marco Reus (cent.), con la afición de Borussia Dortmund.
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